Texto: Josué 17:14-18
14 Y los hijos de José hablaron a Josué,
diciendo: ¿Por qué nos has dado por heredad
una sola suerte y una sola parte, siendo nosotros un pueblo tan grande, y que
Jehová nos ha bendecido hasta ahora?
15 Y Josué les
respondió: Si sois pueblo tan grande, subid al bosque, y haceos
desmontes allí en la tierra de los ferezeos y de los refaítas, ya que el monte
de Efraín es estrecho para vosotros.
16 Y los hijos
de José dijeron: No nos bastará a nosotros
este monte; y todos los cananeos que habitan la tierra de la llanura, tienen
carros herrados; los que están en Bet-seán y en sus aldeas, y los que
están en el valle de Jezreel.
17 Entonces
Josué respondió a la casa de José, a Efraín y a Manasés, diciendo: Tú
eres gran pueblo, y tienes grande poder; no tendrás una sola parte, 18 sino que aquel monte será tuyo; pues aunque es bosque,
tú lo desmontarás y lo poseerás hasta sus límites más lejanos; porque tú
arrojarás al cananeo, aunque tenga carros
herrados, y aunque sea fuerte.
Cuando pensamos en las
cosas en las que no estamos conformes en nuestra vida nos puede hacer sentir
mal por creer que no estamos alcanzando la bendición, o simplemente por no tener o estar como quisiéramos, esto
puede crear insatisfacción en el ser
humano, pues las expectativas propias no se ajustan a la realidad que vivimos.
Esto puede ser inalcanzable y no es la carrera en
la que el cristiano debe estar.
El Señor cumple la promesa de la tierra prometida, y da a las tribus de José que eran parte de ella, pero a estos
les parecía que ese cumplimiento no estaba completo; así nosotros hoy podemos
sentirnos no con la bendición completa porque
nos podemos enfocar en lo que nos falta y no en lo que recibimos de Dios. Lo que no entendemos es
que la inconformidad puede traer desafíos de parte de Dios a nuestra vida (para ayudarnos a salir de ahí), y
si no los superamos estaremos sufriendo por lo que no debemos.
LAS RAZONES DE LA
INCONFORMIDAD
Definitivamente tendremos
siempre razones por las cuales creemos que nos hace falta algo, y por la cual
sentirnos inconformes en las diferentes situaciones de la vida. Las expectativas pueden
superar a la realidad que Dios nos permite vivir. Podríamos dividir as razones de la inconformidad en dos grandes grupos:
1. Las causas razonadas externadas. Estas son las que
hablamos y expresamos y que consideramos lógicas y que cumplen un propósito y
utilidad. Aquí los de la tribu de José tenían dos causas:
a) Somos un pueblo tan
grande, esto es un sentido de correspondencia que dice que si nuestras
necesidades son grandes también así debe ser la promesa que las satisfaga.
b) Porque Dios nos ha bendecido hasta ahora. El hecho de ser
un pueblo grande es evidencia que es porque el Señor los ha bendecido y por
tanto merecen lo que les falta.
2. Las causas del alma. Esto es lo que
mueve a expresar las anteriores, es lo que realmente está sucediendo
internamente aunque no se diga.
a) Lo que creemos que merecemos, está en el fondo de esto pues estaban diciendo que merecían más de
tierra por su origen y la bendición que habían dado a todo Israel a través de José. Tenemos un origen de José
quien el Señor le bendijo y le permitió introducir a Israel y toda su linaje en
Egipto y muestra de esa bendición es el número que somos.
b) El exceso de autoestima. Su grandeza no estaba
relacionada solo al tamaño de las tribus de José y su necesidad para alojar a
tanta gente sino que su grandeza era de otro tipo. Esa grandeza parece sugerir
que se refería al orden como tribus y no por el número de personas que la
componían.
Parte del problema es la
falta de fe, esto nos hace pensar que esa falta o lo
incompleto es una situación final en nuestra vida de la cual
no podremos salir y que nunca cambiarán las
cosas.
Si las tribus de Efraín y Manasés hubieran tenido fe hubiesen
planteado de otra manera su petición.
