1Co
10:7 Ni seáis idólatras, como algunos de ellos,
según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar.
Éxo 32:1 Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se
acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros;
porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos
qué le haya acontecido.(A)
Éxo 32:2 Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de
oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de
vuestras hijas, y traédmelos.
Éxo 32:3 Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos
de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón; 4 y él los
tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro
de fundición.(B) Entonces dijeron:
Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
5 Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante
del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová. 6 Y al día
siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz;
y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a regocijarse.(C)
7 Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda,
desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha
corrompido. 8
Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un
becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han
dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
9 Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este
pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz.
La idolatría parece ser hoy día que
no es un problema para el pueblo de Dios, pero será que Dios no mira ningún
tipo de idolatría en su pueblo? Precisamente esta es una reprensión del Señor no
solo en el antiguo pacto sino también en el nuevo pacto a través del apóstol
Pablo. Y esta no es por gusto es que somos los cristianos los que debemos
guardarnos de la idolatría y nadie más. El Señor advertía a Israel a no ser
idólatras, y pareciera que en estos tiempos no existiera adoración a otros
dioses de parte del cristiano.
Considera
quizá el cristiano moderno que es libre de todo tipo de idolatría pero en
realidad lo que pudiera estar sucediendo que se tiene la mira en otras personas
por esta falta grave, porque siempre es más difícil ver hacia dentro lo que
está ocurriendo en nuestras propias vidas, y en nuestros hogares. Mucho menos
podríamos creer que nosotros podríamos estar facilitando la idolatría en otros
por ser complacientes con aquellos que amamos.
La palabra
idolatría tiene su origen en el griego
eídolon que significa imagen, ídolo,
forma, aspecto o vista, y latris: asalariado,
siervo, ministrar o rendir homenaje. El darle ese homenaje o acreditarle al
ídolo o imagen algún poder o influencia sobre nosotros (siervo del ídolo), es
hacerlo un dios, compitiendo directamente con el Señor. Existen muchos tipos de
ídolos y quizá lo menos frecuente es uno de madera o metal, sino que puede
existir más inclinación por uno de carne y huesos, inclusive un ministro del
Señor o aun un ministerio.
¿Cuál fue el detonante de la idolatría? Podemos
observar que fue lo que hizo que se desatara la idolatría en el pueblo, y nos
damos cuenta que la impaciencia de no
ver o tener la imagen de Moisés los alteró como tanto como para pedirle a
Aarón. Moisés tenía cuarenta días de estar en el monte y el Señor le había dado
ya las tablas, sin embargo la desesperación no les dejó recibir la bendición de
que regresara. Muchas reacciones nuestras no son de buscar respuesta de Dios
sino de sustitución, como que ponemos un plazo al Señor y si no actúa en ese
tiempo hacemos lo que nosotros creemos que es mejor, si le hubieran dicho a
Aarón: no viene Moisés proclamemos ayuno se hubieran asustado al ver que su
respuesta era contestada rápidamente.
Cuando
Moisés estaba con ellos miraban a Moisés como el que llevaba la bendición que
les servía y no miraban al Señor, entonces Moisés era el ídolo de ellos.
Debemos entonces poner atención de no ser impacientes cuando no vemos lo que
quisiéramos ver, porque puede dar lugar o inclinarse a la idolatría. Para algunas
personas que no siguen a Dios no pueden ver más que personas y aunque el
ministro se quiera hacer invisible para que se pueda ver al Señor que va delante
de todos, no se quiere mirar porque están acostumbrados a ver imágenes.
La ausencia
de Moisés les hizo pedir dioses que era un deseo que realmente estaba en sus
corazones. Los ídolos eran necesario para que fueran delante de ellos, pero si
no es el Señor quien va delante de nosotros (el problema fue que ellos nunca lo
vieron), otras formas se propondrán para ocupar su lugar, lo que las convierte
en ídolos.
Ante la demanda de ídolo, ¿cuál es la
respuesta? Aarón había quedado a cargo y cuando el principal no
está se quiere aprovechar del segundo, y este se sintió presionado y no pudo
resistir a la demanda; Aarón no pudo detener la fuerza del idólatra, porque si
les hubiese dicho que no podía darles lo que pedían haciéndoles ver a estos
-aunque no eran todos los israelitas pero parecía que dominaban al pueblo- que el Señor era el que iba adelante y no Moisés,
quizá no se hubieran detenido pero no habrían sido arrastrados otros al ver que
como líder les propuso un ídolo.
