lunes, 3 de junio de 2013

QUE SU AMOR NO TERMINE

Texto: Cnt_2:1-7
Cnt 2:1  Yo soy la rosa de Sarón, Y el lirio de los valles.
2  Como el lirio entre los espinos, Así es mi amiga entre las doncellas.
3  Como el manzano entre los árboles silvestres, Así es mi amado entre los jóvenes; Bajo la sombra del deseado me senté, Y su fruto fue dulce a mi paladar. 4  Me llevó a la casa del banquete, Y su bandera sobre mí fue amor. 5  Sustentadme con pasas, confortadme con manzanas; Porque estoy enferma de amor. 6  Su izquierda esté debajo de mi cabeza, Y su derecha me abrace.
7  Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, Por los corzos y por las ciervas del campo, Que no despertéis ni hagáis velar al amor, Hasta que quiera.

Los cristianos necesitamos mucho amor del Señor y a veces pensamos en manifestaciones de su amor que las ponemos en el futuro distante, como lo es la salvación eterna, pero no hablamos del amor inmediato que podemos disfrutar hoy. Esto es como que alguien al casarse piense en los hijos y la familia futura, sin antes fijarse que tiene que ser cultivado el amor hoy, para que el fruto de ese amor sea de bendición.

Existe un celo del Señor por nosotros pues su amor no es correspondido como debiera ser, y en estos cantos podemos distinguir la figura de la pareja enamorada, que es como nosotros deberíamos estar: locos enamorados por él. El amado es el Señor Jesús quien con ayuda del Espíritu Santo nos enamora para que tengamos intimidad con él y no le dejemos, pues la amada es la iglesia que se describe como abundante o humilde a sus propios ojos pero blanca de pureza que es lo que al Señor le importa.

Podemos distinguir el proceso de ese amor desde la declaración de amor, la conquista, la entrega y la parte más importante: que ese amor no cese en nosotros, que no se termine, que no muera, que no despierte hasta que quiera.

LA DECLARACIÓN: ¿QUIÉNES SOMOS Y QUIÉN EL SEÑOR?
Si hacemos la comparación con la pareja existe siempre una declaración de amor que es gradual, tanto en la comunicación como en el corazón. La declaración viene con palabras, no por texteando cualquier cosa, ni por ningún medio electrónico, era algo que se hacía en persona.

Esto es claro para quienes se quieren amar, en la forma en que miramos a la otra parte; cuando miramos a nuestra pareja podríamos hacerlo destacando sus atributos y no enfocarnos en los defectos. Este es el  principio del amor, del cual el Señor quiere entregarnos a nosotros pero como no es solo de una parte sino de dos. El amor cubre multitud de pecados y el Señor nos cubre hablando lo mejor de nosotros como iglesia.

Ella se mira a sí misma como la rosa de Sarón y lirio de los valles, algo que nos habla de sencillez por su abundancia, pero llena de belleza y pureza, pero el le contesta en el verso 2, al decir que la mira como lirio entre los espinos, lo nos habla de la dificultad que él tiene para llegar a ella, así como nosotros el Señor tiene que hacer mucho esfuerzo para llegar a nosotros. Espinos y sangre un gran sacrificio que ha pagado para acceder a nosotros para que podamos entregar nuestro corazón.

La amada mira al amado como el manzano entre los árboles silvestres, en otras palabras se distingue (no es común ni silvestre), pero también tiene beneficios grandes con solo sentarse bajo su sombra, porque los frutos comenzarán a caer sobre nosotros, o a ser tomados fácilmente. Una protección y cobertura grande pues el sol no la fatigará de día, no la quemará ni le hará tener arrugas. Esta visión del amado no es precisamente lo que muchos cristianos miran del Señor pues no hay un sentido de una relación de amor, sino que solo llega a la amistad. Esto es triste porque una es la amada y otros los amigos del novio que se alegran de que él encuentre pareja.

LA CONQUISTA.
No hay duda que aunque ya exista amor entre las partes siempre es necesario el proceso de conquista para que el amor fluya con toda la intensidad e intimidad, pero esto no es lo que hoy vemos en el cristiano, refiriéndonos al esfuerzo que el Señor hace pero que parece ser que no es suficiente para conquistar, porque la novia es muy fría. Todo el esfuerzo para convencerla a que esté con él toda la vida es conquista, y no debería terminar pues siempre habrá algo nuevo que entregar.

El proceso es muy claro en este pasaje pues lo que hace es llevarla a la casa del banquete, donde demuestra que lo de ellos es algo público y no secreto, porque la conquista no le avergüenza a él ni a ella. Cuando se rescataba después que el pueblo conquistaba y quería hacer a una de esas mujeres su esposa, tenía que rapar su cabellera y darle un tiempo para el luto y después llegarse a ella. A nosotros nos han dado un trato no de esclava sino de novia, y aun así nos cuesta, porque no disponemos nuestro oído para recibir banquete de palabra (que permite también seguir amando); la mujer es conquistada por el oído (a un hombre no le deberían repetir tanto), y convendría estar pendiente lo que diga el amado, esto es importante para ella. Hoy mucho cristiano al no congregarse como debiera pierde las palabras dulces a su oído, y nunca llega a ser conquistado.

Enarboló su bandera de amor sobre ella, y una bandera está en lo alto y no se baja se deja arriba para que todos sepan que hay amor entre ellos. Este proceso de conquista es clave porque llega al punto público donde no hay marcha atrás; la amada siendo rescatada es llevada a su lugar seguro es alimentada y puesta la bandera de quien la ha conquistado. Cuando se alcanzó la luna o el monte más alto, se coloca la bandera que demuestra conquista, y en este caso lo único que demuestra que se ha alcanzado algo importante es el amor, y esto nos lleva a preguntarnos si el Señor puede poner bandera sobre nosotros.

LA ENTREGA.
Hoy el cristiano no quiere que sepan que está enamorado del Señor como si fuera algo malo. El amado termina conquistando al describirse el abrazo, la amada está diciendo me yo me estrego a él, no pudo soportar la manifestación de amor hacía ella que termina describiendo que está enferma de amor, o locamente enamorada. Esto es muy bueno para nosotros, pues esa intimidad nos cambiará, pues la mujer está diseñada para tomar de su marido, así como a Eva le fue dado de Adán primero de su cuerpo, una costilla en lo natural, pero después tenía que tomar de lo espiritual de él. Adán duerme y cuando despierta y mira a Eva está enamorado de ella, tanto así que acepta comer del fruto.

QUE NO TERMINE SU AMOR.
Este debe ser nuestro objetivo y es la recomendación del amado, no porque dudara de su amada. Así como en el matrimonio se debe de buscar que nada haga terminar lo que nos mantiene unidos, el vínculo perfecto es el amor, y si nos damos cuenta hay una intención equilibrada de las dos partes y no solo el esfuerzo de una. Por esto el Señor quiere pero para que opere el amor se necesita la parte nuestra.

Por los corzos y ciervas del campo que son cazadas hasta la muerte, si estos duermen son tan ariscos y sensibles a los ruidos y molestias que perciben la presencia de quienes quieren dañarnos.  Así debe ser la sensibilidad del cristiano para no echar a perder ese amor.


No entendemos y hacemos despertar y hacemos velar, no le dejamos dormir en amor profundo, y muchas veces hasta interferimos con otros que están en ese sueño de amor y los vemos enamorados los despertamos, podemos hasta sentir envidia o algo así, y el Señor sabe que no deberíamos intervenir sino dejar hasta que quiera despertar. Prométanme que no le despertarán ni harán que vele por ustedes, porque esto es peligroso y el amado se puede aburrir de esperar.