viernes, 21 de junio de 2013

QUE EL DESIERTO NO SEA EN VANO

Texto: Deuteronomio 29:1-20 (RV1960)
Dt 29:1 Estas son las palabras del pacto que Jehová mandó a Moisés que celebrase con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concertó con ellos en Horeb. 2Moisés, pues, llamó a todo Israel, y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda su tierra, 3las grandes pruebas que vieron vuestros ojos, las señales y las grandes maravillas. 4Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír. 5Y yo os he traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro pie. 6No habéis comido pan, ni bebisteis vino ni sidra; para que supierais que yo soy Jehová vuestro Dios. 7Y llegasteis a este lugar, y salieron Sehón rey de Hesbón y Og rey de Basán delante de nosotros para pelear, y los derrotamos; 8y tomamos su tierra, y la dimos por heredad a Rubén y a Gad y a la media tribu de Manasés. 9Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hiciereis. 10Vosotros todos estáis hoy en presencia de Jehová vuestro Dios; los cabezas de vuestras tribus, vuestros ancianos y vuestros oficiales, todos los varones de Israel; 11vuestros niños, vuestras mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu campamento, desde el que corta tu leña hasta el que saca tu agua; 12para que entres en el pacto de Jehová tu Dios, y en su juramento, que Jehová tu Dios concierta hoy contigo, 13para confirmarte hoy como su pueblo, y para que él te sea a ti por Dios, de la manera que él te ha dicho, y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. 14Y no solamente con vosotros hago yo este pacto y este juramento, 15sino con los que están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con los que no están aquí hoy con nosotros. 16Porque vosotros sabéis cómo habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por en medio de las naciones por las cuales habéis pasado; 17y habéis visto sus abominaciones y sus ídolos de madera y piedra, de plata y oro, que tienen consigo. 18No sea que haya entre vosotros varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca hiel y ajenjo, 19y suceda que al oír las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: Tendré paz, aunque ande en la dureza de mi corazón, a fin de que con la embriaguez quite la sed. 20No querrá Jehová perdonarlo, sino que entonces humeará la ira de Jehová y su celo sobre el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová borrará su nombre de debajo del cielo;

