lunes, 14 de noviembre de 2011

El siervo obediente

En esta ocasión queremos compartir una de las enseñanzas para servidores de nuestra iglesia, dada por nuestro Hno. Fernando Durán, esperando nos motive a nuestra formación para nuestros ministerios. Agradezco el material de mi hermano.

Por Hno. Fernando Durán.
Jon 1:1 Vino palabra de Jehová a Jonás(A) hijo de Amitai, diciendo:


Jon 1:2 Levántate y vé a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí.


Jon 1:3 Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová. (RV60)
 
1. Jonás fue un profeta a regañadientes porque se le asignó una misión que considero de mal gusto: _ Asiria, era la potencia grande y despiadada de la época y era el principal enemigo de Israel. Crueldad era mostrada con orgullo sobre los pueblos conquistados.

2. Por esta razón prefirió huir de Dios antes que obedecerlo. Como servidores, quizás nos toque hacer cosas que no quisiéramos, muchas veces sentiremos el deseo de alejarnos y dejarlo todo, pero aprenderemos que a pesar de nuestros pensamientos y decisiones es mejor obedecer al Señor que desobedecerlo.

DESARROLLO.

Dios demanda que aceptemos su Palabra al instante:

• Si dice “Ve” debemos ir enseguida.

• Si dice “Detente” o “No vayas” debemos de dejarlo de inmediato. (Lucas 7:8)

Lo que sucede con muchos de nosotros como servidores es que estamos tan compenetrados en nuestros propios pensamientos y deseos, que no obedecemos.

Están los siervos de Dios que obedecen de inmediato sin pensar o razonar lo solicitado por el Señor. Solo cumplen la orden. Ejemplo: Abraham cuando Jehová le pide a su hijo en sacrificio (Génesis 22).

Y estamos aquellos que cuestionamos la orden de Dios y vemos si nos conviene o no. Ejemplo: Balaam que fue incapaz de recibir dirección de parte de Jehová y trató de negociar. (Números 22:12, 19-20)

Hay una necesidad de sumisión de los siervos. Si alguno de nosotros se ofrece para el servicio al Señor en la iglesia y no ha aprendido sumisión, sirve para el mismo y no para Dios.

Pero aquel que se esfuerza en someterse, estará firmemente establecido en el Señor y no le costará obedecer. Debemos de dejar moldearnos por las manos del Señor y evitar ser grandes ante los demás y servirle de todo corazón.

Muchas veces a pesar de nuestra terquedad, el Señor en su misericordia nos concede otra oportunidad de servirle cuando regresamos a Él.

• Aunque Jonás trató de huir de Dios, el Señor siempre tuvo el control y tomó las riendas de:

o Dominar el mar.

o Dominar al pez.

El Señor mostró su poder y a la vez su compasiva manera de dirigir.

• Jehová había dado a Jonás una tarea y éste reaccionó con ira e indiferencia. Como servidor tenía que aprender:

o Que Dios ama a todos los hombres.

o Que el Señor no se equivoca en el llamado a una misión, ministerio o tarea.

o Que el servicio incluye obediencia y una dosis de amor al prójimo, al hermano y a la autoridad delegada por Dios.

• Este profeta se creía superior a los del pueblo de Nínive, y demostró una actitud renuente y soberbia de su posición. Valentonado tomo su propia ruta en clara negación a su Señor. Jehová tuvo que tratarlo y le demostró arrepentimiento y obediencia a través de los paganos a aquellos que el despreciaba y no estaba dispuesto a servirles. Que lección para Jonás, para Israel y para nosotros los malos siervos.

Termino con este pensamiento:

“Las personas que creen que son demasiados grandes como para hacer cosas pequeñas, realmente son demasiado pequeñas para que les pidan que hagan cosas grandes”

Leer Romanos 13:1.

AMEN