domingo, 4 de diciembre de 2011

Encendiendo un fuego más que humanitario

Texto:
Hch 28:1 Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta.
Hch 28:2 Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que caía, y del frío.
Hch 28:3 Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las echó al fuego; y una víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano.
Hch 28:4 Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir.
Hch 28:5 Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció.
Hch 28:6 Ellos estaban esperando que él se hinchase, o cayese muerto de repente; mas habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios.
Hch 28:7 En aquellos lugares había propiedades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibió y hospedó solícitamente tres días.
Hch 28:8 Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó.
Hch 28:9 Hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades, venían, y eran sanados;
Hch 28:10 los cuales también nos honraron con muchas atenciones; y cuando zarpamos, nos cargaron de las cosas necesarias. (RV1960)

La dificultad del cristiano para agarrar calor nuevamente cuando se ha enfriado, es algo difícil porque parece que los no cristianos tienen más humanidad que los cristianos.
Cuando alguien cae no podemos obligarlo a volver al camino, pero sí podemos ponernos a la par para consolar y animar a volver y a facilitar la vuelta al camino del Señor.
Muchos cristianos equivocan lo humanitario con lo espiritual y queremos sustituirlo pensando que es equivalente, pero no se puede sustituir lo humanitario con lo espiritual, pero lo espiritual debería de incluir lo humanitario en la visión personal de ayudar al hombre en lo que necesita. La visión como iglesia no puede quedarse a ese nivel porque lo espiritual debe de llegar al hombre de manera integral, pasando por las necesidades externas.

Los naturales o bárbaros nos trataron bien. El carácter tosco al hablar al repetir la sílaba "barbar" de donde bárbaro es extranjero. Pablo se encontraba en un lugar extranjero, no era un lugar donde hubiera gente de fe.
Cuando llegaron a Malta que era una isla donde habían naufragado, pudiendo decir que estaban cansados, mojados, y con gran preocupación. Esto era complicado llegar a un lugar desconocido donde no sabían cómo les recibirían, esto puede ser parecido a nosotros cuando nos toca abordar con los que no son de la fe y dependemos de ellos.
Les trataron bien, con no poca humanidad, pero ¿qué es tratar con humanidad?, en primer lugar les respetaron la vida, les respetaron la libertad, pues no les agarraron y apresaron. Además les daban protección de la lluvia, recibiéndoles a todos y dándoles calor con un fuego para que no aguantasen frío o murieran de hipotermia o se enfermaran.

El espiritual debe dar calor. Cuando un cristiano falla y parece que no se puede levantar, la decisión de levantarse es personal, es algo que no depende de otros, ni de sus padres, ni de sus cónyuges ni de nadie; pero cuando se toma la decisión de querer continuar, ¿cuál debería ser el apoyo?
Algunos dicen que los cristianos son el único ejército que deja solo a los caídos en batalla, que no los recoge para curarlos y volverlos a poner en combate. Pero la realidad es que el seguir dependerá del cristiano y de lo que se le haya enseñado, porque seguramente si ha sido enseñado con mucho legalismo en este estado, no le ayudará.
El apoyo es entonces el consuelo que viene cuando no nos ponemos como jueces del por qué falló, sino en concentrarse de que se puede salir de allí. Dar la mano y animar a continuar debe ser nuestro enfoque, pues muchas veces de seguro la restauración no es de un momento, sino que hay que poner el fuego, y esto pasa por varias etapas: primero acarrear el material combustible, ordenarlo para que arda bien, luego encenderlo y avivarlo, y después solo agregar material para que siga ardiendo.
Esto tiene un esfuerzo para que otro pueda calentarse, esto quiere decir que esta labor pasa por tener filantropía o amor por con los hombres (Tit_3:4), pues se debe superar aquello que si se lo merece, o no el apoyo o consuelo brindado, o el decir que esa situación de sufrimiento en la que se encuentra es consecuencia de lo que ha sembrado y por lo tanto se lo merece. Muchas veces somos más benevolentes con quienes no conocen al Señor que con los hermanos, y debería ser igual.

Al menos con beneficios de bárbaro. Por lo menos debemos ser como los bárbaros de humanitarios, porque ellos sin conocerlos les dieron techo y calor, sabiendo que eran la mayoría presos, criminales. Esta es una lección para nosotros que como pueblo queremos mirar y exigir en otros la perfección que no tenemos, y nos cuesta perdonar aun la ofensa más pequeña.
Los de Malta vieron lo que pasó a Pablo y que la víbora no le mató sabiendo que era venenosa; al principio pensaron que la justicia lo alcanzaba porque seguramente era un homicida, pero después al ver que no moría le vieron como un dios (en su creencia politeísta), aquí vemos algo increíble en su forma de actuar puesto que hicieron acciones humanitarias sin importar la razón por la que eran prisioneros.

El ataque de la víbora lo vieron como un efecto o resultado de la vida de Pablo, lo cual solo serviría para ver la obra de Dios y ganar credibilidad para lo que venía. El que es o se dice espiritual sin embargo, no tiene derecho de juzgar aunque haya sido humanitario, porque eso no le permitirá consolar, pues el que ha fallado o fracasado en ese momento es suficiente el sufrimiento para juzgarlo, y si lo hacemos no podrá asociar la necesidad de Dios, sino que corre el riesgo de quedarse empantanado en la crítica del hombre.
Que el Señor nos ayude a llegar a la bondad o humanidad del bárbaro y llegar al consuelo del espiritual para que el que está caído se levante y siga en este glorioso camino.