sábado, 10 de noviembre de 2012

Hasta que llega la responsabilidad al liderazgo



Gén 37:22  Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre. Gén 37:23  Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí; Gén 37:24  y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua. Gén 37:25  Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. Gén 37:26  Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? Gén 37:27  Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él. Gén 37:28  Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.(B) Gén 37:29  Después Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José dentro, y rasgó sus vestidos. Gén 37:30  Y volvió a sus hermanos, y dijo: El joven no parece; y yo, ¿adónde iré yo?

Gén 43:8  Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños. Gén 43:9  Yo te respondo por él; a mí me pedirás cuenta. Si yo no te lo vuelvo a traer, y si no lo pongo delante de ti, seré para ti el culpable para siempre; Gén 43:10  pues si no nos hubiéramos detenido, ciertamente hubiéramos ya vuelto dos veces. Gén 43:11  Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras.

Gén 44:30  Ahora, pues, cuando vuelva yo a tu siervo mi padre, si el joven no va conmigo, como su vida está ligada a la vida de él, Gén 44:31  sucederá que cuando no vea al joven, morirá; y tus siervos harán descender las canas de tu siervo nuestro padre con dolor al Seol.  Gén 44:32  Como tu siervo salió por fiador del joven con mi padre, diciendo: Si no te lo vuelvo a traer, entonces yo seré culpable ante mi padre para siempre; Gén 44:33  te ruego, por tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos. Gén 44:34  Porque ¿cómo volveré yo a mi padre sin el joven? No podré, por no ver el mal que sobrevendrá a mi padre.

Tomar las responsabilidades en la vida es importante y no están ajenas a las de la iglesia, a veces se piensa que son diferentes pero realmente la primera nos lleva a la segunda, pues la responsabilidad ejecutada en lo poco es la verdadera prueba pues de eso dependerá ser puestos en las cosas grandes, y mientras no se superen las pequeñas, el Señor no nos pondrá sobre las grandes.

La vida en el Señor es maravillosa porque el fracaso que para el hombre parece claro, para Dios puede ser la oportunidad de ayudarnos a cambiar nuestro corazón. Podemos ser incumplidos, y  nos puede costar mucho la responsabilidad hasta que hay un punto de inflexión que es cuando existe pérdida irreparable a causa de nuestra falta de responsabilidad y se crea conciencia voluntaria para cambiar, pero lo normal es que Dios nos ofrezca una nueva oportunidad y seamos acorralados para hacerlo bien.

El Señor quiere que seamos parte de los responsables, de los que atendemos sus negocios, pero para llegar a esto tenemos que sobrepasar a la responsabilidad en lo propio, pero ¿cuándo viene esa conciencia que nos hace cambiar?, esto es cuando nos sentimos culpables o responsables de los malos resultados, es cuando se dice "fallé" (del gr. kjata: errar, fallar o ser culpable). Pero es de dejar claro que no quiere el Señor que nos quedemos con el sentimiento de culpa sino que lo superemos y lleguemos a la acción para corregir, porque el Señor nos da una segunda oportunidad de hacerlo bien. El sentimiento nos puede matar, pero el reconocimiento nos puede ayudar a cambiar.

La responsabilidad incumplida. Gen_37:22-30. El pasaje de la vida de José viviendo con sus hermanos mayores quienes no lo soportaban por su cercanía con su padre y por los sueños que aparentaba que aquel se consideraba superior a ellos.

La primera falla es que Jacob manda a su hijo a hacer el papel de supervisor pues aunque tuviera buenos atributos al lanzarlo antes de tiempo lo podía poner en peligro. Así es en el liderazgo cuando se puede salir antes del tiempo a querer llevarlo sin tener la madurez suficiente, o como dice la palabra de Dios no un neófito por muchas razones.

En la historia dice que Rubén no quiso que mataran a su hermano, pues era el responsable de alguna manera por ser el mayor, y sugirió echarlo en la cisterna vacía. Esta es una actitud común aunque fuera válido su alejamiento no era justificable sabiendo que estaba de por medio la vida de su hermano.

