1Co 2:9 Antes
bien, como está escrito: Cosas que ojo
no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha
preparado para los que le aman.
1Co 2:10 Pero
Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios.
1Co 2:11
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu
del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el
Espíritu de Dios.
1Co 2:12 Y
nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene
de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 1Co 2:13 lo cual también
hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el
Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
1Co 2:14 Pero
el hombre natural no
percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son
locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
1Co 2:15 En
cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
1Co 2:16
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas
nosotros tenemos la mente de Cristo.
1Co
3:1 De
manera que yo, hermanos, no
pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en
Cristo.
1Co 3:2 Os di a beber leche, y no
vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,
1Co 3:3
porque aún sois carnales;
pues habiendo entre vosotros celos,
contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?
Los cristianos debemos estar claros
que el crecimiento viene a través del Espíritu de Dios y no por la sabiduría
humana, y esto es porque puede hacer una labor de investigación para nosotros a
lo más profundo del corazón de Dios y nos trae de acuerdo a las necesidades que
tenemos aún cosas que ojo no ha visto ni
oído oyó, ni nadie se las ha imaginado, porque el propósito de Dios es que
tengamos la mente de Cristo y no la del mundo.
Los
beneficios son palpables para el hijo de Dios que va creciendo en madurez pues
alcanza no solo sabiduría sino también cosecha muchos frutos en su caminar, esa
plenitud es patente cuando va saliendo lo carnal de nosotros. ¿Cómo puede
saberse si tenemos éxito en este camino? Cuando lo carnal va quedando atrás y
nos vamos transformando en personas espirituales en nuestro caminar; esto trae muchas
posibilidades de parte de Dios, desde la forma en que se manifiesta con
nosotros.
El
crecimiento va desde hombres naturales que cuando conocemos a Cristo nos
convertimos en espirituales pero ese es un proceso de despojamiento de lo
carnal que hay en nosotros, para que el dominio sea espiritual. Este proceso de
crecimiento es también dado en la naturaleza, y por ejemplo quedarse sin
crecimiento al estilo bonsái en una planta se ve bonita, se aprecia y nos puede
gustar, pero esta realidad al hombre que conoce al Señor Jesús como salvador y
no crece y se queda pequeño (carnal), no es agradable a nadie, y al contrario
se vuelve un mal ejemplo a los demás.
¿Cómo nos hablan? La forma
en que nos hablan dice algo de cómo la otra parte nos está mirando de acuerdo a
su juicio; cuando a un joven se le habla como a niño se puede llegar a ofender
y pedir que le hablen de acuerdo a la edad que tiene; cuando a un profesional
con experiencia le dan instrucciones demasiado elementales, lo normal es que
dirá que eso lo ya lo conoce, y de esto podemos apreciar cómo les habla el
apóstol Pablo a los de Corintio.
Cuándo nos
hablan a una edad que no nos corresponde está pasando algo que no es
conveniente; aunque en la iglesia se tiene que hablar pensando en todas las
personas que asisten, algunos comenzando y otros con mayor madurez, esta es la
lógica que quien es niño en la fe porque está comenzando cronológicamente su
camino la palabra de Dios en él tendrá un diferente efecto para aquel que se ha
quedado estancado y que debería estar con mayor crecimiento, pues de esa
palabra dirá: eso ya lo sé y lo meterá en conflicto hasta que no sea convencido
y actúe en ella.
Existía la
necesidad del apóstol Pablo de hablarles como iglesia madura y tenía que estar
seguros que lo que les hablara fuera entendido de la manera correcta, porque de
lo contrario en lugar de ser de bendición la palabra podía llegar a ser un
estorbo, o peor aún no alcanzar a digerirla y que llegaran a creer que las
decía para su destrucción y no mirar la bendición que les quería llevar.
La
sorpresa para el apóstol fue que pensaba que podía hablar con libertad los
aspectos claves para la iglesia, pero la gente no estaba preparada, no habían
crecido o quizá algunos habían retrocedido. Esto es frustrante pues si queremos
ayudar a alguien debe entender el punto de ayuda porque de lo contrario no
servirá de manera permanente o nunca servirá. En la vida espiritual es doloroso
y solo los valientes estarán dispuestos a regresar a tratar de repetir y
superar el punto donde hubo estancamiento.
