miércoles, 1 de agosto de 2012

La intimidad familiar


Sal 51:6  He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
Sal 55:12  Porque no me afrentó un enemigo, Lo cual habría soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque me hubiera ocultado de él; 13  Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, Mi guía, y mi familiar; 14  Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, Y andábamos en amistad en la casa de Dios.
Sal 128:3  Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.

Nadie puede escapar a la realidad de la familia, no importa en el tipo de familia que nos toque vivir o nos haya tocado desarrollarnos, pues como cristianos tenemos familias formadas quizá no por los padres, sino por otros miembros que se incorporan como la propia familia y en la práctica es con quien tendrá intimidad, sea la relación buena o no muy buena.

Mantener la comunión familiar en este tiempo es todo un desafío pues existen distracciones, y barreras que la dificultan y hasta lo pueden echar a perder: El trabajo que nos toca desarrollar, la mujer que tiene empleo o trabaja fuera, pues la mujer tiene mayor intervención en el bienestar familiar y esto hace más complicada su labor, también existen todo tipo de distracciones que nos vuelve distantes y hasta totalmente ajenos a la familia, todo esto y otras cosas más reducen los espacios para la comunión y la intimidad familiar.

Está de más decir la importancia de este espacio y la intimidad familiar para desarrollar muchos de los valores espirituales para todos los miembros, además de lo enriquecedor que es para el crecimiento de casa miembro, pues podemos pensar que el aprendizaje solo tiene una dirección, de padres a hijos, pero en la práctica somos ayudados como padres a mejorar nuestra vida y que al final se vuelve en beneficio de ellos.

El peligro de la traición familiar. Cuando existen daños dentro del círculo de intimidad familiar son los más duros de resistir, de hecho dice David en el Sal_55:13-14 -acerca de un amigo que le traicionó- a quien le hizo entrar en ese círculo de intimidad, y que no respetó. Traición es el quebrantamiento de la lealtad o confianza que otro nos brinda, la familia es por definición el espacio donde la confianza se brinda por el amor que tenemos, pero cuán difícil es entender la que el precio de quebrantar la confianza tiene doble sentido.

Si nos permiten entrar en la intimidad familiar es un valor grande a guardar, pues si no se hace los daños serán grandes. Los hijos, los cónyuges nos debemos fidelidad porque tenemos el potencial de hacer mucho daño al faltar a la confianza, la cual creemos que es obligación para nosotros, pero en realidad se trata de un privilegio que nos dan. Aunque el amor facilita el perdón cuando se traiciona la confianza, no quiere decir que las consecuencias se van a detener en nosotros cuando fallamos, y esto lo debemos entender, porque el perdón es en primer lugar para mi beneficio, si la otra persona está dispuesta a cambiar ese perdón se volverá en un recordatorio poderoso para que el Señor le ayude.

Para David aquella persona no solo era un familiar, sino que además lo valoraba con liderazgo sobre su vida, como guía, es decir de quien podía recibir un consejo; este era el lugar que ocupaba y esto nos habla de que en la intimidad se avanza también en nuestra voluntad como para permitir que nos den un consejo, la traición tenía una desilusión pues cuando se espera más de las personas y traicionan no es solo la persona sino lo que representaba para nuestros planes, para David era impactante.

Perdiendo la libertad y confianza. En el huerto se perdió la confianza, y la libertad de la intimidad que gozaban con el Señor, pues metieron a uno ajeno al círculo de intimidad, la serpiente,  y elevándolo a una posición de consejero que no le correspondía. Aquí está el punto, el cuidarnos de entender a quién podemos escuchar y prestar atención y más aún seguir un consejo.

Después del pecado de Adán y Eva entendemos que se descubre lo que estaba cubierto (heb. tukja: cubierto). Dios nos da áreas cubiertas para los demás, pues el pecado lo descubre, lo desnuda, cuando Eva y Adán pecaron su primera consecuencia fue vergüenza o pena, y se llenaron de inseguridad pero lo más significativo y grave fue el esconderse de Dios, entonces son dos consecuencias graves: desnudez y alejamiento de Dios.

Lo que pasó entre Adán y Eva con el pecado fue nuevo pues ya existía una relación familiar con el Señor, y ahora se le estaba agregando un gran obstáculo que antes no existía en la relación entre ellos, pues en ese momento estaban enfocados en tratar de cubrirse a como diera lugar y  no acercarse a él a causa del pecado. Con alguna similitud se puede tener el mismo deterioro en la familia, pero aquí con el agravante que puede ser en todas las relaciones, es decir de hijo o hija a padre o madre y viceversa, y tener a causa del pecado cerrado la comunión.

El plan de Dios en la intimidad. Existen aspectos que refuerzan la intimidad y la unidad como lo dice David en los salmos:

·          Comunicación dulce de los secretos, nos debemos esforzar que sean dentro de nuestra intimidad familiar y no fuera. Que esa dulzura sea la mayor parte del tiempo, y que exista esa dulzura dentro de nuestra familia. Esto es posible cuando hay amistad, y es difícil saber que los nuestros deben de llegar a ser amigos aunque también hijos y viceversa. Cuando la dulzura la sentimos con los extraños y nunca con los nuestro podemos estar en problema.
·          La sinceridad llevará estabilidad porque nos permitirá avanzar y no estancarnos en las dificultades que se presenten, el Señor ama la verdad en lo íntimo, pues la falsedad en este nivel es el que más daño nos hace. La verdad por dura que sea nos llevará a la estabilidad.

Los beneficios de la buena intimidad. Serán muy grandes y nos llenarán de alegría, así lo describe en el Sal_128:3. Los beneficios son para el que teme o respeta al Señor en cuanto a la lealtad para no traicionar la confianza que nos ha dado de ser parte de él, porque Adán y Eva eran parte de la familia de Dios, así también somos hoy parte de su familia y promete un beneficio que va más allá del concepto de felicidad que podamos tener.

Este salmo habla de una familia donde queda tácita la presencia de la cabeza del hogar al mencionar la bendición que gozan los demás, entendiéndose que también disfruta de la bendición dada a los demás como propias:

·          En primer lugar la mujer muy bendecida dando fruto hasta en el lugar más profundo (a los lados dice el salmo y la palabra heb. yereká: es la parte más profunda o inaccesible). Esto hace referencia a lo más íntimo, esto es lo de más cuido, lo que está más cubierto y donde solo la cabeza tiene acceso completo.
·          En segundo lugar habla de los hijos como plantas de olivo (que alumbren alrededor y que no estén apagados), como en contorno haciendo un círculo o alrededor de la mesa, en el convite. Este es un lugar más accesible pero dentro de lo que cubrimos pues se ama. Si nuestros hijos están apagados y no lo notamos es porque no estamos con ellos ni siquiera en la mesa, o es porque están muy apagados porque no dan aceite, o se apaga la luz por otros vientos o porque necesita despabilarse.

La intimidad familiar es un bien que el Señor quiere que cuidemos y aunque existan fracasos, no se puede abandonar, porque el Señor pudo haber dicho que se fracasó con el hombre en el huerto de Edén, y aunque hubo consecuencias no los sacó del Edén desnudos sino que los cubrió, y esto es para que también nosotros hagamos lo mismo por misericordia que ya hemos recibido antes.