domingo, 25 de diciembre de 2011

Triunfando dondequiera que vayas

1Cr 18:1 Después de estas cosas aconteció que David derrotó a los filisteos, y los humilló, y tomó a Gat y sus villas de mano de los filisteos.

1Cr 18:2 También derrotó a Moab, y los moabitas fueron siervos de David, trayéndole presentes. 1Cr 18:3 Asimismo derrotó David a Hadad-ezer rey de Soba, en Hamat, yendo éste a asegurar su dominio junto al río Eufrates.

1Cr 18:4 Y le tomó David mil carros, siete mil de a caballo, y veinte mil hombres de a pie; y desjarretó David los caballos de todos los carros, excepto los de cien carros que dejó.

1Cr 18:5 Y viniendo los sirios de Damasco en ayuda de Hadad-ezer rey de Soba, David hirió de ellos veintidós mil hombres. 1Cr 18:6 Y puso David guarnición en Siria de Damasco, y los sirios fueron hechos siervos de David, trayéndole presentes; porque Jehová daba la victoria a David dondequiera que iba. 1Cr 18:7 Tomó también David los escudos de oro que llevaban los siervos de Hadad-ezer, y los trajo a Jerusalén.

1Cr 18:8 Asimismo de Tibhat y de Cun, ciudades de Hadad-ezer, tomó David muchísimo bronce, con el que Salomón hizo el mar de bronce, las columnas, y utensilios de bronce.(A) 1Cr 18:9 Y oyendo Toi rey de Hamat que David había deshecho todo el ejército de Hadad-ezer rey de Soba,

1Cr 18:10 envió a Adoram su hijo al rey David, para saludarle y bendecirle por haber peleado con Hadad-ezer y haberle vencido; porque Toi tenía guerra contra Hadad-ezer. Le envió también toda clase de utensilios de oro, de plata y de bronce;

1Cr 18:11 los cuales el rey David dedicó a Jehová, con la plata y el oro que había tomado de todas las naciones de Edom, de Moab, de los hijos de Amón, de los filisteos y de Amalec.

1Cr 18:12 Además de esto, Abisai hijo de Sarvia destrozó en el valle de la Sal a dieciocho mil edomitas.(B) 1Cr 18:13 Y puso guarnición en Edom, y todos los edomitas fueron siervos de David; porque Jehová daba el triunfo a David dondequiera que iba.


Al hombre espiritual le es difícil creer que pueda tener victoria donde vaya, porque no solo es por cuestión de fe sino de mantenerla, o mejor lo que hace que crezca, porque podríamos pensar que solo es el deseo de vencer, lo que hará que venzamos y que lo demás se dará, pero en la realidad lo más difícil es mantener un deseo real que venga de Dios, que nazca de la fe.
Cuando el rey David quería hacer casa al Señor el profeta Natán lo vio como algo bueno y aprobó sus planes, pero el Señor no se lo permitió y más bien se la hicieron a él, aunque humanamente tenía buenos deseos para algo sublime. Esto comprueba que no se trata solo de motivación personal sino de lo que el Señor desea que hagamos según sus planes.

A David le permitieron que acopiara todos los materiales que necesitaba para la casa del Señor y que él no construiría sino su hijo Salomón. Esto significa que el propósito de las cosas que motivan será siempre superior a los deseos de puramente humano.

Hoy día muchos cristianos estamos tentados a pensar que solo se trata de buena motivación para que el Señor nos lleve de victoria en victoria y de triunfo en triunfo.


Qué significa el triunfo. Siempre se piensa como sinónimo a victoria pero debemos considerar no solo el momento cuando se vence al enemigo, sino desde que se inicia, mucho antes de victoria en sí, y perdura después de la victoria, triunfo significa estar abierto, ancho o libre, estar seguro, por lo que nos dice de alguien que no lo detiene nada.
Si lo vemos en la guerra era algo clave, decisivo para vencer al enemigo, pues no se podía ir vencido a la batalla, con poco ánimo o azorados (con temor de aquel que es perseguido). Sin embargo podemos sufrir este tipo de situaciones, que cuando deberíamos ir seguros no vamos tan seguros. Si todas nuestras campañas o batallas saliéramos con decisión, y si saliéramos con ánimo de darlo todo, sería distintas nuestras vidas.

A veces iniciamos las campañas porque nos sentimos respaldados por otros, nos dejamos ir por lo que otros dicen pero sin ser contagiados también del valor para actuar. Cuando ocurre esto, vamos caminando sin sentimos seguros. Cuando no hay seguridad podemos sentirnos perseguidos, y esto ocurre cuando empezamos a correr, el problema es que muchos no sabemos que lo estamos haciendo.

Si alguien que corre perseguido y se detiene a pensar que si va a seguir en campaña es porque va a enfrentar lo que venga, sin importar que pueda salir afectado, es entonces cuando tendremos paz y claridad, y somos fortalecidos, pero el que corre puede hacerlo más por el temor de enfrentar las batallas que por los mismos daños. El enemigo quiere que nosotros no sintamos perseguidos porque ahí no hay capacidad para enfrentar, porque es como que nos sintiéramos culpables y lo estemos aceptando.


¿Qué debe hacer el triunfador? Pareciera que se tiene el estereotipo del triunfador que tiene facilidad de palabra y como un político o comunicador que practica sus frases y respuestas, pero no es así como se ve muchas veces con diferentes líderes del Señor, ejemplo de esto es Moisés que no podía hablar, por lo tanto era todo lo que se podía ver que hacía, de igual manera David no se desanimó por no poder hacer la casa de Dios y felizmente acopia todos los materiales necesarios.
El triunfador derrota al enemigo porque sabe que se lo ha entregado el Señor y no quiere que lo domine. De igual manera también nosotros tenemos que vencer aquellas cosas que nos dominan y nos han robado bendición. Uno de estos eran los filisteos (v.1), y moabitas (v.2), los cuales le fueron tributarios, es decir que sintió confianza como para que le sirviera.

Tomó David los instrumentos de guerra, entre estos carros, caballos y otros que los desjarretó (los hizo bajas sin matarlos). Esto parece conveniente cuando se tiene control y se está vigilante de la situación. De igual manera nosotros debemos quitar el poder a los instrumento de aquellos que quieren dañarnos cuando está a nuestro alcance.

Tomó escudos de oro, que aunque fueran de oro no quería decir que pueden defender mejor, sin embargo David los llevó para el templo, y de igual manera tomó bronce para el templo. Esto significa que David tenía en mente para qué utilizaría las cosas cada vez que se enfrentaba a los enemigos.
Pero, ¿qué hace el triunfador con el que se adelanta a regalarle? Toi rey de Hamat (v. 9), viniendo de Siria mandó a regalarle utensilios de oro y plata por haber derrotado a su enemigo. David los recibió y no peleó con ellos porque no era un hombre sanguinario sino uno que había sido levantado por el Señor para controlas a todos los enemigos alrededor.

Tomó posición poniendo guarnición en Edom, es decir tampoco dejaba sin hacer lo que venía, es decir que se tomaba la tarea de lo que llegaba después de la guerra. El cristiano que triunfa debe asumir las responsabilidades que trae la victoria, es decir que el triunfador hace lo que viene que es poner control y devolver la paz y la producción, para que no solo sea destrucción.

El Señor daba el triunfo a David dondequiera que fuera y nosotros también estamos llamados a tener triunfo en nuestra vida por la obediencia en seguir el propósito del Señor, así como David lo entendió.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Esperemos su venida

Textos: 1Co_11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

Para todo cristiano que conoce las promesas del Señor sin duda no hay una promesa que nos llene tanto de esperanza que la venida del Señor. Pero nos preguntamos por qué no hay tanto entusiasmo por anunciar la venida del Señor y hasta parece extraño o anticuado hacerlo hoy día, y sin embargo los documentales de televisión lo hacen a su manera. Por esta razón queremos tocar algunos aspectos para esperar su venida.

