miércoles, 8 de enero de 2014

DOY GRACIAS POR TI



Texto: 2Timoteo 1:1-11
 1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, 2 a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor.
3 Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; 4 deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; 5 trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. 6 Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. 7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 8 Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,

Quién de nosotros no quisiera recibir una carta como la que le envía el apóstol Pablo a Timoteo, a quien le llama hijo, pero no solo por el amor que le tenía, sino también porque imitaba su forma de vida y su ministerio; de esto se enorgullecía el apóstol.
Existía en el apóstol un agradecimiento a Dios por la vida de Timoteo y por la labor que hacía en el ministerio, al cual le introdujo y le ordenó imponiendo sus manos, no para hacerlo sufrir, sino como la mejor opción que el hombre puede tener, y por esto también le aconseja en esta carta sobre aspectos ministeriales.
Pero, ¿cuáles son los distintivos que se deben tener para merecer estas palabras del apóstol? Pablo habla de los que tenía Timoteo poniendo también su propio ejemplo y dando por sentado que también eran características de Timoteo. Qué bueno sería que también nosotros tuviéramos estas características o que al menos anhelemos y trabajemos por tenerlas.

LIMPIA CONCIENCIA. Esta era la que tenía Pablo y de seguro Timoteo, esto era lo que le permitía tener paz para hacer su labor espiritual, para no tener el conflicto interno de no haber hecho alguna vez las cosas de la manera correcta, porque quién no se equivoca, pero si obedecemos a Dios no nos sentiremos acusados por nuestras acciones.
Para llevar adelante el evangelio con el ministerio presenta dificultades, algunas veces no todo sale como las personas quisieran y algunos se quejarán o dirán cosas duras contra los ministros, pero tener la conciencia limpia es saber que aunque las cosas no salieron a su favor no significa que se hayan hecho con mala intención, esto es claro por la facilidad de proyección que tenemos los seres humanos de responsabilizar a otros de mis fracasos. De esto podía hablar el apóstol cuando no permitió que Juan Marcos le siguiera acompañando a su viaje misionero (Hechos 15:39), porque les había abandonó en el viaje anterior, quizá pudo parecer demasiado estricto a Bernabé pero con el tiempo se puede constatar en la palabra que existió reconcilio y Marcos fue usado, útil y colaborador en el ministerio del apóstol. De esto se deduce que aunque por esta causa Bernabé se separó del apóstol, la buena conciencia de Pablo le permitió continuar caminando con Silas aunque no significa que no hubiera lágrimas. Quizá de no haber hecho esa decisión Juan Marcos no hubiera llegado a ser el colaborador que fue después; tener limpia conciencia permite entonces seguir a pesar de sentirnos mal por lo que otros no hacen bien o dejan de hacer, este debe ser un distintivo en aquel que dice ser ministro.

EL SUFRIMIENTO, O LAS LÁGRIMAS. Este es otro distintivo que si lo comparamos con lo que actualmente muchos ministros desean posiblemente lo que esté ocurriendo es que se no se ve como compatible o aun necesario el sufrimiento, sino al contrario se quiere tener: éxito, números buenos, prosperidad material ministerial, y si eso no sucede se atreven a decir que es debido a que el ministerio no es Dios. Por eso las lágrimas son importantes aunque no estén de moda para que el Señor pueda hacer su obra con ministros del Espíritu, porque los empresariales se han proliferado, pero quizá un Jeremías, sería también chazado e impopular en estos tiempos. Las lágrimas de los ministros que suplican por sus ovejas y por cambios reales van directo a su redoma.
Timoteo inició su ministerio como todos los ministros del Espíritu con sufrimiento, por aquellas cosas que pudieron venir de su propia vida, como de aquellas que son iniciadas desde afuera y que vienen a menguar la obra, a tratar de afectar al ministro, para que la obra no se lleve a cabo. Discernir esto es importante para saber por las que se debe llorar y por cuáles no.

