Textos: Pro_31:10-21, Ecl_7:8; Ose_6:1-7
Pro 31:10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su
estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
11 El corazón de su marido está en ella
confiado, Y no carecerá de ganancias.
12 Le da ella bien y no mal Todos los días de su
vida.
13 Busca lana y lino, Y con voluntad trabaja con
sus manos.
14 Es como nave de mercader; Trae su pan de
lejos.
15 Se levanta aun de noche Y da comida a su
familia Y ración a sus criadas.
16 Considera la heredad, y la compra, Y planta
viña del fruto de sus manos.
17 Ciñe de fuerza sus lomos, Y esfuerza sus
brazos.
18 Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no
se apaga de noche.
19 Aplica su mano al huso, Y sus manos a la
rueca.
20 Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos
al menesteroso.
21 No tiene temor de la nieve por su familia, Porque
toda su familia está vestida de ropas dobles.
Hoy día toda la gente habla del éxito, y buscado que
alguien dé la fórmula para alcanzarlo. Se ha escrito tanto de qué hacer para
ser exitoso en la vida y se ha escrito mucho y se nos olvida que la biblia nos
habla de cómo vivir en éxito y no solo alcanzarlo, pero esta fórmula no es
secreta, sino pública y que quiere que todos alcancemos.
Muchas personas se sienten atraídos por todo lo que dice “éxito”,
cuando les aseguran que podrán tener éxito aun sin esfuerzo, tiene todavía mayor
atracción. Esto se aplica también a los mismos ministerios donde como ministros
en el afán de atraer y mantener el pueblo de Dios, queremos llamar la atención
de aquellos que tienen sed de éxito, donde pareciera que el foco de atención es
el bienestar del cristiano como fin del evangelio, no importando la acción
hacia los demás, entre estos sus propias familias, y los que no conocen del
Señor, o los que necesitan ayuda.
Pero, ¿cuál es la respuesta de Dios al anhelo de éxito?
¿Es el mismo concepto de éxito del hombre moderno al que nos propone Dios?
Estas son preguntas que debemos contestarnos a la luz de la palabra, porque si
pensamos que los beneficios del evangelio están encaminados al bienestar
material únicamente, estaríamos dejando por fuera los mejores beneficios del
evangelio como la salvación.
¿Qué es el éxito? La
palabra viene del latín Exitus que significa salida, buena
aceptación de alguien o algo; significa entonces el resultado o salida de algo.
Se origina en el Gr. ekbasis:
resultado o salida. (Ec origen de
donde procede el movimiento o acción; básis
caminar, paso, pie).
Según el griego es salir, caminando es decir en movimiento
y esto es sin duda algo bien claro pues habla de la dinámica que tiene el
éxito, no es un estado estático o que se espera a que llegue sino más bien
decisiones que hacemos que deben estar en la obediencia a Dios y no a nuestros propios deseos.
Entonces el éxito según la palabra de Dios está asociada a
terminar bien algo y no tanto por la aceptación que la persona tenga, porque
justamente es lo que hoy más motiva a personas a buscar este tipo de éxito, no
importándole a algunos lo que les pidan que hagan. Se pueden dejar llevar a
hacer cosas ridículas y hasta llevarlos a una fe torcida todo para alcanzar
éxito. Quien tiene éxito personal en los negocios, en el deporte o cualquier
disciplina se vuelve un ejemplo y también un modelo, además de ganar poder.
Un ejemplo de éxito en la biblia. Este es un buen ejemplo en la palabra, aunque existen
muchos ejemplos más, pero este llama la atención por ser el de una mujer que es
virtuosa o ejemplar como muchas hoy día pero quizá sin sentirse como tal (Pro_31:18-20).
Esta mujer que describe quizá hoy pasaría inadvertida, como una mujer quizá
común, sin mayor relevancia o eminencia, pero según Dios es exitosa.
Pensaríamos que esta mujer no era exitosa por no ser una
mujer empresaria con millones, sin embargo habla de la cosas que alcanzaba a
hacer en su vida, teniendo el mismo tiempo que todos tenemos de veinticuatro
horas en el día, no se preocupaba solamente de que las cosas materiales
estuvieran hechas con excelencia pues usaba sus manos para hacer cosas en el
tiempo que disponía, pues tenía un trabajo duro en su casa.