En primer lugar: ¿Anunciar la venida a quiénes?, podría ser la pregunta que muchos se hacen, pero la realidad es que se anunció primero a los discípulos de parte del Señor, porque realmente son los discípulos los necesitados de creer, y cuando lo creemos lo proclamamos de corazón le estamos diciendo al Señor aquí estamos esperándote.
También podríamos decir que indirectamente anunciamos para con los afuera de la iglesia la venida del Señor, pero aunque aparentemente no lo entienden muchos, sin embargo el Señor puede hablar de distintas maneras y hacer entender a través del anuncio que Jesús es el Señor, y que vendrá a tomar su lugar, porque el mensaje toma validez cuando nuestro testimonio es fiel para con aquel a quien esperamos.


Anunciando su muerte hasta que Él venga. El regreso del Señor hace que quienes le esperan anuncien su muerte y su venida, esto hará claro que cuando seamos levantados se sabrá que fue el Señor el que nos llevó.

Durante ese tiempo previo a su venida es importante anunciarle como Señor porque muchos piensan que es solo religión, pero estamos hablando de uno que volverá, por eso es necesario anunciarlo celebrando la cena del Señor que él mismo instituyó.
Celebrando la Cena del Señor estamos diciendo volverás, regresarás y te sentarás en esta mesa con nosotros. Si alguien se va lejos tenemos la esperanza que vuelva y lo decimos porque sabemos que esto sucederá, es un deseo pero también una promesa.

Hay esperar con la paciencia del agricultor Stg_5:7 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.

La fe nos permite tener paciencia, porque cuando estamos seguros que las cosas sucederán podemos esperar con más tranquilidad. Es agricultor sabe que si trabaja en esa espera tendrá el mejor fruto, por esto el esfuerzo depende de la fe que tengamos. Sabe cada tiempo y cuando la planta necesita crecer lo espera y atiende para que haya flor y por supuesto sabe que vendrá el fruto.

El cristiano que quiere esperar pasivamente no sabe lo que está haciendo, porque de repente solo se quedará con una fe lejana que comenzará a desteñirse. No así el agricultor diligente que cuando hace lo que tiene que hacer, puede ser cada vez más cerca la promesa del fruto, y sabe que el Señor mandará la lluvia temprana y la tardía.

Algunas personas pueden burlarse diciendo ¿dónde está la promesa de su venida? porque todo esta igual que antes. 2Pe_3:3-4. sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias,(A) 4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.
Esto ocurre porque saben que están descalificados y quieren hacernos parecer raros y que no estamos haciendo las cosas bien para descalificarnos también, pero es todo lo contrario pues la mayoría lo dicen porque no pueden o no quieren someterse a Dios.

Pedro dice que no se acuerdan que fueron hechos los cielos y la tierra y que la tierra proviene del agua y por eso fue destruida la tierra por el diluvio por el pecado de ese tiempo, y los cielos y la tierra que ahorra existen están reservados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. En otras palabra es mucho mejor esperar al Señor para recompensa que esperar un juicio.

La importancia de la consagración 1Ts_5:22-23. Absteneos de toda especie de mal. 23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.
Esperar al Señor no es una espera sin condiciones por esto no debemos olvidar el hacer nuestra parte de guardarnos para su regreso, porque en lo natural, si el esposo sale obligatoriamente y deja a su esposa y le dice volveré pronto, su esposa tiene que estarlo esperando pero con fidelidad al esposo, guardándose para él para que pueda tener recompensa de su retorno.

El abstenerse de toda especie de mal nos habla de la consagración, que es lo mismo que las decisiones voluntarias de apartarnos del mal cuando tenemos la oportunidad o está a nuestra disposición pecar. Por supuesto que esto no es suficiente porque somos imperfectos y quizá tendremos la buena voluntad y ésta no sea suficiente, por esta razón el Señor avala nuestra condición santificándonos por completo, para que seamos irreprensibles cuando él venga. Esto no es muy popular pero cuando se toma la cena del Señor, es una buena oportunidad de ponernos a cuenta es decir cuando podemos pedir perdón y ser irreprensibles, para no salir avergonzados cuando Él vuelva.

Debemos pues permanecer en él y no dejar el camino para no ser como un desconocido, 1Jn_2:28 Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.
Cuando se pierde la amistad es difícil querer tener beneficios de esa amistad cuando la persona prospera, no podemos presentarnos como si nada, tratando de aprovecharnos cuando ya no hay amistad, es lo mismo cuando ya no existe confianza y fingimos como si la hubiera. El Señor viene a recibir y establecer un reino y nosotros como esposa o iglesia del Novio tendremos muchos beneficios.
El inconstante no permanece y puede ser que al estar jugando se encuentre en ese momento alejado del Señor cuando el regrese, por eso la oportunidad de Dios de reconciliar y proclamar su venida cumpliendo la ordenanza de la Cena del Señor.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Es tiempo de comprender

Texto: Deu_29:1-9

Deu 29:1 Estas son las palabras del pacto que Jehová mandó a Moisés que celebrase con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concertó con ellos en Horeb.
Deu 29:2 Moisés, pues, llamó a todo Israel, y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda su tierra,
Deu 29:3 las grandes pruebas que vieron vuestros ojos, las señales y las grandes maravillas.
Deu 29:4 Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.
Deu 29:5 Y yo os he traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro pie. Deu 29:6 No habéis comido pan, ni bebisteis vino ni sidra; para que supierais que yo soy Jehová vuestro Dios.
Deu 29:7 Y llegasteis a este lugar, y salieron Sehón rey de Hesbón(A) y Og rey de Basán(B) delante de nosotros para pelear, y los derrotamos; Deu 29:8 y tomamos su tierra, y la dimos por heredad a Rubén y a Gad y a la media tribu de Manasés.(C) Deu 29:9 Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hiciereis.

El entendimiento del hombre es muy limitado, a veces quisiéramos entender cosas que por nuestra inmadurez es mejor que no las entendamos porque quizá nos pueda desanimar, aunque siempre es necesario comprender para crecer.
En ocasiones en el camino del Señor podemos pasar tiempos que vemos muchas cosas importantes en nuestra vida, pero no sabemos o no distinguimos lo que estamos viviendo, menos aún las cosas que suceden son sobrenaturales. Se puede llegar obviar estas cosas y verlas como algo normal.
Por esta razón los tiempos de reflexión son importantes y llegan muchas veces de una manera inducida y no por iniciativa propia, a veces no despertamos en nuestro interior sino que otro que tiene influencia o liderazgo y nos guía hacia la reflexión porque sabe que es necesario para afirmarnos y para que sintamos la responsabilidad para seguir adelante. Por ejemplo un niño no entiende muchas cosas de los sacrificios que sus padres hacen, sin embargo cuando llegan a jóvenes pueden entenderlo y se puede entrar en una reflexión del porqué de algunas decisiones tomadas o situaciones vividas.
En esta porción vemos a un líder grande como es Moisés que tenía que hacerles reflexionar para que pudieran asumir responsabilidad como nación, porque en definitiva cuando Dios hace cosas grandes en nuestras vidas no es para que sean privadas, al menos a un inicio sí pero cuando se tenga madurez entenderemos los propósitos que tiene. Para el caso tenían que hacer un pacto y para que hicieran el pacto tenían que entender todo lo Dios había hecho por ellos para poder pasar el Jordán y entrar a la tierra prometida.

