sábado, 17 de noviembre de 2012

Él saca de la horrible soledad



Lev 13:46  Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada.

Isa 40:3  Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.(A)
Isa 40:4  Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane.

Deu 32:9  Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob la heredad que le tocó.  
Deu 32:10  Le halló en tierra de desierto, Y en yermo de horrible soledad; Lo trajo alrededor, lo instruyó, Lo guardó como a la niña de su ojo.  
Deu 32:11  Como el águila que excita su nidada, Revolotea sobre sus pollos, Extiende sus alas, los toma, Los lleva sobre sus plumas,  Deu 32:12  Jehová solo le guió, Y con él no hubo dios extraño.  
Deu 32:13  Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra, Y comió los frutos del campo, E hizo que chupase miel de la peña, Y aceite del duro pedernal;  Deu 32:14  Mantequilla de vacas y leche de ovejas, Con grosura de corderos, Y carneros de Basán; también machos cabríos, Con lo mejor del trigo; Y de la sangre de la uva bebiste vino.

El estado del hombre sin Dios es de soledad, pues  siente que busca algo pero no lo encuentra o aunque parezca que no tiene soledad el vacío puede estar aunque no lo relacionen con Dios. La vida puede llevar a situaciones hacen pausas para reflexión pero depende de la humildad de corazón para reconocer que necesita de Dios.

Para el cristiano es un problema muy grave que el vacío trate de llenarse de forma o de cosas que aunque sabemos que no saciarán la necesidad, decidimos hacerlo. El Espíritu Santo en nuestra vida es sin duda el regalo más grande del Señor a través de reconocer y aceptar la obra redentora de Cristo Jesús en nuestras vidas.

Si nos preguntamos el porqué de la soledad en la vida podemos retroceder en la historia y darnos cuenta que desde el inicio Dios llenó el vacío y ordenó y el desorden y quitó las tinieblas (Gen_1:2); el pecado como dice Lev_13:45-46, en la figura de la lepra, obligaba a ser apartado de los demás del pueblo, por lo que hacía sentir soledad en la persona, la cual no podía tener comunión con los demás, no porque no quisieran sino porque les contaminaría. El pecado separa de Dios y eso puede hacer venir soledad si no se vuelve con arrepentimiento. Aun cuando había sospecha de lepra el sacerdote lo separaba y lo ponía en cuarentena, y ese tiempo era una prueba no solo en lo físico sino para ponerse a cuenta, y hubo personas que fueron sanados en ese período y la lesión de lepra desaparecía.

Esa separación del hombre por el pecado es la que justamente el Señor viene a reparar en nosotros, por esto la labor de Juan el bautista era como describe Isa_40:3-4, la voz que clamaba en esa soledad del desierto. En la soledad no hay voz pero el Señor pone a uno a levantar voz donde se escucha fuerte y claro por ser un lugar desolado. La voz para los solitarios es la única salida a su necesidad, porque ese llamado invita a preparar el camino, y a hacer ese camino derecho y no difícil de caminar.

El desafío es de alguna manera la forma de salir de la soledad –estos aspectos le favorecen– al arreglar ese camino, donde lo deprimido en nosotros debe levantarse, y lo soberbio bajarse, y lo que sabemos está torcido se debe enderezar, y lo áspero se alise. Pero ¿cómo se hace esa labor para salir de la soledad? Aspecto de esta respuesta la encontramos en Deu_32:9-13 en el discurso de Moisés y se describe como fue sacado Israel del desierto.

1.        Conociendo que no se está solo, el Señor lo rodea. Se puede decir que la soledad no solo es el sentimiento cuando no hay nada ni nadie alrededor nuestro, sino también por la realidad de vacío que produce el pecado, esto al sentirnos dividido o aislado de los demás. Algo está pasando o pasó que no pudimos superar en el Señor y nos sigue dando la sensación de continuar atrapados allí, con una barrera que no nos permite disfrutar de lo que demás disfrutan.

Algunos podemos llegar a apartarnos voluntariamente porque pensamos no merecer disfrutar, ya que al pecar nos apartamos aun de los que están bien cerca nuestro. Esto es un efecto que puede ser real o implantado cuando aceptamos culpabilidad de cosas que no  tenemos responsabilidad pero lo aceptamos, esto hace difícil que el Señor obre, por creer merecer ese aislamiento.

