lunes, 9 de abril de 2012

Somos un proyecto de Dios

Gén 18:16 Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos acompañándolos.
Gén 18:17 Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, Gén 18:18 habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra?
Gén 18:19 Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.
Gén 18:20 Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo,
Gén 18:21 descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré.

Stg 2:23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia,(E) y fue llamado amigo de Dios.(F)
Stg 2:24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.

La voluntad de Dios ha sido siempre tener una comunión y comunicación completa con el hombre, dado que le cuesta hablar lo que debe y casi siempre quiere ocultar lo importante y se va por las ramas para evitar enfrentar las palabras o situaciones que le comprometan, estar a bajo perfil es la opción de alguien que no quiere compromiso con Dios.

El Señor ha estado siempre desde el principio hablando al hombre desde el huerto del Edén, instruyéndole y transmitiendo sus deseos y planes, aun trató constantemente de dar a conocer al hombre aun en su desobediencia. El Señor siempre ha buscado al hombre para que sea parte de su proyecto, aunque siempre se esconda creyendo que no vale la pena ser parte de ese tipo de proyecto.

Estos deseos de dar a conocer al hombre, han sido de acuerdo a cada tiempo y dispensación, haciéndolo directamente, apareciendo de forma corporal, a través de su espíritu y a través de sus siervos los profetas. El Señor con Abrahán se le apareció con tres ángeles y habló directamente como lo hizo cuando tomo cuerpo humano, dando instrucciones de lo que había llegado a hacer.

Cuando traemos a nuestro tiempo la necesidad de Dios de que el hombre sea un proyecto suyo parecería que no tiene mucha importancia o valor, dado que aun el cristiano promedio está empeñado en sus necesidades materiales y los planes de Dios quedan en segundo plano. Pero la verdad es que no solo quiere que nosotros, los que hemos recibido las verdades del reino, las demos a conocer, sino que está primordialmente interesado de cómo vivimos y si nos sentimos parte de su gran proyecto, y él revelará lo que hará a aquellos que quieren hacer su voluntad.

El Señor no quiere encubrirnos nada. Pareciera que cuando el Señor llega a visitar a Abraham y los tres varones que le acompañaban contemplaron hacia Sodoma, donde miraban no la ciudad actual sino de cómo quedaría de quemada, en otras palabras su mirada no era tanto de hoy sino del mañana.

Abraham podía entender esa mirada, porque pudo ser parecida a la mirada que tuvo cuando vio a su sobrino Lot optar por esa tierra de Sodoma, y de cómo la obtuvo; esta mirada de los varones fue de un futuro no bueno, como sabiendo que algo no bueno les podría pasar. Abraham iba con ellos acompañándoles y pudo darse cuenta de la mirada, que no era de buena admiración, como quien piensa: oh qué ciudad, qué prosperidad, allí quisiera vivir, sino que miraban lo quemada que estaría en un tiempo.

Aunque Abraham tuviera mucha imaginación no podía saber lo que el Señor haría y decide no encubrirle nada, porque se había ganado la confianza del Señor, porque conocía su corazón y esto se manifestaba en varios atributos.

Características que le valieron confianza. Cuando le hacen el llamado a Abraham tuvo que caminar por fe, tanto así que solo obedeció al salir de su tierra y parentela aunque no supiera hacia donde iba. Hoy parece que las cosas habían cambiado y se había ganado la confianza del Señor por esa fe, y le estaban dando el plan. Cuando acompañamos a alguien y por mucho respeto que le tengamos no tardaremos en preguntarle hacia dónde nos dirigimos, Abraham no preguntaba nada, sino que fue el Señor quien decidió darle información acerca de sus planes.

Si hoy nos preguntaran a nosotros qué características buscaríamos para dar ese tipo de información de sus planes, quizá diríamos muchas cosas, dentro de ellas discreción de la persona, su pertinencia en los planes, es decir si está involucrado en ellos o si puede y quiere ayudar. También diríamos que esa persona sea un verdadero amigo y que comparta la misma visión o que acepta mi visión, y que sea una persona comprometida que cumpla y que no solo quiera saber las cosas solo por saberlas y no hacer nada. Pero de todo la fe le ganó su confianza y esta es una obediencia muy superior.

El plan de Dios para Abraham y para nosotros. Abraham era un Hombre Proyecto, ¿qué es esto? Alguien en quien el Señor tiene muchos planes que cumplir, es un espacio de trabajo para Dios, donde sabe que lo que haga con nosotros traerá frutos, y no se dejará de trabajar hasta que se termine, y esa proyección es eterna, pero en esta vida hay muchas cosas que hacer.

Su proyección era que llegara a ser una nación grande y fuerte poderosa que llevaría beneficios a todas las naciones de la tierra, pues la fe ha llevado salvación a través de Jesucristo. Pero también por la descendencia y a su casa a la cual mandará que guarden el camino del Señor.

Que guarden su camino es que practiquen justicia y la principal forma de hacerlo fue como lo describe Stg_2:23, donde la fe es contada por justicia y es la forma más alta de obediencia, porque si lo llegamos a sentir como parte de algo que tenemos que cumplir, entonces estaremos a salvo. La otra parte es el juicio, que se refiere al gobierno a la disciplina, a la forma de hacer que la justicia se practique y que se llegue a convertir en una forma de vida, pues aunque no está de moda vivir en santidad ese es el mandato.

Practicar juicio en su propia casa donde el principio era su propia esposa Sara (princesa, noble), pero su naturaleza era de Saray (dominante), era un campo importante donde se tenía que vencer, y solo una vida de fe le podía sacar adelante. Aunque Abraham no tuviera hijos -esto era parte de la promesa- tenía un corazón de padre y de pastor, pues miraba en su sobrino su responsabilidad como para interceder por él. El Señor se agradó de Abraham al ver que estaba mandando a sus hijos y casa por el camino correcto.

Nosotros tenemos mucho que hacer en esto pues más que una herencia material o una profesión, o un buen trabajo, lo principal es que nuestra casa se establezca en justicia y juicio, y que no dejemos para después nuestra responsabilidad, porque mucha gente está embargando lo que el Señor le ha dado y lo cambian por lo temporal y así no puede hacernos grandes ni fuertes porque no serviría de nada si nuestras familias se pierden. De nada sirve lo ministerial si nuestra familia, nuestra casa no está con el Señor. Ser un Hombre Proyecto es importante pues sus planes se perfeccionarán en su vida.