Mirando pruebas, señales y maravillas. El poner a prueba la fe a través de situaciones que pueden traer sufrimiento, pueden ser vistas de una manera incorrecta, esto porque no se entiende lo que se vive y lo único que se ve es la dificultad, de cómo salir de ella y no se está pendiente de lo que Dios hace ni mucho menos de los propósitos para nuestra vida. Desgraciadamente no toda prueba se supera porque se puede vivir en el desierto de una manera inapropiada.
Mientras se pasa una prueba muchas veces no se alcanza a comprender todas las cosas que ocurren, sino que solo se mira desde el punto de vista de cómo superar la situación, y no de su significado y propósito. Esto habla de lo externo y que se puede volver el enfoque de nuestro vivir, es decir que se hacen los esfuerzos sin mirar más allá.
Las señales y las grandes maravillas aparecen porque son enviadas de parte de Dios para que el hombre se oriente con las señales y para que las maravillas nos llenen de confianza de su poder y creamos en Él, por ejemplo en Egipto por medio de Moisés se pudo ver señales, las cuales señalaban seguir a Moisés.
Las señales no son para los infieles y malvados, porque a es el señor les da la señal del profeta Jonás (Mat_12:39-40), una señal de destrucción que seguramente había tenido al estar tres días en el pez, y si nos preguntamos cómo habrá salido de allí y la señal de la muerte que llevaba para el que desobedece. Esta señal pasa inadvertida para los infieles porque vieron al Señor morir y resucitar y no se convirtieron.

Se necesita corazón para entender, ojos para ver y oídos para oír. Cualquiera de nosotros nos podemos ofender si nos dicen que existen cosas que no podemos entender, pero la realidad es que se necesita otro corazón para asimilar. El corazón de la prueba no está listo para entender las cosas, porque cuando se nos da el corazón para entender, es para afianzar y no volver a entrar nuevamente en los mismos desiertos, es decir que si no llegamos a este punto fácilmente llegaríamos a la misma situación anterior.
Los ojos para ver a los que se refiere son unos que pueden percibir no solo lo externo, sino otras cosas que parecían ocultas y que las pasamos por alto en el momento de la aflicción. Esta es la misma situación de los oídos para oír, porque cuando tenemos los nuevos oídos no nos detenemos a oír las cosas que no debemos, sino las que nos llenan de fe, y toda explicación de Moisés era agradable a sus oídos.

Lo que no entendimos, ni vimos, ni oímos en la prueba. Pasando de noche en el desierto de prueba no vemos las cosas como verdaderamente son, pues siempre se lo atribuimos a otros factores, incluida la suerte como algo determinante; sin embargo el Señor quiere sacarnos de ese error, no para jactarse de la ayuda brindada sino para que podamos crecer como creyentes. Con el tiempo vamos corrigiendo lo que hemos vivido y la participación del Señor.
En el desierto los he traído y para que no sintieran tanto la prueba les he dado cosas para que no desesperaran, como quien dice había un piso o mínimo de bendición y este alcanzaba beneficios que son llevados con sobrenaturalidad, que son verdaderas maravillas y señales que no pudieron ver en su momento.
Algunas de estas son descritas por Moisés: El vestido no se envejeció sobre vosotros, tampoco vuestro calzado; que desde el punto de vista natural fue importante y si lo vemos lo que representa espiritualmente es todavía más grande, porque el vestido significa cobertura que no se envejece, es decir que no hay necesidad de algo nuevo como la ropa cuando ya no nos gusta. Por el lado de los zapatos también habla de que aquel que lleva la palabra no estará incómodo para caminar, Dios proveerá los zapatos correctos que se adaptarán al nuevo cayo o juanete. El hecho de estar en desierto no quiere decir que no se puede llevar palabra a través del testimonio y directamente como cristianos.
Las grandes señales del agua de la roca que orientaban a un pueblo sin vino ni sidra, pudieron sustituir algo que podía ser normal en su vida alejados del Señor, y en el desierto no les hizo falta, es decir llevó consagración obligatoria que en momento no lo podían entender, pues habían aprendido a vivir de una manera diferente. Hasta aun lo más elemental que es el pan para la vida fue cambiado por el maná, pues no solo de pan vivirá el hombre... Muchos podían creer que no hay manera de cambiar de vida pero en la prueba puede cambiar. Ganaron batallas contra ejércitos superiores pero los hice ganar para que tomaran tierra.

Pasando de las señales al pacto. El pacto era con Dios un compromiso, un voto de lo que debemos hacer por nuestra propia cuenta, ya no por las señales y milagros de Dios. El Señor sabía que tenía que pasarse a la fase de responsabilidad, y este es el filtro que muchos no queremos pasar por no disponerse a entender lo anterior, o mejor dicho por hacernos que no lo entendemos, porque si lo entendemos quiere decir que podemos adquirir compromiso con el Señor.
Esta es la prueba de fuego, la de las decisiones propias para caminar en el camino de obediencia pero con normas claras. El libre albedrío querrá imponerse, pero el haber entendido lo que el Señor ha hecho en el desierto nos debería de meter a la tierra prometida. Aquí el Señor sabrá si queremos pasar el Jordán y pasar al cumplimiento de las promesas. Algunos cristianos no quieren adquirir compromiso pero la tierra prometida donde todas las promesas se cumplirán no es un lugar pasivo sino de mucho trabajo, de valentía, no de sentirse víctima sino de los que ayudan porque han entendido lo que el Señor ha hecho.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Encendiendo un fuego más que humanitario

Texto:
Hch 28:1 Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta.
Hch 28:2 Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que caía, y del frío.
Hch 28:3 Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las echó al fuego; y una víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano.
Hch 28:4 Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir.
Hch 28:5 Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció.
Hch 28:6 Ellos estaban esperando que él se hinchase, o cayese muerto de repente; mas habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios.
Hch 28:7 En aquellos lugares había propiedades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibió y hospedó solícitamente tres días.
Hch 28:8 Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó.
Hch 28:9 Hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades, venían, y eran sanados;
Hch 28:10 los cuales también nos honraron con muchas atenciones; y cuando zarpamos, nos cargaron de las cosas necesarias. (RV1960)

La dificultad del cristiano para agarrar calor nuevamente cuando se ha enfriado, es algo difícil porque parece que los no cristianos tienen más humanidad que los cristianos.
Cuando alguien cae no podemos obligarlo a volver al camino, pero sí podemos ponernos a la par para consolar y animar a volver y a facilitar la vuelta al camino del Señor.
Muchos cristianos equivocan lo humanitario con lo espiritual y queremos sustituirlo pensando que es equivalente, pero no se puede sustituir lo humanitario con lo espiritual, pero lo espiritual debería de incluir lo humanitario en la visión personal de ayudar al hombre en lo que necesita. La visión como iglesia no puede quedarse a ese nivel porque lo espiritual debe de llegar al hombre de manera integral, pasando por las necesidades externas.

Los naturales o bárbaros nos trataron bien. El carácter tosco al hablar al repetir la sílaba "barbar" de donde bárbaro es extranjero. Pablo se encontraba en un lugar extranjero, no era un lugar donde hubiera gente de fe.
Cuando llegaron a Malta que era una isla donde habían naufragado, pudiendo decir que estaban cansados, mojados, y con gran preocupación. Esto era complicado llegar a un lugar desconocido donde no sabían cómo les recibirían, esto puede ser parecido a nosotros cuando nos toca abordar con los que no son de la fe y dependemos de ellos.
Les trataron bien, con no poca humanidad, pero ¿qué es tratar con humanidad?, en primer lugar les respetaron la vida, les respetaron la libertad, pues no les agarraron y apresaron. Además les daban protección de la lluvia, recibiéndoles a todos y dándoles calor con un fuego para que no aguantasen frío o murieran de hipotermia o se enfermaran.

El espiritual debe dar calor. Cuando un cristiano falla y parece que no se puede levantar, la decisión de levantarse es personal, es algo que no depende de otros, ni de sus padres, ni de sus cónyuges ni de nadie; pero cuando se toma la decisión de querer continuar, ¿cuál debería ser el apoyo?
Algunos dicen que los cristianos son el único ejército que deja solo a los caídos en batalla, que no los recoge para curarlos y volverlos a poner en combate. Pero la realidad es que el seguir dependerá del cristiano y de lo que se le haya enseñado, porque seguramente si ha sido enseñado con mucho legalismo en este estado, no le ayudará.
El apoyo es entonces el consuelo que viene cuando no nos ponemos como jueces del por qué falló, sino en concentrarse de que se puede salir de allí. Dar la mano y animar a continuar debe ser nuestro enfoque, pues muchas veces de seguro la restauración no es de un momento, sino que hay que poner el fuego, y esto pasa por varias etapas: primero acarrear el material combustible, ordenarlo para que arda bien, luego encenderlo y avivarlo, y después solo agregar material para que siga ardiendo.
Esto tiene un esfuerzo para que otro pueda calentarse, esto quiere decir que esta labor pasa por tener filantropía o amor por con los hombres (Tit_3:4), pues se debe superar aquello que si se lo merece, o no el apoyo o consuelo brindado, o el decir que esa situación de sufrimiento en la que se encuentra es consecuencia de lo que ha sembrado y por lo tanto se lo merece. Muchas veces somos más benevolentes con quienes no conocen al Señor que con los hermanos, y debería ser igual.