El natural, el carnal y el espiritual. Es
importante entonces conocer las diferencias que existen entre el hombre natural
y el espiritual y el carnal. Las aspiraciones deben ser las del espiritual,
porque es este quien tiene las posibilidades reales para Dios.
El hombre natural
está estudiando su potencial genético y en el futuro se verá más la
manipulación y adecuación genética para darle ventajas sobre los demás. Este es
un pensamiento humano normal que no aparenta nada carnal pero si miramos la
finalidad podría estarse tratando de una satisfacción de la carne buscando
inmortalidad. El éxito de esta opción termina por efecto de la ambición
(carne), discriminando a quien no puede pagar haciendo una brecha aun mayor
entre quienes pueden o no. Esta es la opción del hombre natural que busca a
través de la ciencia, y aunque no se le quita mérito pues es movido por lo que
siente que es mejor, y aunque pudiera haber beneficios externos el hombre
natural no alcanza a ver su carnalidad hasta que llega a los pies del Señor Jesús
pues comienzan a estorbar.
El hombre
natural (sensitivo o sensual), no puede ser espiritual sino carnal pues vive de
acuerdo lo que le dice o le pide la carne (aunque parezcan deseos sublimes),
por esto aunque existe gente que han ganado respeto por sus obras en algunas
áreas, otras áreas de su vida le están pasando factura pues no las puede
detener, pues esto solo es capacidad que obra por el Espíritu de Dios. Por esto
el apóstol le llama hombre natural quedando implícito lo carnal dentro de esa
palabra.
En el
cristiano la cosa debe ser diferente pues cuando conocemos a Cristo la obra de
su Espíritu Santo es hacernos vivir voluntariamente en el espíritu, para esto
hay que derrotar algunas áreas de nuestra vida donde hemos sido vencidos, hasta
que podemos con la ayuda del Señor vivir en el espíritu. El hombre natural no
percibe las cosas del Espíritu, a su criterio son locura y no las entiende por
falta de discernimiento espiritual.
Aun las
enseñanzas jamás podrán ser sustituidas por la sabiduría humana, porque no nos serviría
de mucho, pero la sabiduría del Espíritu de Dios permitirá que se acomode en
nosotros lo espiritual a lo espiritual, esto se refiere a ir uniendo las cosas
espirituales y no carnales con las espirituales porque no se puede. Esto solo
lo puede hacer la sabiduría espiritual, por esto puede calzar a nuestra
necesidad para nuestro crecimiento y frutos.
La manifestación de carnalidad. La carnalidad
que habla a la iglesia de Corintio tiene relación a la que tiene el niño en el
sentido que cuando se comienza en sus caminos se sabe que lo carnal persiste,
se nos sale, se manifiesta así como un niño hace un berrinche, pero esto no es
crítico para el espiritual si está comenzando el camino, caso contrario a quien
tiene ya suficiente tiempo como para ser maduro. Ahora bien, ¿qué pensamos si
ya tiene alguien tiempo de escuchar la palabra y no se manifiestan cambios? Lo
normal es decir que vive conforme a la carne.
Pablo
entonces no podía hablarles como a espirituales sino como a niños en Cristo,
les dio palabra de leche y no vianda porque el niño no puede digerir un buen filete.
Esto tenía que haber sido de impacto porque ¿qué pasaría si nos invitaran a
comer y nos ponen en el plato leche en un biberón? Pero ¿cuáles son las
manifestaciones en la iglesia que el apóstol veía para el que andaba en la
carne?:
Miró que existían
celos contiendas y disensiones. Los celos significa calor, lo cual nos
incomoda, nos irrita, en esa iglesia de Corintio no podían ver la bendición en
los demás había competencia insana, en esta iglesia estaban llenos de envidia
por los dones espirituales. No se quedaba a nivel de celos o irritación sino
que había pasado a manifestarse en contiendas o peleas y había terminado con
grupos separados, es decir en disensiones o desunión, las tres formas de
carnalidad están afectando a la iglesia de hoy.
Resistirse
a madurar estancándonos en la carne puede llevarnos a situaciones inimaginables
aunque existan dones, porque estos no son parámetro de madurez, pues un regalo
se lo pueden dar a un niño o a un adulto. Debemos pedirle al Señor estar en el
plan de crecimiento y que cuando comience los celos u otra manifestación de la
carne podamos detenernos y pedir ayuda al Señor para superarlo.