lunes, 6 de mayo de 2013

INSISTIENDO CONTRA LA VOLUNTAD DE DIOS


Núm 22:8  El les dijo: Reposad aquí esta noche, y yo os daré respuesta según Jehová me hablare. Así los príncipes de Moab se quedaron con Balaam. 9  Y vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Qué varones son estos que están contigo? 10  Y Balaam respondió a Dios: Balac hijo de Zipor, rey de Moab, ha enviado a decirme:
11  He aquí, este pueblo que ha salido de Egipto cubre la faz de la tierra; ven pues, ahora, y maldícemelo; quizá podré pelear contra él y echarlo. 12  Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es. 13  Así Balaam se levantó por la mañana y dijo a los príncipes de Balac: Volveos a vuestra tierra, porque Jehová no me quiere dejar ir con vosotros.
14  Y los príncipes de Moab se levantaron, y vinieron a Balac y dijeron: Balaam no quiso venir con nosotros. 15  Volvió Balac a enviar otra vez más príncipes, y más honorables que los otros;
16  los cuales vinieron a Balaam, y le dijeron: Así dice Balac, hijo de Zipor: Te ruego que no dejes de venir a mí; 17  porque sin duda te honraré mucho, y haré todo lo que me digas; ven, pues, ahora, maldíceme a este pueblo. 18  Y Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: Aunque Balac me diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni grande. 19  Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa qué me vuelve a decir Jehová. 20  Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieron para llamarte estos hombres, levántate y vete con ellos; pero harás lo que yo te diga.

Núm 22:28  Entonces Jehová abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has azotado estas tres veces?  Núm 22:29  Y Balaam respondió al asna: Porque te has burlado de mí. ¡Ojalá tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría!
Núm 22:30  Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna? Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado hacerlo así contigo? Y él respondió: No. Núm 22:31  Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro. Núm 22:32  Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí. Núm 22:33  El asna me ha visto, y se ha apartado luego de delante de mí estas tres veces; y si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría a ti, y a ella dejaría viva. Núm 22:34  Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He pecado, porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece mal, yo me volveré. Núm 22:35  Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: Vé con esos hombres; pero la palabra que yo te diga, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac.

2Pe 2:15  Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad, 2Pe 2:16  y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.

En esta porción muy conocida se narra la amenaza que sintieron los moabitas y madianitas, tomando liderazgo Balac rey de los primeros y estaban buscando a Balaam para que maldijera a Israel y pudieran vencerlos pues tenían temor que los atacaran. En esta empresa es que podemos aprender de Balaam quien se enfrenta en un verdadero problema para obedecer al Señor.

La vida cristiana puede tener tiempos de estancamiento que vienen por la dificultad de seguir la voluntad de Dios y aun con el mejor deseo de cambiar no accedemos a soluciones permanentes en nuestra vida, porque estas no dependen de un milagro externo, sino que vienen de cambios conscientes o decisiones acertadas que nos lleven a acciones de obediencia.

¿CUÁL ES NUESTRO ANTECEDENTE?
Sin duda en la situación actual que vivimos casi siempre cuando algo se complica, y que no nos dificulta hacer la voluntad de Dios hoy, es porque tenemos un antecedente que quizá no queramos recordar y evaluar. Cuando estudiamos los hechos en este pasaje podemos entender lo que estaba sucediendo cuando la asna le habla.

Debemos de partir la dificultad que tenemos como hombres de entender y principalmente de aceptar nuestras fallas y las malas decisiones tomadas, y cómo estas nos han llevado a situaciones difíciles, Balaam quizá no se dio cuenta hasta que pudo ver el ángel de Jehová con la espada en la mano y de las mismas palabras del Señor al decirle que le hubiere matado si no se detenía la asna.

Balaam ya había tenido un encuentro con la voluntad de Dios que le manifestaba que se negara a la demanda de Balac rey de Moab quien lo buscaba para que maldijera al pueblo de Israel. El parecer del Señor fue en Num_22:12, cuando le dijo no vayas ni maldigas al pueblo, pues no podía maldecir lo que Dios había bendecido. Podemos darnos cuenta que antes en el v.9 el Señor le pregunta ¿qué varones son estos que están contigo? Acaso no sabía el Señor quienes eran, o se lo preguntaba para hacerle reflexionar que no era buena compañía. Así muchas veces antes de una respuesta de Dios tenemos preguntas que nos deben de llevar a encontrar su sentir.

Este encuentro de la voluntad de Dios demandaba obediencia desde el comienzo. Desgraciadamente a veces no se puede entender que una decisión tomada hoy es más fácil y evitará hacer esa misma decisión mañana cuando las condiciones son mucho más difíciles para obedecer, pues mis propios deseos se pueden enamorar de la mala decisión. Existirán nuevos elementos que nos detendrán y nos pueden incapacitar hacerlo.