Al menos con beneficios de bárbaro. Por lo menos debemos ser como los bárbaros de humanitarios, porque ellos sin conocerlos les dieron techo y calor, sabiendo que eran la mayoría presos, criminales. Esta es una lección para nosotros que como pueblo queremos mirar y exigir en otros la perfección que no tenemos, y nos cuesta perdonar aun la ofensa más pequeña.
Los de Malta vieron lo que pasó a Pablo y que la víbora no le mató sabiendo que era venenosa; al principio pensaron que la justicia lo alcanzaba porque seguramente era un homicida, pero después al ver que no moría le vieron como un dios (en su creencia politeísta), aquí vemos algo increíble en su forma de actuar puesto que hicieron acciones humanitarias sin importar la razón por la que eran prisioneros.

El ataque de la víbora lo vieron como un efecto o resultado de la vida de Pablo, lo cual solo serviría para ver la obra de Dios y ganar credibilidad para lo que venía. El que es o se dice espiritual sin embargo, no tiene derecho de juzgar aunque haya sido humanitario, porque eso no le permitirá consolar, pues el que ha fallado o fracasado en ese momento es suficiente el sufrimiento para juzgarlo, y si lo hacemos no podrá asociar la necesidad de Dios, sino que corre el riesgo de quedarse empantanado en la crítica del hombre.
Que el Señor nos ayude a llegar a la bondad o humanidad del bárbaro y llegar al consuelo del espiritual para que el que está caído se levante y siga en este glorioso camino.

domingo, 27 de noviembre de 2011

La intimidad del propiciatorio

Texto: Éxo_25:21-22 Núm_7:89; 1Cr_28:6-12

Éxo 25:21 Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré.
Éxo 25:22 Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel.


1Cr 28:6 Y me ha dicho: Salomón tu hijo, él edificará mi casa y mis atrios; porque a éste he escogido por hijo, y yo le seré a él por padre. 1Cr 28:7 Asimismo yo confirmaré su reino para siempre, si él se esforzare a poner por obra mis mandamientos y mis decretos, como en este día.(A)


1Cr 28:8 Ahora, pues, ante los ojos de todo Israel, congregación de Jehová, y en oídos de nuestro Dios, guardad e inquirid todos los preceptos de Jehová vuestro Dios, para que poseáis la buena tierra, y la dejéis en herencia a vuestros hijos después de vosotros perpetuamente. 1Cr 28:9 Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre. 1Cr 28:10 Mira, pues, ahora, que Jehová te ha elegido para que edifiques casa para el santuario; esfuérzate, y hazla.


1Cr 28:11 Y David dio a Salomón su hijo el plano del pórtico del templo y sus casas, sus tesorerías, sus aposentos, sus cámaras y la casa del propiciatorio.


1Cr 28:12 Asimismo el plano de todas las cosas que tenía en mente para los atrios de la casa de Jehová, para todas las cámaras alrededor, para las tesorerías de la casa de Dios, y para las tesorerías de las cosas santificadas.

Cuando el Señor dio el esquema a Moisés del lugar donde se manifestaría a ellos, lo hizo con una clara idea de tener intimidad con el hombre como pudo tenerla en Edén, sin embargo el hombre no ha apreciado esos deseos de Dios. En tiempos de Salomón se mantenía el concepto de límites de intimidad, pues en los tres lugares que estableció el Señor, del atrio, lugar santo y lugar santísimo tienen un gradiente de va de menor a mayor intimidad.
El otro concepto importante de la intimidad es que debe ser construida con recursos del hombre para que Dios se manifieste; esto comenzó en el pensamiento de Dios, pero la ejecución era por la aportación del pueblo de manera voluntaria y de corazón, estos dieron los materiales como muestra que la intimidad debe ser construida con nuestro aporte (Exo_25:2-7).
El atrio era el lugar más público, donde llegaba el que llevaba su ofrenda al sacerdote, el sacrificio estaba en esa dimensión pública, así como el Señor fue sacrificado, donde todos miraron pero pocos entendieron de qué se trataba. Esta es la dimensión del compromiso que es donde comienza la intimidad, pues quien no se compromete no puede exigir intimidad. El congregarse y buscar de Dios es manifestación de compromiso, aquí algunos no entienden lo que está haciendo, pero todos pueden opinar lo que ven. Un ejemplo de esto es quien se casa, que hace un compromiso público a través del rito de la boda, la cual algunos no entienden la trascendencia. La intimidad con Dios entonces se vuelve un testimonio a todos. Este nivel de intimidad es importante para Dios pues representa el “no te avergüenzas de mí”.
El lugar santo representa otro límite que solo se accedía por el sacrificio de la ofrenda, y además si se era sacerdote quien se lavaba antes de entrar, aunque hoy hemos sido constituidos sacerdotes en el nuevo pacto, tenemos acceso aunque ya es privado, y obliga a que aquel que entra realice las labores necesarias. Si vemos lo que se servía era en cambiar los panes de la proposición, que representa la voluntad de comer lo que el Señor nos ofrece o sirve y que es suficiente para nuestras necesidades.
También se ministraba el candelero que requería estar encendido con el fuego del altar, y ser llenado de aceite que representa la unción proveniente de la trituración de la oliva, que también es figura de las experiencias que nos han triturado y sacado lo mejor y no lo peor de nosotros todo por alcanzar intimidad en lo apartado o santo. La luz del candelero tenía que estar encendido en la noche y no debía apagarse porque la santidad depende de su luz, es decir de su guianza que viene a darnos claridad en nuestro caminar.

El altar del incienso era el otro componente que representa la oración de los santos que tiene olor grato, como dice en Exo_30:7-8, se debía quemar incienso que no fuera extraño cada mañana cuando se alistaba las lámparas y al anochecer cuando se encendía las lámparas.
El lugar santísimo representa la misma presencia de Dios, y en el antiguo pacto existía un velo que lo dividía, pero hoy ese velo está rasgado por la obra de nuestro Señor Jesucristo y no existe obstáculo para entrar. Antes había límite físico, y también de tiempo, porque era una vez al año, esto por la falta de valoración del hombre al deseo de Dios de tener intimidad con el hombre que lo anhela, con el nuevo pacto que tenemos el Espíritu Santo depende de nosotros si lo buscamos. El arca del testimonio que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció y las tablas de la ley, cubierta por el propiciatorio y los ángeles de oro uno frente al otro mirando el propiciatorio. Este era el lugar que el Señor tenía como lo más íntimo de Él.
Pero ¿cómo hacer para alcanzar la intimidad con Dios? Esta es una pregunta muy frecuente porque siempre se piensa en lo difícil que puede ser tratándose de Dios, pero es todo lo contrario pues es más difícil acercarse al hombre y alcanzar un nivel de intimidad que de Dios. Esto en las parejas desgraciadamente no se alcanza porque no se busca, pues creemos que la cercanía física es lo mismo que intimidad.
Cuando se habla de intimidad se refiere a la amistad que une en una zona de cercanía o acceso que se tiene reservado, este es un límite de privilegio para el cristiano, así como el que tiene acceso a la fuente de poder. Esta unión no es por interés sino por el Espíritu, pero depende más de las voluntades para que se dé, puesto que cuando existe ese interés, todo obstáculo se puede superar. Alguien tiene poco tiempo para la intimidad, pero encuentra el tiempo para acercarse a Dios, para congregarse y para todo lo que nos acerca al Señor.
Otro elemento son los beneficios obtenidos de la intimidad, si lo vemos en la pareja la verdadera intimidad da la apertura para hablar, tener otro nivel de comunicación y decir lo que sentimos sin ningún reproche. Nos ayuda a tener los mismos objetivos y sueños, y nos une en pensamiento y espíritu. Todo el tiempo es gratificante al acercarnos mutuamente.