Quien piensa que está solo debe convencerse que el Señor está alrededor como dice Deu_34:10 cuando dice que lo trajo alrededor está dejando claro que Israel no estaba solo y no solo eso sino que iba siendo guiado aunque pareciera que estaba perdido. Él nos rodea para tratar de dirigirnos hacia un mejor lugar dejando la desolación. La horrible soledad significa: donde se aúlla o donde se gime, lo que indica el estado del alma que puede estar en una situación donde se escucha el sentir o solo se lo guarda con gemidos de dolor. Entonces lo que está diciendo que así como Israel que iba por un desierto como perdido, al final era necesario para introducirlo a la tierra prometida.

2.       La instrucción nos separa mentalmente. Esto es necesario que lo haga el Señor lo haga para sacarnos de la soledad, porque puede la soledad volverse la compañía más real,  y por esta razón solo la instrucción hace volver a la prudencia. En ese tiempo existía la oportunidad para ser instruido, pues algunas veces solo en estado de soledad podemos escuchar la instrucción, de lo contrario estamos tan ocupados para prestar atención, por esto se puede aprovechar esa situación.

La separación mental no es fácil pues algunos estamos tan embebidos que como esponjas absorbemos todas las cosas que refuerzan la soledad diciendo no me miran, no me visitan, no me toman en cuenta, como estoy viejo, etc. Cortar las demás cosas es necesario y esto no lo podemos hacer solos, sino que el Señor nos ayuda a separar nuestros pensamientos para que le escuchemos a él. En otras palabras si no podemos escucharle con claridad, entonces nuestra mente está trabajando al contrario nuestro y nos puede hundir, debemos dejar que nos separe mentalmente.

3.       Nos da protección como cuida sus ojos. La niña del ojo o pupila, es lo más valioso. El Señor para sacarnos de la soledad nos guarda, protege vigila como a sus propios ojos, es decir sabiendo que si se descuida le afectará claramente en su visión. Hoy día no entendemos esto con claridad.  

El Señor que dice que en Jacob está su porción porque es su pueblo que ama, trata de cuidarnos como algo que no podía perder, y que inconscientemente protegemos, pues nuestros reflejos cuando se trata del ojo son increíbles, y de igual manera cuando se trata de nosotros el Señor reacciona, el problema es que nosotros no lo miramos. Si lo pudiéramos ver estaríamos tranquilos y no nos afectaría si todo a nuestro alrededor es un desierto, si no hay nada, si no hay río, el Señor hará que sintamos frescura, gotas de agua sobre nosotros aunque no exista nada alrededor. La soledad parece hacernos vulnerables pero si supiéramos que nos protege estaríamos claramente saliendo de la soledad pues nadie que tiene y siente al Señor en su corazón se sentirá solo.

4.       Nos excita como el águila a su nidada. Esta es la forma más extrema para sacar al ser humano de la soledad y esto viene hasta que se reacciona y para esto hace como el águila. El águila inquieta, revolotea para que los polluelos abran los ojos, que aviven, se despierten y vuelen. El Señor hace muchas cosas por nosotros para que no quedemos solos, aislados y en horrible soledad. Cuando nos ocupamos de cosas casi automáticamente podemos salir de ese estado y entender la situación. El águila sabe que si deja pasar el tiempo con sus polluelos éstos se van a acomodar de estar ahí sin hacer nada, solo comiendo, aislados por la altura, quizá diciendo: estoy más alto que todos, pero me siento solo.

Por esto el águila los saca, los lleva sobre sus plumas, y aunque los dejara para que aprendan a volar, es la única manera que perderán el temor, es tanta la altura que sabe que los alcanza a rescatar, no pasa nada, no tocaremos fondo sin que antes seamos rescatados en el peor de los casos, pero ese no es el plan, sino que aprendamos a volar. Para sacar la soledad de nosotros nos dejarán caer, entonces podremos volar y estar tanto arriba como abajo, cerca de Dios y cerca de los nuestros.

CONCLUISIONES
·      Saliendo de la soledad el Señor le dio al pueblo dirección y guianza aunque haya desierto y yermo no entrarán en el corazón.
·      No se debe menospreciar los métodos de Dios para sacarnos de soledad, existen diferentes formas y lo hará porque la soledad hunde.
·      Saber que no estamos solos, que nos puede mover estando alrededor, que nos separa mentalmente, que nos cuida como sus propios ojos, y que hace de todo para que aprendamos a volar para salir de la caída libre de la soledad.