A pesar de la primera buena decisión de no ir hubo persistencia de parte de Balaam pues estaba dilatando y tratando de encontrar permiso del Señor y esto es de alguna manera no hacer la voluntad de Dios, más aun cuando da explicación a los enviados (v.13), al decirles no puedo ir porque el Señor no me quiere dejar ir con ustedes, diciendo de otra manera: yo quiero ir pero el Señor no me deja. De igual manera se hace cuando se pone de excusa la iglesia o a los ministros, sin darnos cuenta que lo que estamos haciendo es dando incentivo a los demás para que también insistan con nosotros y tener mejores ofertas.

INSISTENCIA PARA SOBREPONERNOS A DIOS
Cuando entendemos que nos exponemos más cuando tiramos la responsabilidad hacia arriba, podemos llegar a una mala interpretación, pues nuestro enfoque pasa de la obediencia al aval, es decir se deja el esfuerzo por obedecer y se opta por conseguir el permiso.

Balac envía a Balaam nuevamente otro grupo más distinguido de príncipes para ofrecerle beneficios materiales y honra, pero no cede de boca diciendo que aunque le diera una casa llena de plata y oro, no lo haría porque no puede traspasar la palabra del Señor.

Aunque nuestras palabras sean correctas no quiere decir que nuestro sentir sea acorde a nuestras palabras, esto se muestra cuando Balaam hacer pasar una noche para esperar nuevamente la voluntad de Dios cuando en realidad ya sabía cuál había sido la respuesta anterior. De igual manera podríamos estar nosotros calentando situaciones para ver si el Señor cambia de opinión y nos da permiso.

Habiéndoles dicho que no aceptaría una casa llena de plata y oro, les ruega que se queden la noche para saber qué le vuelve a decir el Señor. Esta es la trampa que podemos caer cuando dejamos la voluntad perfecta y forzamos a otra respuesta de Dios, que conociendo nuestro corazón deja que las cosas caminen, pues al manifestarse el Señor le dice que vaya pero que haría lo que él le dijera. El Señor puede permitirnos hacer algunas cosas aunque no esté de acuerdo. El hecho que Dios lo permita no quiere decir que él esté contento por lo que hacemos. Balaam había conseguido aparentemente lo que quería, aunque la oportunidad no significa que nos está dando aval para hacer lo que nosotros queremos.

MADRUGANDO PARA LA DESOBEDIENCIA.
Balaam se levantó de mañana y se marchó con su asna, criados y los príncipes de Moab Num_22:21, de alguna manera seguro en que hacía lo correcto aunque no se imaginaba que el Señor estaba enojado con él por la decisión que hacía, la palabra que aparentemente le permitía ir, se volvía una verdadera prueba, y el Señor quería saber hasta dónde llegaba su desobediencia. Cuánto más cuando le comunicamos a un ministro nuestras decisiones ya tomadas sin permitir su consejo u opinión, y aunque se tenga una espada en la mano ya no se puede detener las decisiones.

Si no podemos avanzar en nuestros propósitos debemos revisar si no estamos en contra de la voluntad de Dios, porque en este caso el ángel de Jehová se puso en el camino con una espada en su mano (estaba furioso por la desobediencia), y esto significa que iba a destruirlo si seguía en ese camino. El único que miraba la realidad era la asna, y se podía pensar que es un animal testarudo, sin embargo estaba haciendo la voluntad de Dios al apartarse. Cuán equivocados podemos estar.

Tres veces fue azotada la asna aunque estaba actuando correctamente pues su acción era de preservación de la vida, mientras la de Balaam era de destrucción, y echándose debajo de Balaam este se enojó, y siendo castigada nuevamente habló preguntado: ¿por qué me azotas? La asna representa aquellos que nos acompañan en las malas decisiones y se vuelven víctimas de maltrato por no tener alternativa más que seguirnos, este puede ser el caso de los hijos o cónyuges que no pueden detener por las buenas, ni con la razón las decisiones equivocadas.

La asna era víctima a pesar de haber sido siempre de utilidad como se lo dijo a Balaam, pues había cabalgado desde siempre y nunca se le había echado. Con esta reflexión explica que no había sido por gusto, y fue en ese momento que puede ver que el Señor estaba en el asunto cuando le abre los ojos espirituales. El conocer la realidad fue con riesgo de morir, pues la desobediencia hizo que llegara la advertencia del Señor. Que el Señor nos ayude a verlo cuando se está oponiendo a lo que hacemos mal.

¿QUÉ HABÍA MOVIDO A BALAAM A DESAFIAR E INSISTIR?
La respuesta la tenemos en 2Pe_2:15-16, pues lo que movió a Balaam fue el premio que obtendría por decir maldición, y esto era la razón por la que se movía. Si somos desobedientes a la voluntad de Dios es porque existe algo en nosotros que nos hace insistir. Así también nosotros podemos insistir en lo incorrecto porque no examinamos que existe un deseo que queremos saciar.

Para Balaam era el premio por el que insistía, esta sigue siendo una realidad, en un tiempo donde lo material puede inundar el deseo del hombre y esto hacer que se vuelva nuestra prioridad y nuestro corazón se incline a la desobediencia.