La intimidad del propiciatorio. El arca del testimonio cuando le fue ordenado a Moisés en Exo_25:16 le dice el Señor y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré, lo que significa que ya estaba el arca pero el testimonio también estaba en mente. Así también habrá testimonio, cosas que nos harán recordar la bondad del Señor para con nuestra vida: cuando nos alimentó en el desierto con maná y nos ayudó a salir de allí, cuando hizo reverdecer nuestra vara como señal que somos escogidos, si ¡me escogiste a mí!, y las tablas de la ley que habla del orden a seguir para alcanzar santidad. En la pareja debe existir también un arca de testimonio de nuestra intimidad, cosas que nos dicen que tenemos en común un espíritu que nos une.

Cuando Moisés se acercaba a Dios, recibía instrucciones, le hablaba el Señor audiblemente para decirle lo que iban a hacer con el pueblo, esto habla de una intimidad superior, porque además de la presencia que podía sentir y ver además la nube llenar el lugar, lo más impresionante era su voz saliendo de sobre el propiciatorio.
Seguir su palabra es intimidad porque de lo contrario su palabra quedaría sin ningún efecto, por esto la voz de poder, de vida, era la solución a las necesidades del pueblo, por esto no debe ser causa de envidia el que otro tenga intimidad, sino por el contrario debemos saber que trae beneficios. Debemos buscar la intimidad con Dios pues nos transforma a su imagen.

domingo, 20 de noviembre de 2011

La restauración después del arrepentimiento

2Co 2:5 Pero si alguno me ha causado tristeza, no me la ha causado a mí solo, sino en cierto modo (por no exagerar) a todos vosotros.
2Co 2:6 Le basta a tal persona esta reprensión hecha por muchos;
2Co 2:7 así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza.
2Co 2:8 Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él.
2Co 2:9 Porque también para este fin os escribí, para tener la prueba de si vosotros sois obedientes en todo.
2Co 2:10 Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo,
2Co 2:11 para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.

La disciplina es una de las cosas más difíciles para el cristiano y que obtenga beneficios, y que no se retire en el proceso, y no alcanzar el efecto correctivo. Esto es lo que ocurre en las familias cuando se quiere aplicar correctivos, la autoridad de la casa quiere tener buenos resultados, pero a veces se confía demasiado en el correctivo y nos olvidamos de otros aspectos que son importantes manifestar para quien está en disciplina no pierda la sentimiento de amor a través de la consolación y el perdón.

Es difícil de entender cuál es el punto para actuar en la consolación y en el perdón, para que aquel que está en disciplina se sienta apoyado y con disposición a la restauración y de volver a su camino. Esto es porque no se puede consolar mientras la persona no ha llegado al punto de reconocer los daños y estar dispuesto a cambiar.

En la iglesia de Corinto existía un problema que había sido superado, y a pesar de los daños que siempre ocasiona el pecado a la iglesia, el apóstol los motiva a que una vez completada la disciplina -pues tiene un tiempo en el que hace efecto- y ya había llegado el momento de ayudar y consolar.

El pecado causa tristeza. Cuando se falla al Señor siempre hay tristeza, y el primero en sentirlo desgraciadamente pocas veces es quien falla, sino los que le aman, pues son los que tienen que soportar los efectos de la paga del pecado. Entristecerse por otros pareciera tener límites, y la paciencia cuesta practicarla manteniéndose firme para no caer en una actitud permisiva. Cuando los que aman no tienen paciencia y se adelantan a tender la mano y demostrar amor y consuelo, se corre el peligro de interpretarlo como que se está dando permiso de seguir el mismo camino del pecado.
Cuando la tristeza se hace larga por la falta de reacción de la persona que falla, parece que se llega cierta estabilidad, pero esta puede ser falsa, pues se basa en el conformismo ocasionado por la impotencia, y la impotencia puede llevar también a la permisión. Cuando nos conformamos y decimos que es mejor dar permiso porque no se puede hacer nada, animamos a que la persona siga en el mismo camino.

Por el contrario se debe mantener una buena actitud de espera hasta que haya cambios, aunque se sufra no se debe ceder para no echar a perder la disciplina de Dios, de la manera que la quiera hacer; los que tienen tristeza juegan un papel importante, pues se debe estar atento a los frutos de arrepentimiento (dentro de ella la tristeza del que falla pues lo llevará al arrepentimiento), y abrirle las puertas a su restauración, pues de lo contrario quedaría en un vacío. Cuando vemos en el hijo pródigo el padre no desespera como para salir a buscarlo, sino que espera que la disciplina de la escasez le trajera a su hijo, porque era devuelto con una actitud apropiada, pues regresaba esperando que le dieran la posición de jornalero.
Debería ser suficiente ver a los que sufren. Cuando se mira el sufrimiento de los que están alrededor se puede pensar que es parte de la disciplina, pero es parte de los efectos o frutos del pecado, lo que es cierto es que debería ser suficiente ver el daño y el sufrimiento como para desear detenerse en el pecado, por el arrepentimiento y someterse a la restauración.
Las disciplinas comienzan a tener sentido cuando miramos los daños que se están causando alrededor, y entonces se puede pensar en lo que está ocurriendo dentro de nosotros, es un espejismo del pecado, y que tarde o temprano la realidad espiritual se manifestará y sacará a luz lo que no está bien, esto es por supuesto para aquel que es hijo de Dios.

Siempre tendemos a olvidar que cuando se vuelve a la realidad después del arrepentimiento se tiene que lidiar con la tristeza por los daños ocasionados a otros, pero también hay quienes quieren que la persona sufra por lo que falló, sin embargo eso tiene un límite porque como dice el apóstol, se puede ser consumido por demasiada tristeza, y en ese desánimo se pierde el interés de la restauración y de desear recuperar lo que antes tenía, incluyendo el servicio a Dios, cuando se ha tenido.

El perdón y consuelo anima la restauración. Perdonar y consolar de parte de la iglesia puede no ser tan fácil de hacerlo, pero lo que podemos ver es que el apoyo nuestro es clave a la obra de Dios, puesto que la restauración se puede atascar por nosotros (los que se entristecieron), si no apoyamos causaremos estancamiento. Personas que cometieron errores y se arrepienten pueden no tener cabida nuevamente en la iglesia si no existe perdón y consuelo de parte de los que se sintieron ofendidos.

La iglesia de Cristo tiene a mucha gente que aunque ha entendido los propósitos de la disciplina y se ha arrepentido, es decir que ha dejado el camino equivocado, no encuentra nuevamente el espacio por la falta de ayuda de aquellos que fueron afectados. La recomendación del apóstol es entonces que lo hagan. Esta es la forma de demostrar poder y autoridad, pues la confirmación del amor está en esto y es tan importante como la aplicación de la disciplina.

Satanás se aprovecha del legalismo. Cuando nos ponemos de jueces a querer manejar un tiempo del castigo para aquella persona que falló, estamos actuando bajo cierto legalismo y es entonces donde el enemigo aprovechará la falta de acuerdo en perdonar y consolar. Algunos pueden sentir que no merece consuelo la persona que falló, y que ellos que fueron afectados deberían de ser consolados, pero aquí el que está afectado es el que falla y necesita restauración.

