lunes, 6 de febrero de 2012

Reacciones a la vida

Lev 26:14 Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos
Lev 26:15 y si desdeñareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto, …

Lev 26:21 Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados.
Lev 26:22 Enviaré también contra vosotros bestias fieras que os arrebaten vuestros hijos, y destruyan vuestro ganado, y os reduzcan en número, y vuestros caminos sean desiertos.
Lev 26:23 Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición, Lev 26:24 yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados.
Lev 26:25 Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo. Lev 26:26 Cuando yo os quebrante el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis.
Lev 26:27 Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis conmigo en oposición, 28 yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados.


Las personas tenemos diversas experiencias en la vida, y seguramente quienes aún no han conocido al Jesús como su Señor y Salvador, pensarán que la vida es una cantidad de situaciones que te van enseñando a vivir a como dé lugar.

Para el verdadero cristiano cada situación en la vida debe ser para demostrar y poner en práctica lo que el Señor nos va enseñando, es manifestar que el evangelio funciona, que no es algo imposible como muchos dicen. Desgraciadamente hay cristianos que dicen lo mismo, que algunas cosas son imposibles para ellos, proyectando su debilidad y generalizando.

No solo es vivir en obediencia, sino hacerlo voluntariamente y a pesar de la presión que podamos estar pasando, hacer valer la forma de vivir en el reino que el Señor nos va enseñando, porque existe pueblo de Dios que se va alejando y no le están siguiendo porque solo ven sus propias metas y sus propios sueños, aunque en apariencia están en el mismo camino, pero van en oposición.

En este pasaje se observa las formas de oposición cuando no se siguen las instrucciones de Dios, es decir cuando no se toma en cuenta ni se valora la forma de vivir que Dios nos propone, podemos estar caminando aunque junto al Señor pero en oposición.

Hacia donde sentimos que nos empujan. El Señor tiene pacto con aquellos que lo aceptan, y dentro de ese pacto se garantiza el deseo de Dios de que seamos llevados a una bendición plena, eso es lo que el Señor quiere que venzamos el pecado, que vivamos en obediencia pero voluntariamente, y este es el aprendizaje más difícil pues muchos no sabemos que nos están guiando hacia el bien.

Si estamos en el desierto se puede pensar que lo que vivimos tiene un responsable, y muchas veces la equivocación más grande es creer que el Señor nos ha metido en esas situaciones. Esto es sentir que Dios nos empuja hacia lo equivocado, porque si hay un culpable que creemos no ser nosotros nos hará divagar por mucho tiempo, porque nuestra mente estará en oposición y esto puede ser fatal sino se sale de ahí.

Cuando entendemos que los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, sentiremos que los empujoncitos son para acercarnos a él, para que entendamos, para que reaccionemos buscándolo. En esta reacción nuestra mente o nuestra actitud dejan fuera un plan malvados que en nuestra mente ande justificando, y mucho menos pensar que el Señor lo ha diseñado. Para muchos es difícil reconocer las cuerdas humanas y de amor que el Señor tiende para acercarnos, para atraernos cuando nos estamos alejando de sus caminos.

Los que se oponen. Esta categoría es para aquellos que en están con el Señor pero van caminando en oposición, es decir que no es aquel que dejó el camino, sino uno que sigue en el camino pero va en oposición, es decir acompaña pero no está de acuerdo lo que vive, lo que enfrenta. Esto es como decir que no hay opción y que estamos forzados a seguir en el camino sin entender que la oposición traerá consecuencias a nuestra vida.

Este tipo de acompañantes son en verdad no solo un malestar para el que tiene la autoridad principal, que es el Señor, sino que también es un malestar para los demás que van caminando con el Señor, porque estos desaniman a los demás y también influyen negativamente.

En las situaciones difíciles vemos personas reaccionando en obediencia y otro en oposición, pero esta tiene dos tipos de personas: los que están en una oposición con una actitud hostil, y están los opositores pasivos, que son los que no dicen nada, se adaptan, aceptan, pero tienen una actitud contraria a lo que se hace, a lo que se decide, y los mandatos del Señor. Es una oposición que no se refleja, pero que cuando menos se espera se hará manifiesta.

Hasta que cambien nuestras reacciones. Esta es la esperanza del Señor, que cambiemos y para ello nos da oportunidades. El trato que el Señor hace con quienes están en oposición, no es para eliminarlos como lo haría el hombre natural, que al ver amenazada su autoridad o poder, sino que quiere que cambiemos para que el camino se vuelva ligero así como la carga.

En el Lev_26:21 revela que la oposición está ligado a no querer oír, por esta razón muchas personas que solo quieren oír lo que les interesa están, sin darse cuenta cayendo en oposición. Si no tenemos a nadie a quien podamos oír y dejarnos instruir, menos lo estaremos para oír a Dios. Cuando nos sentimos muy superiores como para escuchar a otro estamos sin saberlo caminando en oposición.

La primera acción de Dios con el pueblo fue darles siete veces más plagas según sus pecados, lo que significa que Él es justo porque hay pecado, y principalmente porque existe un propósito mayor que es hacernos reaccionar apropiadamente para volverse a él.

En Lev_26:21 habla de que aún hay quienes no les es suficiente las primeras medidas, y no hay corrección, es decir no se aprendió no hubo lección para la vida espiritual. Si las plagas son golpes o azotes que no son suficientes, entonces en el v. 23-24 habla de herida, de espada, muerte y pestilencia, lo cual se espera que sea suficiente. En el v. 27-28 se llega a la ira pero siempre buscando hasta el final un mejor reacción.

Qué bueno es cuando reaccionamos a la primera, somos bienaventurados porque nuestros pecados no prevalecen y nuestro oído se inclinará al Señor fácilmente, pudiendo ser corregidos y teniendo la oportunidad de seguir adelante en este camino glorioso.