lunes, 1 de abril de 2013

UNA GENERACIÓN INDIFERENTE


Texto: Luc_7:28-35; 1Co_1:18-25; Mat_11:16-19

Luc 7:28  Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él.
Luc 7:29  Y todo el pueblo y los publicanos, cuando lo oyeron, justificaron a Dios, bautizándose con el bautismo de Juan.
Luc 7:30  Mas los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan.
Luc 7:31  Y dijo el Señor: ¿A qué, pues, compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes?
Luc 7:32  Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, que dan voces unos a otros y dicen: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no llorasteis.
Luc 7:33  Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene.
Luc 7:34  Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.
Luc 7:35  Mas la sabiduría es justificada por todos sus hijos.
1Co 1:18  Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
1Co 1:19  Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos.
1Co 1:20  ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
1Co 1:21  Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.

En este tiempo que vivimos existe un virus que se esparce en la sociedad y desgraciadamente en el cristiano, esta es la indiferencia, que motivada y empujada por la impersonalización de las actividades se opta por cada vez más medios que favorecen ocultarse como personas aunque nos hacemos presentes de manera virtual. De alguna manera puede estar afectando la responsabilidad de pronunciarnos en la realidad.

Las reacciones de los hombres ante la oferta del Señor pueden ser diferentes y sus resultados y las acciones que realizamos también; el Señor les habló validando la obra de Juan el Bautista como uno que fue enviado como al profeta Elías, Juan mayor profeta pero en el reino el más pequeño es mayor que él. Los resultados fueron buenos para el pueblo y los publicanos (quienes eran considerados inferiores o inmerecedores), estos justificaron a Dios bautizándose, es decir que con la acción le daban la razón, y se rindieron.

Este es el objetivo del Señor para el hombre que actúe, que cambiemos, que mejoremos, pero no todo el que recibe el mensaje acepta los designios, su voluntad, o plan de Dios en sus vidas, que en este caso estaba en someterse al bautismo de Juan. Hubo entonces personas que no quisieron honrar a Dios, estos fueron los fariseos y los escribas que pensaban que su forma falsamente recta en el exterior les salvaban de someterse al bautismo.

De esta situación el señor les quiso dar una explicación que era una respuesta a ese comportamiento, con ella sabrían quienes realmente eran:

¿A QUÉ LOS COMPARARÉ Y A QUÉ ES SEMEJANTE ESTA GENERACIÓN?
Primero debemos preguntarnos por qué quería aclarar el Señor ese comportamiento? Precisamente porque existía personas como ellos y seguidores de éstos fariseos que no aceptaban el plan de Dios y tomaban esa aptitud religiosa y legalista.

¿Cómo era entonces esa generación? Esta explicación lo hace con una parábola de lo que hacían los niños o jóvenes en aquel tiempo quienes quieren hacer jugar de cualquier forma al otro grupo de muchachos. Los jóvenes tienen formas amables y también formas desafiantes para hacer jugar al otro grupo, pero en este caso no logran el objetivo.

Hoy existe "cristianos" que no quieren jugar, que no quieren participar, que no quieren someterse a los designios de Dios. Les tocamos flauta y no bailaste, les cantamos una canción triste y no lloraste, esto demuestra la poca reacción que tenían. Así hoy algunos cristianos no se alegran con las alabanzas, y con las canciones para adorar, para reflexionar, que son para tocar lo más íntimo, no les quebranta.

Así son los religiosos que piensan que esa insensibilidad es porque son maduros, se resistieron pues aunque Dios les hable directamente tampoco les conmueve, alguien piensa que si se le presenta un ángel podrían cambiar, y esto realmente no cambiará sus vidas.

DOS RESPUESTAS PARA OCULTAR LA INDIFERENCIA PARA CAMBIAR
Los fariseos y los escribas no querían nada a través del profeta Juan el Bautista con una personalidad austera, que no se relacionaba como la personalidad el Señor. También hay cristianos que no les gusta la personalidad austera del ministro, aunque sea parte del designio de Dios, y si tienen la personalidad contraria también lo rechazan.

La respuesta a la canción triste o la palabra dura, la que debería hacernos llorar era: tiene un demonio, esta es la respuesta para no cambiar, invalidando a la persona y no a la palabra. Alguna gente dice que esos ministros en todo ven demonios, pero es porque no piensan obedecer y de esta manera invalidan la fe, ya que Juan podía reconocer aun quienes se bautizaban porque creían, y quienes lo hacían solo por librarse de ser señalados, y también quiénes no querían nada.

La respuesta a la canción alegre de flauta está en la forma como el Señor nos da a conocer su reino, pero esta gracia en la forma de acercarse a ellos les trajo confusión y le tomaron como un bebedor de vino y como comilón o glotón y amigo de gente de dudosa reputación. Por lo tanto la canción para bailar los hace llorar y quejarse como si el Señor estuviera equivocado. Algunos hasta preguntaban por qué los discípulos de Juan ayunaban y los del Señor no, y la respuesta fue que no podían estar de luto cuando el esposo está con ellos.

LA SABIDURÍA QUEDA DEMOSTRADA POR LOS QUE LA SIGUEN
La vida de quienes siguen al Señor, es decir de los que vivimos en gracia, demuestra que no hay error, que su plan ha funcionado, que no es cuento, y que no es en vano seguir a Cristo. Quienes son religiosos y legalistas no lo demuestran en sus vidas y aunque aparentemente tengan sabiduría y rectitud, esta no les es suficiente, pues es estéril.

El apóstol Pablo nos dice que la cruz de Cristo parece locura para los que se pierden (1Co_1:18-21), pero para el que se salva es poder de Dios. Para el religioso insensible e indiferente piensa que su sabiduría humana y religiosa es suficiente para comprender los designios de Dios. Está seguro que puede caminar en paralelo y llegará al mismo lugar, pero no sabe que esos caminos no son necesariamente opuestos en dirección sino en resultados.

Los niños (del gr. Teknón), son los que demuestran la sabiduría de Dios pues siendo niños tienen la capacidad de seguir a Cristo, y esto significa que la sabiduría no es algo intelectual, sino una aplicación a nuestra vida aunque no tengamos la capacidad de entendimiento por la práctica aprendemos. Los fariseos y escribas se consideraban suficientes, con sabiduría, listos que no podían reconocer en un momento de transición del antiguo pacto y el nuevo de la gracia.

Gracias a Dios damos que si podemos llorar con la palabra que trae tristeza a nuestra alma, esa tristeza nos hace reaccionar para que él pueda obrar en nosotros. Por el contrario si su palabra es de flauta nos ayuda a agradecer su gracia en nuestras vidas para motivarnos a continuar en este glorioso camino, del cual no queremos renunciar ni ser indiferentes.