SU FIDELIDAD SIN HIPOCRESÍA. La fe no fingida es una característica clave para el ministerio que tenía que llevar adelante Timoteo. Las personas hoy en día pierden su fidelidad pues pueden cambiar sin mucha dificultad en muchas cosas y pareciera que en lo espiritual es lo mismo; existe resistencia a enfrenar las dificultades optando por el cambio cuando no todo cabe pues se necesita la guianza de Dios. Hoy muchos hacen cambios de universidad, de escuela, de trabajo, de cónyuge, y hasta de partido político, y hablando de lo ministerial, hoy se ve en muchos cristianos que cambian de pastor con mucha facilidad aun sin conocer bien el ministerio donde se van a cambiar. La oferta es muy grande y la diversificación ministerial desgraciadamente no es de forma (que no es peligroso), sino de los aspectos que distinguen al verdadero evangelio como lo es la doctrina de Dios.
Esta fidelidad o fe venía por herencia en quienes habían estado en el camino de Dios. Timoteo no era de las personas que acostumbraban abandonar su fe y por ende su ministerio, esto es de mucho valor hoy. Desde cualquier posición que tengamos la fidelidad ministerial es algo necesario pues cristianos fieles en ministerios que no corresponden a esa fidelidad, el Señor los ha honrado aun en ese lugar poniéndoles donde corresponde por ser fieles.

DOY GRACIAS Y DESEO QUE SE COMPLETE CON FRUTOS
Sin duda el apóstol quería que esos distintivos o cualidades dieran sus frutos y existen detonantes o aspectos que faltan para que seamos verdaderamente productivos. La finalidad de los ministerios es necesario que se cumpla ante todo pues de lo contrario no tiene sentido todo el esfuerzo que se puede hacer para que al final se llegue a tener solo un club de hermanos.
Volver a encender o reanimar o avivar el don espiritual era necesario, pues el don es una concesión espiritual que el Señor nos da para que en su Nombre se hagan muchos beneficios para el pueblo de Dios; esta bendición no debe detenerse pues dejaríamos de ser una iglesia completa. Muchas cosas tratarán de levantarse para que no se manifieste el don de Dios, para que el ministerio pierda poder, por esto no se puede descuidar en todos avivar el fuego para que la unción fluya donde el Señor quiera hacerlo. No solo dependía de Timoteo pero él sería el ejemplo.
Para encender ese don nuevamente tenemos que tener seguridad que el señor nos ha dado un Espíritu que nos da valentía y no cobardía, pues no existe nada que puedan hacer en contra de la voluntad de Dios, ya que la obra que Timoteo llevaba adelante estaba respaldada por el Señor y Pablo lo confirma. Es válido decir que algunos pueden estar opuestos a que no se avive el fuego pues una iglesia apagada es buen terreno para la obra humanista y aun carnal.
Lo que nos da el Espíritu es el poder para enfrentar los aspectos ministeriales que no se ven a simple vista, pero también nos da el amor para continuar y no claudicar, pues así como Pablo sentía el amor por Timoteo nunca le abandonaría en la situación que estuviera, así también nuestro ministerio tiene esa bendición. Además para avivar el fuego se necesita tener dominio propio, es decir buen juicio, porque en lo ministerial se tiene que dejar pasar muchas cosas para evitar afectar a los que quieren avivar el fuego. Ese buen juicio es necesario en muchas cosas y evitará que nos desesperemos, y que no reaccionemos, sino que podamos continuar para no enredarse en lo humano sino mantener la mirada en el Señor.
Tantas cosas que tenemos hoy que agradecer al Señor por todos los hermanos servidores que son fieles al Señor y al ministerio que les ha dado, por lo que no podemos dejar de avivar el fuego del don de Dios que está en nosotros, no dejando que nada nos haga detenernos porque gran recompensa hay para todos sus fieles.

martes, 31 de diciembre de 2013

EL REPOSO DE DIOS



Texto: Heb_4:1-11
1 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. 2 Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. 3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. 4 Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. 5 Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo.
6 Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, 7 otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones. 8 Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. 9 Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. 10 Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. 11 Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.