BAJANDO NUESTRA GRANDEZA CON UN DESAFÍO
Esta es la manera que Dios
usa para que el cristiano pueda poner los pies sobre la tierra. Todos
necesitamos que nos hagan ver las cosas de la manera real, que equivale o es el
fundamento o el inicio para construir lo
espiritual. El hombre que busca construir lo espiritual con los deseos y el sentir de su alma como fundamento, fácilmente
se puede derrumbar. Con las mismas palabras que expresaron de grandeza
con ellas mismas les fue puesto el desafío, por lo que tenemos que cuidar lo
que hablamos.
Algo simple y lógico, si
son un pueblo tan grande suban al bosque y hagan desmontes donde viven los
ferezeos y los refaítas Josué 17:15. Sonaba lógico
para Josué pero también sabía lo que estaba hablando al decirles que fueran a despejar en ese bosque, esto era una verdadera prueba.
La reacción fue lo que
muchos podemos constatar cuando somos confrontados, esto era un no te lo daré, tómalo tú mismo, y la respuesta fue lo que dice
en Josué 17:16:
1. Tu respuesta de ese
lugar no es suficiente, no alcanza, esto quizá por dentro estaba diciendo que
no era la forma en que lo quería pues había que
trabajar, y quizá esperaba simplemente que se lo
dieran reduciendo lo de sus hermanos, no lo quería peleando.
2. Si voy más allá del monte a los que habitan la tierra en la llanura tienen carros herrados, esto descubría
un temor oculto, pues la primera excusa era: de todos modos no nos
sirve hacer desmontes ya que es muy pequeño, pero en
realidad era temor a ese desafío.
EL DESAFÍO ERA CON PROMESA DE TRIUNFO
Josué era un hombre de
Dios y le representaba, por lo que le estaba diciendo a las tribus de José no
era para descalificarlos, ni desanimarlos, si no que era para empujarlos a
obtener la parte que les podía estar faltando, en
este caso falta de disposición al trabajo y a enfrentar al enemigo. Así también
nosotros necesitamos enfrentarnos a los temores para obtener la bendición
completa que creemos nos falta.
Hoy hay también una
palabra de ánimo para nosotros pues su misericordia puede llevarnos de una inconformidad que nos
hace pedir y sufrir, a una situación donde nos animamos a ir a buscar lo que Dios nos
promete. La palabra de Josué era de ánimo en varias direcciones o áreas en las
que también podemos nosotros estar afectados:
1. Eres gran pueblo.
Nuestro origen es Dios, somos parte de un linaje bueno, un linaje de Dios. No es lo que
hace sentir grande sobre las demás personas.
2. Tienes grande poder. La
fuerza y la capacidad y vigor es suficiente para que hagas esa labor de ir y
tomar esa tierra. Nosotros a veces nos sentimos débiles pero hay gran poder que
Dios pone en nosotros, tanta palabra de Dios y
todo el potencial de Dios está en nosotros y Josué les dice tienen ya esa
capacidad solo falta el deseo de hacerlo.
3. No tendrás una sola
parte. No es un ánimo para crear ambición sino para que
supieran que el Señor puede dar la primera parte y después tenemos que
multiplicarla. La roca se ponía como señal o mojón por lo que le darían no solo una
parte sino varias. Si Dios nos da la
seguridad hoy que tendremos otra parte, ¿nos detendríamos?
Las palabras de fe
llegaban a sus oídos para que se alojaran a su corazón: aquel monte será tuyo
hasta el límite más lejano, no te derrotarán aunque tengan carros herrados, y
aunque sean más fuertes. Qué diferencia
de ánimo tenían comparado con Caleb, que siendo de 80 años dijo yo lo tomaré
ese monte aunque haya gigantes.
Estoy seguro
que Josué, como figura de Cristo, no abandonaría a las tribus de José si salían
a la guerra, pero notamos que no se compromete a ir con ellos, pues existen
desafíos que son solo nuestros y tenemos que enfrentarlos valientemente, pero
el Señor está en el asunto.