La artimaña o plan del enemigo es que nosotros caigamos en el papel de jueces y en desacuerdo, en este caso como miembros de una iglesia puede causar división pues habrá quienes piensen que es mejor dejar fuera a esta persona y habrá quienes le perdonen y traten de restaurarle.
Por eso el apóstol habla que si ellos perdonaban también lo había hecho él, para evitar la división, y no darle ventaja al enemigo para que destruya la iglesia. Como iglesia somos responsables de la restauración de los hermanos que se alejan y se arrepienten y quieren tener una nueva oportunidad. Cuando se da esta oportunidad se puede recuperar la confianza en Dios si lo hacemos de acuerdo a lo que el Señor nos manda.

lunes, 14 de noviembre de 2011

El siervo obediente

En esta ocasión queremos compartir una de las enseñanzas para servidores de nuestra iglesia, dada por nuestro Hno. Fernando Durán, esperando nos motive a nuestra formación para nuestros ministerios. Agradezco el material de mi hermano.

Por Hno. Fernando Durán.
Jon 1:1 Vino palabra de Jehová a Jonás(A) hijo de Amitai, diciendo:


Jon 1:2 Levántate y vé a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí.


Jon 1:3 Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová. (RV60)
 
1. Jonás fue un profeta a regañadientes porque se le asignó una misión que considero de mal gusto: _ Asiria, era la potencia grande y despiadada de la época y era el principal enemigo de Israel. Crueldad era mostrada con orgullo sobre los pueblos conquistados.

2. Por esta razón prefirió huir de Dios antes que obedecerlo. Como servidores, quizás nos toque hacer cosas que no quisiéramos, muchas veces sentiremos el deseo de alejarnos y dejarlo todo, pero aprenderemos que a pesar de nuestros pensamientos y decisiones es mejor obedecer al Señor que desobedecerlo.

DESARROLLO.

Dios demanda que aceptemos su Palabra al instante:

• Si dice “Ve” debemos ir enseguida.

• Si dice “Detente” o “No vayas” debemos de dejarlo de inmediato. (Lucas 7:8)

Lo que sucede con muchos de nosotros como servidores es que estamos tan compenetrados en nuestros propios pensamientos y deseos, que no obedecemos.

Están los siervos de Dios que obedecen de inmediato sin pensar o razonar lo solicitado por el Señor. Solo cumplen la orden. Ejemplo: Abraham cuando Jehová le pide a su hijo en sacrificio (Génesis 22).

Y estamos aquellos que cuestionamos la orden de Dios y vemos si nos conviene o no. Ejemplo: Balaam que fue incapaz de recibir dirección de parte de Jehová y trató de negociar. (Números 22:12, 19-20)

Hay una necesidad de sumisión de los siervos. Si alguno de nosotros se ofrece para el servicio al Señor en la iglesia y no ha aprendido sumisión, sirve para el mismo y no para Dios.

Pero aquel que se esfuerza en someterse, estará firmemente establecido en el Señor y no le costará obedecer. Debemos de dejar moldearnos por las manos del Señor y evitar ser grandes ante los demás y servirle de todo corazón.

Muchas veces a pesar de nuestra terquedad, el Señor en su misericordia nos concede otra oportunidad de servirle cuando regresamos a Él.

• Aunque Jonás trató de huir de Dios, el Señor siempre tuvo el control y tomó las riendas de:

o Dominar el mar.

o Dominar al pez.

El Señor mostró su poder y a la vez su compasiva manera de dirigir.

• Jehová había dado a Jonás una tarea y éste reaccionó con ira e indiferencia. Como servidor tenía que aprender:

o Que Dios ama a todos los hombres.

o Que el Señor no se equivoca en el llamado a una misión, ministerio o tarea.

o Que el servicio incluye obediencia y una dosis de amor al prójimo, al hermano y a la autoridad delegada por Dios.

• Este profeta se creía superior a los del pueblo de Nínive, y demostró una actitud renuente y soberbia de su posición. Valentonado tomo su propia ruta en clara negación a su Señor. Jehová tuvo que tratarlo y le demostró arrepentimiento y obediencia a través de los paganos a aquellos que el despreciaba y no estaba dispuesto a servirles. Que lección para Jonás, para Israel y para nosotros los malos siervos.

Termino con este pensamiento:

“Las personas que creen que son demasiados grandes como para hacer cosas pequeñas, realmente son demasiado pequeñas para que les pidan que hagan cosas grandes”

Leer Romanos 13:1.

AMEN



domingo, 6 de noviembre de 2011

Cualquier odre se puede llenar de vino

Jer 13:12 Les dirás, pues, esta palabra: Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Toda tinaja se llenará de vino. Y ellos te dirán: ¿No sabemos que toda tinaja se llenará de vino?
Jer 13:13 Entonces les dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo lleno de embriaguez a todos los moradores de esta tierra, y a los reyes de la estirpe de David que se sientan sobre su trono, a los sacerdotes y profetas, y a todos los moradores de Jerusalén;
Jer 13:14 y los quebrantaré el uno contra el otro, los padres con los hijos igualmente, dice Jehová; no perdonaré, ni tendré piedad ni misericordia, para no destruirlos.
El Señor se quiere comunicar con sus hijos y lo hará aun de las maneras que nos parecen extrañas, pero siempre con un propósito claro. Aquí el Señor quería hablarles con un dicho usado por el pueblo. Un dicho es usado como una frase popular para dar a entender algo que todos aceptan como real, así existen dichos que son aceptados casi universalmente por son obvios.

El hombre siempre necesita recibir una palabra que le permita cambiar el rumbo de su vida y evitar las consecuencias irreversibles de la desobediencia. Se escucha de cristianos que quieren cambios en sus vidas pero los quieren sin escuchar al Señor, sino que saltándose la relación con él, y solo recibiendo las bendiciones. Esto es como que el hijo solo quiera lo material de su padre pero sin ninguna relación con él, cómo podría funcionar bien.
Entonces lo dichos se mencionan cuando aplican a una situación, es decir cuando es oportuno decirlos, como quien hace referencia de algo en que lo han sorprendido, o para decirnos te atrapé o caíste. Parece extraño hacerlo de parte del Señor al pueblo de Israel a través de Jeremías, pero cuando el Señor tiene un mensaje que va más allá de las palabras tenemos que poner atención.
Entonces Jeremías le está aplicándole al pueblo un dicho para que respondieran a este dicho, y dar lugar así al mensaje del Señor, en otras palabras era establecer un diálogo con el pueblo aunque no amigable por la respuesta del pueblo.

Un dicho conocido: cualquier odre se puede llenar de vino. ¿Qué podemos entender si alguien nos dice cosas que son obvias? ¿Cuál es el motivo para decirnos algo que ya conocemos? ¿Qué nos quieren decir con palabras obvias?

Muchas veces tenemos más capacidad de reaccionar de lo sencillo, de lo que fácil de entender, pero la reacción rápida no nos permita alcanzar a ver el mensaje oculto que quizás exista detrás. Cuando no podemos escuchar y preguntar y contestamos rápido estamos cortando la posibilidad del Señor de entrar en diálogo, esto es como el hijo que tiene en mente las respuestas al dicho del padre, y esto hace que ni siquiera comience la comunicación.

La palabra usada para tinaja o vasija es nébel del hebreo que significa que se desinfla al vaciarse, de ahí que la traducción más apropiada puede ser “odre”, que servía para contener líquidos, y eran hechos de cuero de cabra. Entonces un odre preferentemente debía estar lleno de vino o agua o leche o aceite, que estar vacío, porque cuando se vaciaba se desinflaba, así como muchos que sus ánimos se han salido de sus vidas, porque no están llenos y esto da la posibilidad a ser llenado de algo bueno o algo malo.
Con la aseveración del profeta Jeremías se esperaba la respuesta correcta del pueblo, pero la respuesta fue la siguiente:
¿No sabemos que para llenarse de vino sirve? Cuando somos provocados a dar una respuesta y no lo notamos, reaccionamos de la manera menos apropiada en cuanto a tono de la respuesta que lo que se dice.