El otro hermano que sintió responsabilidad aunque quizá no pudo hacer lo suficiente fue Judá, lugar que le correspondía a Simeón quien era quien le seguía en edad a Rubén, o Leví que era el tercero. Judá -que era el cuarto hijo de Lea- recomendó venderlo y no matarlo, Rubén parece que se alejó del lugar no veló por su hermano José. El liderazgo rechazado por la línea de edad pudo haber sido afectado por diferentes razones, algunas de ella por atribuir incapacidad a su origen, familia, condición social, educación, género, etc (mal liderazgo y mala formación). Estos pudieron haber dicho es que somos hermanos de la que no amaba mi padre y por eso no nos mira bien, o otro decir es que mi madre es una esclava, lo cierto es que en momentos es más importante aquel que alcanza a ver lo apremiante de la situación, aunque el papel sea temporal.

Cuando regresa Rubén no queda claro que fue a hacer o porqué se alejó, pero la realidad es que desatendió su responsabilidad, no sabemos si fue porque huyó a la responsabilidad de cuidad a su hermano José. Cuando regresa y no lo encuentra se da cuenta que tiene un gran problema, no era la desaparición de su hermano sino la preocupación de lo que le diría a su padre, por esto dice: y ahora ¿qué hago? Rubén no salió a buscar a su hermano talvés lo recuperaba, ni tampoco hizo lo correcto de decirle as su padre lo que había acontecido, sino que fue un líder que se dejó influenciar por la democracia, por la mayoría, y claramente Rubén tenía ya mala reputación como hijo por haber mancillado el lecho de su padre, entonces se vio forzado posiblemente a ceder.

Entonces ¿por qué se es irresponsable? La principal causa de la irresponsabilidad es no valorar o no amar lo que nos han puesto en nuestras manos; sino por el contrario podemos llegar a enfocarnos y estar pendientes en quedar bien con quien nos dio la responsabilidad. Se debe tratar de amar a ambos para no fallar, porque el Señor ama lo que nos da como responsabilidad en el ministerio.

Cuando se ha fallado una reacción humana común es cómo encubrir la falla ante quien nos dio la responsabilidad, por esto la historia de la fiera que lo había devorado se convirtió en la versión oficial, aunque su padre pudiera haber dudado más adelante de esa versión fue creída y guardó luto por muchos días. Podemos ver que además la versión de encubrimiento tuvo a un cabrito como víctima colateral.

La culpa como inicio de responsabilidad. Gen_43:8-11. El tiempo pasó y no se podían imaginar que la oportunidad o prueba se presentaría, y ahora no podían fallar, sino que podían quedar bien con el Señor. Cuando fueron puesto por tres días en la cárcel acusados de espías les hizo recordar el daño hecho a su hermano, y fue allí donde comenzaron a sentir la culpa de los daños a su hermano.

Aquí estaba la oportunidad para los diez hermanos pero parece que solo uno tomó el rol que correspondía porque Rubén trata de tomar la responsabilidad, posiblemente pudo pensar que podía hacerlo aunque había fracasado una vez con su hermano y que le había fallado a su padre de muchas formas y en Gen_42:37-38, se narra que la oferta de hacerse cargo fue rechazada por su padre Jacob. Esta era la otra parte de los daños hecho a su padre, esta es la otra parte de la culpa; la primera el daño directo de lo que eran responsables y segundo el daño a quien les dio la responsabilidad.

Ninguno de los otros hermanos sino solo Judá tomó el papel de garante, o quizá les afectó a ellos en ese momento el recuerdo del daño ocasionado a José y a su padre Israel. La crisis en la vida los llevó a presentarse de manera humilde y someterse a la voluntad de un egipcio que no sabían que era su hermano aunque José sí lo aprovechó para saber si habían cambiado.

Cuando José les puso como condición traer a su hermano Benjamín, no quedaba más que alguno de ellos fuera el responsable y garante de la integridad de su hermano. Pero Judá hoy si estaba entendiendo lo que le decía a su padre al tomar la responsabilidad de su hermano José, cuando dijo en el verso 9 que sería el culpable por su hermano. Esta fue una angustia por todo lo que les hizo sufrir su hermano José, con el objetivo de darles la segunda oportunidad para cambiar sus vidas. Sentirnos culpables o responsables de las fallas puede ser el inicio de un cambio de verdad en nuestra vida cuando lo deseamos.