Cuando le
decimos a otra persona que no debe poner por delante lo que no es Dios nuestro
Señor, pueden tener una reacción dura y pedir explicación, y esa es la
oportunidad de ministrar al Señor. No se debe permitir ni dejar espacio para
que ocurra esto Aarón fue perdonado por esta concesión grave, no debemos
tenerle miedo al idólatra.
Podemos
entonces observar que la idolatría se consolida siguiendo ciertos pasos y que
no solo llega y se queda, veamos algunos hitos que se dieron en el pueblo de
Israel:
El primer paso es aceptar el ídolo
propuesto. El ídolo válido hecho de algo que aparenta gran
valor: el oro; esto fue lo que hizo Aarón pedir el oro que tenían para darle credibilidad
al ídolo, porque para las personas entre más difícil obtenerlo y más caro
pareciera que tiene más valor. Además se despojaron de algo personal como los
zarcillos, algo cercano, quizá algo que apreciaban o amaban.
Pero el
material era una cosa y la imagen que tenía que dársele era otra, por esto le
dio forma haciéndolo un becerro de fundición. Una figura que les gustara, que
les pareciera gracioso, que pudieran verlo y contemplarlo. Aquí está el peligro
de que nos presenten imágenes o una vista que no podemos despreciar, porque el
enemigo nos pondrá algo que amamos, quizá nuestro cónyuge o un hijo que toma un
lugar que no le corresponde y es el de ir adelante.
El segundo paso fue elevarlo del suelo. Del
valor de oro que tenía que era único, lo pasaron a otro mayor nivel al decir:
estos son tus dioses que te sacaron de Egipto. Una frase que parece
insignificante pero la sustitución del Señor es muy grave. Alguien puede decir
sin pensarlo que el atender al ídolo que ama es lo más importante y ahí ya
tenemos un problema.
Le
hicieron altar, esto quiere decir que lo elevaron, y esto es lo que sucede
cuando le damos relevancia a algo que no lo tiene, por ejemplo si le damos ese
lugar estamos no atribuyendo beneficios que no tiene, si alguien dice que es
necesario que atienda a su cónyuge pero no deja al Señor a un lado está
haciéndole altar. Esto es acomodar el ídolo para llevarlo al siguiente paso que
es darle sacrificio (sangre), y presentarle ofrenda de paz.
El tercer paso: creer que estaban ofreciendo
al Señor. Pensar que
estamos haciendo lo bueno o lo correcto con el ídolo es un gran problema,
porque quien puede detener de esto. Si vemos en este nivel se consolida el
engaño, pues su conciencia torcida no les permitía identificar al Señor como
Dios.
Nadie
puede detener a alguien cuando su corazón necesita un ídolo, Moisés era su
ídolo, porque quien no puede ver y seguir al Señor terminará siguiendo ídolos o
imágenes que le parecerán que tiene poder para seguir.
Madrugaron y la ofrenda de paz que parte era quemada y
parte comida o compartida para regocijarse por estar en paz con el Señor. Esto
era de admirar, como podían estar contentos sin ver a su líder y sin reconocer
al Señor. Es urgente no dejar que nadie ni nada se ponga delante de nosotros en
lugar de nuestro Dios, por esto si no se puede reconocer la obra del Señor se
corre un gran peligro y debemos pedirle al Señor ser agradecidos.
Las consecuencias fueron
graves a pesar de interceder por ellos y su hermano Aarón Moisés calentó y
desfiguró el becerro, lo molió, lo esparció en el agua la cual tuvo que beber
el pueblo, por lo que era imposible recuperar el oro porque iría a la letrina.
Este es el destino del ídolo y la forma que el Señor tiene que hacer para
quitarlo de en medio, sin embargo otros tuvieron que morir, y otros que fueron
perdonados aunque fueron arrastrados a adorar, sería l última vez que Moisés
podía intervenir intercediendo por ellos, la próxima sería su fin.
Nosotros
tenemos la bendición de conocer el origen y secuencia de la idolatría y podemos
renunciar a esas inclinaciones y esforzarnos para mirar al Señor que siempre
tiene que ir delante de nosotros.