Cuántos de nosotros no hemos dado la respuesta equivocada al Señor, simple y sencillamente porque no nos hemos detenido a meditar ¿por qué nos haces esa pregunta? Muchos nos dejamos ir en la respuesta porque somos así: de reacción inmediata, y no somos preventivos ni de reacción posterior. El que reacciona tarde tiene la oportunidad de pensar en cómo va a reaccionar, qué va a decir, y aunque parezca lento estamos siendo guardados; a veces no entender en el momento evita que nos dejemos ir.

La pregunta entonces estaba midiendo nuestra reacción exterior o nuestra carne, también nuestro carácter, nuestro estado mental, es decir nuestra alma; pero también está evidenciando nuestra situación espiritual. Por esta razón el cristiano puede estar reaccionando mal en determinadas situaciones, y no por eso decir que ha sido desechado, pues puede ser que nos estén llamando nuestra atención. El Señor sabía lo que el pueblo responderían: quien no sabe que el odre es para llenarse de vino.

De nuestra respuesta depende la respuesta de Dios. Nosotros tenemos cosas que están mal en nuestra vida y el Señor nos quiere ayudar a cambiarlas, pero cuando respondemos mal a sus preguntas obvias, entonces tenemos palabras de parte del Señor que nos pueden sorprender, y tendremos que analizar con atención y no debemos cometer el error de desecharlas y que no nos importe el mensaje, sino que por el contrario tenemos que esforzarnos en tratar de discernir lo que el Señor nos habla pues nos quiere ayudar.
Si el pueblo le hubieran dicho al profeta: ¿cuál es el mensaje, qué nos está diciendo el Señor? ¿Somos odres vacíos?, o simplemente sin hacer preguntas tener una actitud expectante, como quien espera una palabra que le bendecirá.
La respuesta del pueblo era justo lo que no debían decir, pues al expresar conocimiento o sabiduría de lo obvio, entonces se hacían acreedores de una respuesta que iría más allá de lo que se imaginaban. La respuesta fue:

Yo lleno de embriaguez, o de intoxicación (heb. shikkarón), este es sin duda el paso posterior a la indiferencia del pueblo, y después serían intoxicados en todo su ser, porque al dejarnos capturar lo espiritual, solo queda que toda la vida se llene de intoxicación. Cuantas personas se comienzan a intoxicar desde temprana edad y no se dan cuenta del peligro que corren. ¿Cómo hacer reversible cuando alguien está embriagado? Lo primero es esperar que no esté ebrio para poder hablar, porque ¿quién razonará con un ebrio y llegará a un acuerdo fiable?
Esto es algo que aplica a todo ser humano, no importa si alguien cree que es de las personas que dominan o tienen el poder, o que son responsables de cosas incorrectas que afectan a mayorías. Reyes, aun de la estirpe o dinastía de David, a los sacerdotes, profetas o cualquier persona. El profeta podía decir: yo estoy cerca del Señor y por eso no puedo llenarme de embriaguez, pero esto no es garantía, porque el que reacciona rápido y no permite que la palabra del Señor llegue a su corazón, se puede dudar de que esté en el camino correcto, pues los dones no sirven de nada si no son para el Señor.
Mejor era estar lleno de aceite y no de vino, porque este últimos tiene la característica de afectar el odre y en lugar de conservarlo, lo rompe, y no digamos si lo golpea uno contra otro. El romperse golpeándolo uno con otro era el fin de la embriaguez, es decir la conclusión de todo. Bendito el que puede ver más allá de la palabra del Señor y trata de encontrar la mejor respuesta para ser bendecido por el Señor, y aunque esté vacío saber que puede ser lleno mejor de aceite.

domingo, 30 de octubre de 2011

Por qué sentirse separado del pueblo de Dios


Texto bíblico:
Isa 56:1 Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse. 56:2 Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo[a] para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal.

Isa 56:3 Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco.

Isa 56:4 Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo,[b] y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, 56:5 yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá.

Isa 56:6 Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo[c] para no profanarlo, y abracen mi pacto, 56:7 yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.(A)


La obra de regeneración para el Señor es importante pues espera que seamos integrados a su iglesia y que podamos sentirnos partes y no separados de ella. Esto en la iglesia primitiva era una realidad donde estaban unánimes juntos.

Cuando nos sentimos separados, estamos aislándonos de muchas de las atenciones y cuidados que son bendiciones que llegan de parte del Señor como bendiciones al pueblo o una general, sin omitir que también existen las bendiciones particulares o individuales. Por ejemplo cuando somos ciudadanos de una nación tenemos beneficios generales simplemente por el hecho de tener esa nacionalidad, pero resulta que si alguien no alcanza a recibir esos beneficios por ser de un grupo especial el esfuerzo del estado es para alcanzar esos beneficios o derechos, así hay bendiciones que no se completan si no las recibimos colectivamente como nación o como congregación.

En el antiguo pacto en primer lugar se tenía que guardar la ley y el día de reposo, esto era para todo el que era parte del pueblo de Dios, el llamado era ese, sin embargo existían otro tipo de "minorías" que se sometían a este pacto pero que se sentían excluidos. En esta porción se habla de dos grupos: los extranjeros y los eunucos, que eran especiales a los ojos de muchos o de ellos mismos pero para el Señor era posible bendecirlos como bendecía a los demás del pueblo.

Existen dos excusas de los que se sienten separados o ajenos a la bendición como pueblo o congregación:

No diga el extranjero: El Señor me mantendrá separado de su pueblo. Por ser extranjero no se podía decir que lo excluirían de su pueblo, es decir que no los tomarían en cuenta nada.

¿Qué tiene el extranjero de diferente, cuáles son sus diferencias? Se supone que esas diferencias son las que no hacen que quepa en la bendición cómo pueblo. Aunque el Señor dice a los extranjeros que se entregan a él que no deben decir que los tendrá separado de su pueblo.

Esta es una tendencia que si somos diferentes o extranjeros, foráneos o ajenos, no sentimos separados. Las diferencias podían ser de raza, color, hablado, diferencias físicas, pero independiente del origen o de dónde se fuera siempre pensaremos que somos mejores. También hoy algunos se sienten extranjeros o ajenos y piensan que el Señor les discrimina y que no tienen del Señor lo que se merecen. Existen hermanos que optan por estar separados porque se sienten superiores y exigiendo del Señor un tratamiento especial como una minoría pero no para integrarse y unirse sino para definir superioridad.

El eunuco no diga: No soy más que un árbol seco. Esta es otra excusa común donde alguien puede sentir que no sirve para nada, que no es apto, o que por no tener la capacidad en alguna área de su vida (el eunuco no puede engendrar y tiene anulada su área sexual), entonces el sentirse menos que los demás por su condición era algo que no les permitía recibir la bendición colectiva, esto por supuesto era una limitación en su mente.

El árbol seco es entonces un árbol sin semilla, o sin estaca verde que se pueda multiplicar, es decir sin posibilidad de reproducción. Si era una esterilidad en la parte física no debía proyectarse al área espiritual, sin embargo esto lo hacemos porque nos confiamos en nuestra mente y no en la fe. Es una tendencia común tratar de proyectar aquellas áreas estériles y pensar que ese fracaso no nos permite tener realización y bendición en otras.

Promesas de Dios al superar la separación. El superar aquellas cosas que nos separan nos abren las puertas de bendiciones nuevas. A los eunucos que se concentran en guardar su pacto, y no en estarse enfocando y ocupándose en su esterilidad, pues esto no abonaría nada para mejorar en lo espiritual, el Señor haría cosas especiales.

En el verso 4 se les pedía guardar los días de reposo, y guardar es cercar o defender los días de reposo; escoger lo que el Señor quiere, que es seleccionar o tomar buenas decisiones haciendo lo que el Señor quiere, no lo que nosotros queremos y lo que vemos mejor; y además abrazar su pacto que no es más que atrapar y no dejar, es ser obstinado con el pacto esto denota la alianza entre dos personas que no se debe dejar.