La confianza de su marido le daba seguridad, y se nota que
ahorraba de lo que hacía pues cuando pudo adquirió tierra para plantar viña, de
la cual dice que se cercioraba de que sus negocios estuvieran bien, lo que significa
que no dejaba las cosas comenzadas sino que buscaba que fueran bien, es decir
que no solo tenía habilidades con las manos sino que también era diligente en
supervisar y buscar soluciones.
El cristiano exitoso se preocupa en estar bien con Dios
como parte de su familia como Padre, llevaba bien su vida familiar
principalmente con su esposo que le tenía confianza, su marido está seguro que todo
bajo sus manos tiene bendición, así como lo era Daniel. Un segundo ámbito era
el de sus ingresos que estaban enfocados en todo lo que podía hacer con sus
manos y esto servía para bendecir a su familia y aun a sus cridas. El tercer
ámbito está muy bien cubierto y el de dar al pobre y al necesitado, esta es una
faceta clave para el éxito pues si hemos alcanzado algún nivel siempre podremos
ayudar y con esto motivar a que otros
también sean exitosos. Esto hace completo el triunfo, pues si es solitario no
tendrá un buen sabor.
El cristiano de hoy puede tratar de hacer las cosas solo
para su beneficio y esto puede estar limitando lo que el Señor quiere hacer;
existe muchas personas exitosas que no disfrutan el éxito, y no se dan cuenta
que lo tienen dentro de lo relativo, pero es necesario compartirlo con el que
necesita para que su espíritu crea que Dios no es limitado.
Por el conocimiento de Jehová viene el éxito. En Ose_6:3 dice: “Y
conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta
su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana
a la tierra.” Nos habla lo que es conocer al Señor y como ese conocimiento
nos dará éxito en la vida. El éxito es la salida a y esto implica vencer lo que
es contrario, o los problemas o barreras que tenemos, y la desobediencia evita al
hombre alcanzar el éxito.
Nadie lo puede alcanzar si no conoce al Señor, y la forma en
que nos lo lleva ese conocimiento es tan segura como la salida del sol. El
amanecer llega con el conocimiento del Señor a nuestra vida, y el éxito se
abre, nos ilumina la vida, nos llena como el sol que nadie puede detener. Su
palabra llegará como el agua que cae temprano cuando queremos preparar el
terreno y también la que esperamos al final que es la que definirá la cosecha,
no debemos desespera.
Es mejor el final del negocio. Así dice Ecl_7:8: “Mejor
es el fin del negocio que su principio; mejor es el sufrido de espíritu que el
altivo de espíritu.” Esta cita
bíblica nos habla de que no es tanto el comenzar algo, sino tener éxito en lo
que hacemos, esto es terminar bien. Alguno no ha terminado algo que comenzó con
entusiasmo, si esto es cierto entonces no tuvimos éxito en tal empresa. La vida
espiritual es también un negocio o área importante de la vida donde se debe
tener éxito.
Nadie debe sentirse fracasado si no ha podido terminar
algo bien, porque mientras hay vida no se ha terminado el asunto, es decir
estamos a tiempo para alcanzarlo sin ningún problema, la única condición es que
no debemos olvidar todos las áreas que incluye el éxito.
Parece que el sufrido o paciente es aquel que consigue el
éxito, y esto de verdad es sabiduría porque algunos podemos desesperarnos y aun
dejar el camino del Señor pensando que no habrá éxito para nosotros, y lo que
necesitábamos era más tiempo para avanzar en el camino. No debemos dejar que
nos venza la falta de resultados económicos porque esta solo es una parte del éxito
total.
Desgraciadamente
cuando no se entiende que el exitoso en la vida es el que tiene una buena
relación con Dios, su familia, tiene ánimos y fe para trabajar no importando lo
que hagamos, y puede dar porque el que recibe de ti te mirará como exitoso.
Cristianos dejan el camino cuando no reciben lo que esperaban que Dios les
daría, porque se enfocan en lo que no es, pero en la iglesia de Dios existe
mucha gente exitosa, vivamos sintiéndonos así porque el Señor nos mira así.