El pueblo de Israel antes de salir del desierto fue juramentado con un pacto porque trataba que el desierto no pasara solo como una experiencia sino que fuera un cambio en la vida. De igual manera el cristiano debe tener claridad que la experiencia del desierto que pudo haber traído sufrimiento no debe solo ser parte del pasado sino que se vuelva en cambios permanentes en nuestras vidas.
A pesar de esto muchos desiertos no tienen los resultado previstos por el Señor, echando a perder de nuestra parte ese plan. El pacto tenía bendición de prosperidad en todo lo que hicieran, esta era confirmación como su pueblo, sin embargo quien no cumpliera sería borrado y quitado y sufrirá de las plagas y enfermedades pues el Señor no le perdonaría.
La advertencia para no fracasar estaba basada en ser verdadero seguidor del Señor, y un síntoma muy claro es que si alguien siente una falsa bendición, o una falsa sensación de satisfacción en el evangelio que les lleva a hacer sentir comodidad, confiados de que la manifestación de bendición continuará aunque no se cumpla el pacto. Así hoy puede alguien sentirse y aun decirlo repetidamente bendecido pero solo en lo que nosotros queremos y no en lo que el Señor nos quiere bendecir, porque lo material es una parte de la bendición y tampoco es un buen indicador de bendición.
USTEDES HAN VISTO
En Egipto, ustedes vieron pruebas, señales, grandes maravillas, el pueblo miró todo lo que había hecho el Señor para sacarlos. El cristiano sabe que el Señor ha hecho muchas cosas para sacarnos del mundo, pero es necesario que no olvidemos todo lo que hizo, esto es solo para los que han salido del mundo, quienes todavía permanecen no alcanzan a ver todo lo que el Señor hace por nosotros.
Mucho cristiano tiene una memoria corta, humanamente hablando, y no recuerda lo que Dios ha hecho por él; esto es grave pues nos deja sin ningún temor a él, pues podemos llegar a tener en poco su obra, como aquel hijo desagradecido que no puede ver el esfuerzo (en este caso humano), que su padre o madre ha hecho por su vida. Hay quienes esperan cada vez cosas mayores pero no existe ni una pizca de compromiso.
ENTENDEMOS LO QUE HIZO EN NOSOTROS
Para entender debemos tener corazón, ojos para ver más allá y darnos cuenta, y oídos (heb. ozén) para atender y obedecer (heb. shamá) v.4. Para quienes no están en el Señor de corazón no pueden tener esa capacidad.
La evidencia: el Señor les dio vestidos y calzado que no envejecieron, no habéis comido pan ni bebisteis vino ni sidra, llegando hasta este lugar les dice Moisés y todavía con esas desventajas, pelearon y derrotaron a sus enemigos.
La interpretación de todo eso: Toda esta evidencia no es clara para ellos, están en la bendición y no la ven. Esta bendición es de muchas formas, podemos señalar lo que es muy claro:
Te cambié la comida: no te di pan sino maná. Esto nos habla de las lecciones de vida pues no solo de pan vivirá el hombre, hoy esto es también una realidad pues el maná representa el verbo de Dios que es Cristo, y que es suficiente para saciar cualquier necesidad.
No vino ni sidra: el desierto es precisamente no solo la escasez de agua comida y las cosas que dan comodidad, sino también de lo que nos medios e instrumentos que facilitan pecar. Muchos están en un desierto pero este no hace su efecto porque se ingenian para seguir pecando, pero quien verdaderamente está en un desierto está limitado de esos medio para pecar, Israel no tenía vino ni sidra, lo que hizo abstemios obligados a quienes tenían ese falla. Algunos desiertos son para limitarnos pero padres, cónyuges, etc. entorpecen el proceso.
Victoria sobre: A pesar de no tener las mejores condiciones para la guerra sin embargo pudieron vencer sobre Sehón que significa tempestuoso, Hesbón que significa estratagema, inteligencia o razón, Og (girar) rey de Basán (serpiente que domina las profundidades del mar), esto nos habla de las victorias que les permitió tener sobre la violencia física, la inteligencia del mal, y sobre el dominio que gobierna el mundo.
Existe casi siempre mayor atención a lo que nos falta y no en lo que tenemos, pues Moisés les señala que ni la ropa ni los zapatos se les acabó, la ropa estiraba si engordaban (contradictoriamente se puede ganar peso en el desierto), las prendas se adaptaban a ellos si los pies se deformaban con juanetes los zapatos también. Esto es una bendición que aunque parecen pequeñas son importantes porque nada de lo básico les faltó, y había motivos para agradecerles.
LA CONFIRMACIÓN DEL PACTO, ¿PARA QUÉ?
Para quienes estaban alejados de Dios o tenían intención en el corazón de hacerlo, era necesario acercarlos, rescatarlos a través del entendimiento, aclarando lo que realmente había hecho, y así tener claridad del pacto que estaban haciendo. La raíz de amargura y veneno puede salir de lo que se ha vivido en el desierto y eso nos puede eliminar, tenemos que salir sanos y sin queja, si se mira el desierto como maldición o como castigo podemos caer en esa hiel y ajenjo.
Para entrar a la tierra prometida y tener prosperidad era necesario cumplir este pacto, capitalizar lo espiritual; todo aquel que no había entendido ese pacto pudo conocer de parte de Dios a través de Miosés lo que tenía que significar para cada uno de ellos. Así también para nosotros quizá nos sacarán como una sola tanda del desierto pero no necesariamente porque hemos aprendido la lección sino porque se acabó el tiempo. Esto era lo que pasaba con Israel, salían y el pacto trataba de emparejar y asegurar que no fallaran al salir del desierto.

Para el que persistía en creer que aun con este juramento que llevaba maldición al no cumplirlo, y pensaba que aun no haciendo lo correcto, todo le saldría bien, el Señor se pronuncia y dice que no le perdonará por estar advertido y tener juramento, exponiéndose a ser borrado como cristiano. Lamentablemente hoy parece que hay más temor en no alcanzar bendición material a ser borrado del libro de la vida.