La promesa es: Les daré lugar en mi casa dentro de mis muros y nombre mejor que el de hijos e hijas, nombre perpetuo. En otras palabras les daría victoria en aquello que consideraban ellos un fracaso en su vida. Así es para todo el que pone al Señor como su prioridad, los fracasos llegan a ser victorias, éxitos que demuestra su obra en nosotros por pertenecer y por no separarnos.

A los extranjeros que sigan al Señor para servirle –esto era contrario a lo que hacían los eunucos que era servir- si vemos que los eunucos eran eunucos para poder servir mejor dentro del palacio del rey, sin embargo aquí se les pide al extranjero que también amen para llegar a ser sus siervos, porque el servir a Dios nos obliga a ser humildes, el mayor es el que sirve.

La promesa era que serían llevados a su monte santo, y allí los iluminaría en sus rostros para estar contentos en su casa y en su altar, esto es ser parte de lo que era limitado. Si ministraban en su templo era algo que haría que los propios Israelitas no los miraran diferentes a ellos como extranjeros. El Señor quiere iluminar nuestros rostros haciéndonos sentir gozosos de satisfacción porque nos ha ayudado y nos sentimos realizados porque ha valido la pena nuestra vida en el Señor superando toda separación.

domingo, 23 de octubre de 2011

Pegarse al Señor, es posible (Salmo 63)


Texto: Sal_63:1-8

Dios, satisfacción del alma
Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá.
Sal 63:1 Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas,
Sal 63:2 Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario.
Sal 63:3 Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.
Sal 63:4 Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos.
Sal 63:5 Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
Sal 63:6 Cuando me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.
Sal 63:7 Porque has sido mi socorro, Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
Sal 63:8 Está mi alma apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido.

Las cosas físicas pueden pegarse de alguna manera al menos el hombre busca hacerlo para fijar una cosa con otra, pero cuando se habla de lo humano es algo que parece imposible para algunos que creen que las personas no pueden tener un pegamento para ser leales, o que no pueden tener el afecto suficiente como para no fallar a otro con quien debe estar unido; o más profundo aún que no existe amor suficiente para mantener al hombre unido a otro.

El pegamento humano es entonces algo importante para la vida, pues por la falta del "dabác en heb." pegamento, el hombre tiene problemas en su diario vivir, en su matrimonio, en la iglesia, en su trabajo,o como hijo. El pegamento que el Señor habla es uno que pega el alma humana, este es al que se refiere cuando dice el Señor en Gen_2:24, "se unirá a su mujer y serán una sola carne."

En el caso de la unión matrimonial comienza con el pegamento voluntario y después por la ley, que es lo que obliga o lo que ata; por eso el apóstol Pablo dice en Rom_7:2 "la mujer casada está sujeta por la ley a su marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido". La ley ata a la persona, es decir que aunque cambie de opinión, no se puede separar, por esto no se debe dejar que se pierda el afecto del pegamento, porque si esto ocurre sentiremos la atadura de la ley que obliga.

Con el Señor es diferente porque no es por ley, no hay obligación, sino que solo pega, no hay contrato sino que solo el amor, la inclinación, el apego, nadie dice me estoy divorciando del Señor porque es voluntario. En lo espiritual, el Espíritu Santo hace la obra para que nuestra alma se someta, pero no hay obligación, es voluntario, esto es lo grandioso.

Pero ¿qué es lo que une, o cuáles son las características de aquel que está apegado al Señor? Esto es lo que nos enseña David en este salmo cuando muestra su pega con el Señor en un tiempo muy difícil de persecución en el desierto.

El amor en el desierto identifica al que está pegado. Amar en la abundancia puede ser algo que no es desafiante, porque quizá las cosas que nos meten en desesperación están controladas. Esto es igual en la pareja que cuando está por casarse se supera todos los obstáculos que traerá la nueva vida. Se soluciona dónde vivir, las cosas que necesitarán -que por lo general no se exigen muchas- pero después ya casados cuando los desiertos llegan pueden cambiar nuestras exigencias.

En el desierto nos puede cambiar el humor y con este nuestra tolerancia a los demás, y cuando falta lo básico es aún peor, porque algunos puede tomar la opción de escapar. Así como puede decir alguien: me voy con mis papás, así también algunos en el desierto no nos acordamos de lo bueno que el Señor ha hecho en nuestra vida, sino que solo miramos las necesidades de desierto.

En la necesidad deberíamos decir como David: mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, esto es como decir en esta situación difícil necesito más de ti porque puedes saciar mi sed. Mi carne (o mi cuerpo), te anhela porque languidece de necesidad por ti, se debilita cuando no estás tú. Las fuerzas físicas dependen de ti, y si otra cosa me ha debilitado, me ha puesto sin ganas, me ha indispuesto, solo puedes devolverlas. El que está pegado al Señor lo demuestra en el desierto y no mira las necesidad sino que al Señor.

Te alaban mis labios, hablan bien de ti. Este es otra característica del que ama o que tiene pegamento, es que habla bien de aquel que ama. Cuando el que está enamorado le dicen algo contrario no lo acepta, este es el comienzo, pero aquí va más allá pues alaba con sus labios y bendice, y levanta sus manos como una manifestación física. Sentirá su alma saciada como que le dan un banquete, completo, lleno.

Esto traerá júbilo y hasta podrá alardear de su amado, así es el que ama, habla lo mejor de esa persona, nunca de sus defectos, sino de sus virtudes, de las cosas buenas. Por esto David podía meditar en ese momento en su lecho de las cosas buenas de su amado. Esto no es precisamente lo que sentimos en el desierto, lo que pensamos es en cómo salir de allí y no de lo que su amado ha hecho en otras ocasiones, sino que a veces decimos hasta cuando, y por qué no actúa y me ayuda.

Si se nos quitara el sueño pensando en él como enamorados, el Señor se impresionaría del pegamento en nosotros, y no quedaría duda que lo espiritual ha sido real en nosotros. Lo normal en el hombre natural es que en su lecho de desierto, de carencia, de necesidad, piense en cómo salir de ahí, y en las consecuencias de no salir, en lo fatal en la tragedia, es decir pensar en lo peor. Pero el que hace recuento de los beneficios del Señor es bienaventurado porque impresiona al Señor.

El Señor nos sostiene. Esta es la realidad, el pegamento funciona porque la mayor parte la hace él, sin embargo el fruto es para nosotros, y es por esto que mientras no buscamos estar apegados al Señor no vemos los beneficios, y no vemos que el Señor nos tiene agarrados y pegados a él.

El deseo de estar junto le abrió los ojos para ver que estaba siendo asido por el Señor y por esa razón solo era de poner un poco de su parte, lo demás estaba hecho. Estar asido puede ser de diferentes formas y una es de la mano colgando, pero otra es asido de la cintura y cubierto de sus alas, ¿cómo nos sentimos asidos? La búsqueda no es en vano porque cuando el Señor ha hecho su parte ya es más fácil, sin embargo eso no hace diferencia muchas veces porque el que no busca no alcanza a ver el esfuerzo del otro.

Esto es así en la pareja, hasta que hacemos nuestro esfuerzo, alcanzamos a ver lo que la otra parte ha estado haciendo por mucho tiempo por nosotros, por esta razón la búsqueda más que a una hora -de madrugada- está hablando del esmero de la búsqueda, porque se entiende que el que madruga lo hace para que le abunde, así también nosotros debemos hacerlo como algo prioritario, necesario, y mejor antes y no después.

Estaremos saciados, así es el que está pegado, se siente satisfecho como para buscar otras opciones, en este siglo donde la insatisfacción reina y para muchos se vuelve el motor o su motivación para actuar, y en esa búsqueda pueden perder su vida.
Por el contrario lo que el Señor da debe de satisfacer, nos debe saciar su comida, porque es lo que necesitamos, él lo conoce mejor que nosotrso mismos. El ha sido bueno, por qué vamos a buscar en otro lado si nos ha dado lo mejor de él lo que saciará aunque parezca que no lo es; esto nos debería motivar a esforzarnos por buscar satisfacción en el Señor, esto es seguro.