Sin duda que la capacidad del hombre de aceptar el reposo del Señor es una señal de madurez y de sometimiento a Dios; es lo que hace la diferencia entre aquel que habiendo recibido a Dios puede servir y el que no puede servirle, es casi por así decirlo otra forma de distinguir entre la iglesia y el reino. El reposo que parece ser algo opcional en realidad es algo que ha estado siempre en el corazón de Dios y que él mismo nos da ejemplo a seguir. Entonces podemos distinguir el reposo de Dios en la eternidad (en la figura del séptimo día de la creación); también el reposo del Señor ofrecido a Israel como nación representado en la tierra prometida durante la ley: como tiempo: en el sábado, y de lugar: la Canaán terrenal; ahora en tiempo de la gracia: el reposo a través de Cristo Jesús que lo es todo tiempo, espacio: eternidad. A continuación vamos a hablar de estos tres que es en realidad un solo reposo.

EL REPOSO CELESTIAL
Para comenzar es necesario decir que “reposo” es una palabra que de alguna manera da a entender una falta de actividad o el quedarse ocioso o en descanso, pero en realidad es una condición donde se cesa de hacer lo que veníamos haciendo y se descansa de esa labor. Entonces ese reposo es hacer algo diferente como puede ser: esparcir, colonizar, establecerse.
El Señor dentro de sus planes ha querido dar reposo al hombre, y lo ha establecido también para él mismo, pues descansó de su obra el séptimo día, y ese día fue bendecido y santificado. El reposo entonces es algo que el Señor quiere dar al hombre, estuvo en la mente y el corazón de Dios (para recibir bendición y ser santificado Gen 2:1-3), para hacer entrar a todo hombre que sea obediente. El séptimo día es un reposo eterno en su reino porque es totalmente de Dios, y quiere hacer participar al hombre de dicho privilegio.
La obra fue grande pues hizo toda la tierra y los cielos y las plantas y animales y también al hombre, pero al terminar el sexto día su obra fue completa en el orden de Dios (Génesis 2:2); el detalle es que para que el hombre participe de ese reposo con él debe ser obediente y aquí no toda criatura ha querido pasar del sexto al séptimo día por decirlo de otra manera entrar en el reposo de Dios. Este privilegio no es entonces de toda criatura sino solo de hijos, y ese séptimo día representa eternidad, las leyes de su reino actuando en nosotros no son aceptadas por todo aquellos que han reconocido a Jesús como salvador, y el vino para hacernos pasar del sexto al séptimo día, sin embargo existe una diferencia grande que se debe de aceptar: y es vivir en ese séptimo día o reposo estando todavía en el sexto día. Según la epístola a los Hebreos no es opcional entrar en el reposo de Dios, deberíamos espantarnos de solo pensar que no hemos entrado en ese reposo.

¿CÓMO SE ALCANZAR LA PROMESA?
El autor de los Hebreos quería dejar claro la importancia de entrar en el reposo de Dios, esto es dejar de hacer nuestras propias obras, las cuales son de la carne (no significa necesariamente pecado, sino todo esfuerzo humano), y con esto no dar la talla de las cosas que el Señor quiere, máxime en nuestra condición de hombres pecadores, siendo nosotros hombres imperfectos, por lo tanto eso no es suficiente para caminar espiritualmente, por tanto descansar de esas obras se vuelve una obligación.
Mientras más luchamos por alcanzar el descanso a nuestra manera y tratamos de arreglar con remiendos y aun con hojas de higuera, nunca lo lograremos, al contrario nos desgastaría, y es ahí donde aplica la oferta de la palabra del Señor que dice: venid a mí los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar (Mat_11:28). Quién no se desgasta aun estando en el Señor por no resistir la tentación de resolver muchos aspectos de nuestra vida, familia, matrimonio, hijos, sin llegar a buen término por no aceptar esa oferta.
La promesa de Dios es entrar en su reposo y el temor debe ser no haber entrado en él, o tener dudas, y el autor de hebreos nos dice el por qué no se entra, y dice que es: por solo escuchar la palabra pero sin ir acompañada de fe. Esto significa caer en una parálisis de conocimiento de la palabra de Dios pero sin tener poder en esa palabra, por no tener confianza en que el Señor obrará. La promesa de entrar es hoy (en la ley fue un tiempo específico para entrar a Canaán), en esta gracia es para que vivamos en el reposo del Señor, y que luego sigamos gozando del reposo de Dios al establecerse su reino en nuestros corazones, y luego en el reposo eterno que incluye el establecimiento de su reino en la tierra al final del tiempo.

