Texto: Sal_127:1-5
La
prosperidad viene de Jehová
Cántico
gradual; para Salomón.
Sal 127:1 Si Jehová no edificare la casa, En vano
trabajan los que la edifican;
Si
Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.
Sal 127:2 Por demás es que os levantéis de madrugada, y
vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado dará
Dios el sueño.
Sal 127:3 He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
Cosa de estima el fruto del vientre.
Sal 127:4 Como saetas en mano del valiente, Así son los
hijos habidos en la juventud.
Sal 127:5 Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba
de ellos; No será avergonzado
Cuando
hablare con los enemigos en la puerta.
Quiero compartir con ustedes el
mensaje con motivo de los quince años de mi hija mayor, un evento especial en
el cual es difícil expresar lo que deseamos, pero no debe ser solo deseos sino
que deben estar basados en el consejo de Dios para la vida de la cumpleañera
pero también de nosotros como padres que necesitamos de mucha sabiduría.
Cuando se
trata de dar consejo a una joven tenemos que pensar en muchos aspectos que deberán
servir para su vida, para esa nueva
etapa, la cual se caracteriza en la necesidad de que todo lo que se ha
capitalizado durante su infancia no lo olviden, ya que cada vez como padres
perdemos el tipo de control que antes ejercíamos en ellas, ya no se puede tener
la misma presencia, no se puede intervenir como lo hacíamos cuando era una niña.
Esta es
una etapa intermedia entre la niñez y la madurez, donde se toman decisiones
claves para la vida como son: seguir al Señor y no ceder a las deferentes
presiones, que quieren estudiar, si se comprometerán con un sueño importante en
sus vidas, si harán el esfuerzo necesario, definirán las bases para sus vidas
de adultos y para la construcción de una familia para Dios.
PARA LOS PADRES
En la porción
bíblica se habla para todos los involucrados pero como padres necesitamos una
palabra porque el trabajo no termina, sin embargo el tratamiento será diferente
porque han ido adquiriendo su forma de ver las cosas y necesitaremos ser más
sabios para seguir siendo el apoyo que ellas necesitan. Como padres queremos hacer las cosas bien y
el consejo de Dios para nosotros nos
lo ofrece en tres grandes aspectos:
1. LA CASA
SE DEBE DE EDIFICAR CON EL SEÑOR. Si él no está en nuestra casa todo lo que
hagamos para edificar será en vano, para que nuestro trabajo se mantenga en
nuestros hijos. Esto significa que tiene que ser el fundamento para que seamos
el tipo de apoyo que ellas necesitan y que a pesar de las dificultades, las
tentaciones y los peligros el fundamento del Señor les hará resistir. Cuántos
padres pueden por muy buenas intenciones que se tengan estar haciendo nada por
no tomar en cuenta al Señor en sus decisiones.
2. EL
SEÑOR ES EL MEJOR VIGILANTE. Si nosotros queremos ser guardas sin confiar en el
Señor, no podremos cuidar bien alejados del Señor, por esto no debemos enfocar
la confianza en la joven, sino en la confianza en el Señor. Si el Señor guarda
nosotros lo haremos mejor, pero si nosotros lo hacemos y no lo hace el Señor,
entonces será en vano nuestro trabajo, esí será efectivo la labor de cubrir a
nuestros hijos.
3. EL AFAN
POR DARLES TODO LO MATERIAL NO GARANTIZA EL ÉXITO. Preocuparse y afanarse por brindarles
todo lo material sin que les falte nada no asegura que todo saldrá bien porque
esto puede robarnos y tomar todas nuestras energías, para que cuando tengamos
que hacer lo importante en ellos ya no tengamos ánimos para ellas. Aunque les
demos todas las cosas, nos puede hacer creer que hemos cumplido y alejarnos,
pero debemos considerar que nada podrá sustituir nuestra presencia, nuestras
palabras, nuestra cercanía. Muchas personas tienen que ceder a la presión
material para suplir sus necesidades teniendo que salir del país para seguir
siendo proveedores pero no deben olvidar que puede existir un precio alto si
nos alejamos. Por esto dice el Señor que nos dará sueño para que no nos matemos
trabajando y podremos confiar que él suplirá nuestras necesidades.
MI HERENCIA, TU HERENCIA
Los
jóvenes deben creer que son herencia del Señor y esto tiene muchas
implicaciones, pues no solo es lo que Dios nos da, sino también lo que tenemos
que devolverle al él. Este fue el caso de Abraham cuando recibe la promesa de
Isaac, pero luego Abraham lo entrega al Señor en holocausto, aunque el Señor
detuvo antes de consumarse proveyendo un cordero. El Señor nos da y nosotros lo
moldeamos con su ayuda de acuerdo a su palabra para devolvérselos para
engrandecer su reino. Este es un tiempo de gran valor para el Señor y de
galardón para aquella joven que se guarda pura, que es un ejemplo para los
demás jóvenes y que le puede servir en su obra.
Son de
gran valor porque es el fruto del vientre, ese es una recompensa, no una carga,
esto es posible cuando lo primero que se ha hablado se cumple, es decir cuando
estamos en el Señor edificando, vigilando, y sin afán material; serán una
recompensa, aunque la palabra hebrea “sakár” significa además de recompensa y
galardón, alquiler, lo que nos dice de que no es nuestro para siempre sino que
esa recompensa tiene que devolverse a él.
Si es un
galardón alquilado sabemos entonces que tenemos que devolverlo, así como lo
hizo Abraham, porque la herencia que queremos no son nuestros genes o herencia
manifestada en su físico sino la herencia del conocimiento del Señor en sus
vidas, porque deben ser entregados con los caracteres de Cristo para que sean
simiente de Dios, ese es nuestro trabajo y queremos hacerlo, el Señor quiere
descendencia para él.
RECOMENDACIONES FINALES
1. Esperamos
que valores que todos los días de tu vida hemos tratado de seguir al Señor y
esa es la base para edificar en tu vida, esto es lo mejor que has podido
recibir.
2. Te
hemos cuidado hasta este día pero confiamos más en el Señor que en nuestro
esfuerzo, porque él te guiará en todo, y cuando tengas dudas puedes preguntarle
y pedir las fuerzas para obedecer.
3. Quizá
no hayas recibido todas las cosas materiales que hubieras deseado, pero hemos
tratado de darte lo necesario para formarte para la vida en la enseñanza del
Señor.
4. Eres
nuestro premio que el Señor nos ha dado pero también sabemos que así como han
sido puestos en ti genes nuestros como padres, queremos los genes de Dios estén
en tu espíritu, para que reconozcas que tienes otra naturaleza y la ventaja del
Señor.
5. Nuestro
amor no es suficiente para tu éxito, depende de cuán cerca estés del Señor y
que puedas obedecerlo en todo para que tu vida camine mejor de lo que esperas.