Acciones de responsabilidad. Gen_44:30-34. Cuando nos vemos en situaciones de angustia podemos darnos cuenta que otros han sufrido por nosotros y quizá no nos hemos dado cuenta. Esta era la situación bien tramada por su hermano José, al hacer parecer culpable a Benjamín del robo de la copa, lo cual le hacía merecedor de castigo.

Mirar como bueno o inocente aquello de lo que somos responsables. Si nos hacen responsable de niños no debemos comenzar a ver sus defectos, o si se merecen o no nuestro cuido, sino que por el contrario debemos mirar como merecedores de toda nuestra atención. Este es un verdadero desafío pues como servidores y ministros podemos llegar a pensar que no vale la pena hacerlo, esto por los daños o malestar que puedan ocasionar, sean esto adultos, niños, o inclusive en el cuido de ganado. Aun debemos estar conscientes que las situaciones desafortunadas pueden hacen sufrir a otros que también aman y principalmente al Señor. Esto nos ayudará a mejorar la tolerancia y sensibilidad hacia aquellos que parece que no merecen nuestra atención, evitando así afectar a los que son débiles. José era inocente y fue vendido llevando sufrimiento por años a su padre, hoy lo podía entender por ser él el responsable. Quien no es responsable no le importa lo que otra persona sufra.

Estar dispuestos a comprometerse por otros. Aquí Judá toma el papel correcto y llega al nivel de responsabilidad correcto, porque si nos convertimos en garante estamos asumiendo compensar todos los daños y debemos pagar por todo. Cuando Judá vio que era la única opción la de comprometerse por el joven no sabía que también estaba consolidando un liderazgo donde antes pudo decir no me corresponde y por esa razón no haberlo asumido, pero algunos aun viendo los daños de lo que otro no asume no se atreve hasta que no se tiene escapatoria, podía haber temor por el primer fracaso pero no tuvo opción.

Enfrentar la situación aun teniendo que sufrir o soportar. Esto podría sonar como a volvernos víctimas o volvernos mártires; pero no es el caso de Judá que quisiera que lo vieran sufrir, ni mucho menos estaba pensando en una forma de pago de lo que había hecho mal en su vida, porque el pecado que se convirtió en daño a su padre Israel y a José (que se convirtió en salvación para ellos), pero no habría sufrimiento que pudiera compensar la maldad, y si pensamos en leyes solo el secuestro es penado con muchos años de cárcel. Judá no podía soportar ver sufrir más a su padre pues ya había sufrido suficiente, este comportamiento demostraba que había sido restaurado en esa deficiencia, entonces José en el capítulo 45 se da a conocer a sus hermanos y Judá fue librado de quedar esclavo.

Al fin Judá quedó libre de toda culpa, pues ella lo impulsó a tomar la responsabilidad, a enfrentar la situación, los atenuantes (cuando dijo: no lo matemos vendámoslo), no le dieron paz, sino solo lo correcto.

CONCLUSIONES
1.   Al tomar responsabilidad en el ministerio pueden haber fallos en el ejercicio de las labores, pero se reducirán si amamos lo que nos toca ayudar como responsabilidad.
2.  El liderazgo es un proceso de crecimiento como persona y la responsabilidad nos ayuda a madurar y eso a aceptar mayor responsabilidad, es un proceso en aumento; por cuanto fuiste fiel en lo poco.
3.  Si hemos tenido un fracaso temprano puede legar a ser un obstáculo para el liderazgo, pero el Señor creará las oportunidades para que podamos superarlo.
4.  El reconocimiento de las fallas o culpa por los malos resultados cosechados, nos llevará a dar el cambio de corazón, y no importa de cuánto tiempo tendrá que pasar, llegará la recompensa. El liderazgo de Pedro se fortaleció después de negar al Señor, porque reconoció y la culpa no se alejó del Señor, sino que enfrentó aunque le preguntaron: ¿me amas?
5.                El problema de dejar solo al que necesita de nuestro liderazgo trae consecuencias, por esto debemos esforzarnos por amar por lo que nos han dado por responsabilidad, y no solo tratar de quedar bien con quien nos da la responsabilidad. Si cumplimos quedamos bien con quien nos la dio aunque otros digan lo contrario, sentir culpa por algunos resultados no nos elimina, sino que nos deben comprometer a cambiar.

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