LA TIERRA PROMETIDA: REPOSO A ISRAEL
Esta es la figura física de la entrada a su reposo en la tierra prometida, pues salieron de Egipto por la mano del Señor haciendo grandes portentos y maravillas pero no se imaginaron que para entrar a aquella tierra de Canaán necesitaban fe, y tuvieron que esperar a pasar toda una generación, porque no pudieron vencer su propia lucha interna con su carne sin reposo, aun Moisés no pudo entrar a causa del pueblo, pero Josué introdujo al pueblo como figura de Cristo. La tierra prometida no consistía en encontrar una tierra lista para ellos, no era un proyecto "llave en mano", sino que tenían que pelear, conquistar y colonizar, establecerse, esto era el reposo para ellos porque siempre sería mejor que los años de desierto, si dejáramos de tener conflictos con nosotros mismos, podríamos enfrentar gigantes, pero para muchos hoy los gigantes están dentro en su carne.
Esta figura no deja invalidado la promesa de dar reposo hoy, sin embargo el Sal_95:7-11 nos habla de cómo David advierte: si oímos hoy su voz no debemos endurecer el corazón, porque aquellos no dejaron de tener pleito y queja y no oyeron la palabra de Dios dada por Moisés en el desierto, por eso quedaron sin oportunidad de entrar, y solo Josué y Caleb obedecieron de esa generación. Con esa actitud que tuvieron muchos vieron la obra de Dios pero para mal, es decir al probar y tentar a Dios les permitió ver el juicio de Dios. Esto deja claro que las masas de israelitas (salvos por nacionalidad), no alcanzaron en su mayoría el reposo, pero hoy en la gracia el Señor ha dado su vida para que la promesa se haga realidad y seamos iglesia que alcance el reposo.
El pueblo de Israel divagó, vaciló, se desvió de su camino porque vagaba a su manera en su corazón (actuaban como ellos querían y no como les mandaba el Señor), tanto así que algunos pensaban más en Egipto que en la tierra prometida. Cuando no buscamos a los obedientes tenemos aún menos oportunidades, porque Josué y Caleb siguieron a Moisés pero a ellos no les siguieron otros de manera fiel. No puede haber visión de Dios en desobediencia como para darse cuenta que el reposo es una necesidad y obligación, es parte del plan de Dios y necesario para pertenecer.

EL REPOSO DE CRISTO
Este es el mejor regalo de parte de Dios, pues no depende de tiempo ni espacio pues no era como en la ley un reposo territorial ni temporal para descansar de las obras, sino del descanso que viene de dejar de luchar con nuestras propias fuerzas, y esto requiere fe pues no se alcanza de otra manera, pues esta fe es efectiva, ya que ya se tiene la promesa, entonces podemos creer con seguridad, desgraciadamente podemos haber creído al Señor y no creer en la promesa del descanso, porque a veces creemos que debemos seguir peleando batallas que no deberíamos continuar porque lo hacemos a nuestra manera.
Alguno puede pensar que pelear con sus fuerzas y a su manera es su destino, pero el Señor estableció en la ley (como figura en la gracia), un día para dejar a un lado las obras humanas y que se dedicaran a su reino, con enseñanza de su voluntad a través de su palabra, para que aprendieran a vivir en reposo, para que ese sábado (lo que recibían de su presencia), se extendiera a toda la semana. Hoy en la gracia alcanzada por la obra redentora de su hijo, espera el Padre que en Cristo dejemos las obras de la carne y entremos con él al reposo, echando fuera todo enemigo poderoso. Entonces no es un "que descanse en paz", con el que se conforman algunos, sino un: "que repose en Dios" es decir comenzando en este cuerpo (en el día sexto), continuando con el descanso en gloria.
El Señor reposa al ver que su pueblo descansa en él, y conoce quien reposa y quien no, y esto es claro que quien no lo ha alcanzado y ni siquiera tiene temor de no estar en reposo, no debería ser tenido en cuenta para su obra espiritual, pues requiere que estemos en reposo para que nos pueda usar, aunque sus obras fueron acabadas desde la fundación del mundo destinadas para nosotros, es necesario que lleguemos a su reposo final, su séptimo día o su reposo en Cristo, el reposo de Dios.