Núm 22:8 El les dijo: Reposad aquí esta noche, y yo os
daré respuesta según Jehová me hablare. Así los príncipes de Moab se quedaron
con Balaam. 9
Y vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Qué varones son estos que están
contigo? 10
Y Balaam respondió a Dios: Balac hijo de Zipor, rey de Moab, ha enviado
a decirme:
11 He aquí, este pueblo que ha salido de Egipto
cubre la faz de la tierra; ven pues, ahora, y maldícemelo; quizá podré pelear
contra él y echarlo. 12 Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con
ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es. 13 Así Balaam se levantó por la mañana y dijo a
los príncipes de Balac: Volveos a vuestra tierra, porque Jehová no me quiere
dejar ir con vosotros.
14
Y los príncipes de Moab se levantaron, y
vinieron a Balac y dijeron: Balaam no quiso venir con nosotros. 15 Volvió
Balac a enviar otra vez más príncipes, y más honorables que los otros;
16 los cuales vinieron a Balaam, y le dijeron:
Así dice Balac, hijo de Zipor: Te ruego que no dejes de venir a mí; 17 porque sin
duda te honraré mucho, y haré todo lo que me digas; ven, pues, ahora, maldíceme
a este pueblo. 18 Y Balaam respondió y dijo a los siervos de
Balac: Aunque Balac me diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar
la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni grande. 19 Os ruego,
por tanto, ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa qué me vuelve
a decir Jehová. 20 Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si
vinieron para llamarte estos hombres, levántate y vete con ellos; pero harás lo
que yo te diga.
Núm 22:28 Entonces Jehová abrió la boca al asna, la
cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has azotado estas tres veces? Núm 22:29 Y Balaam respondió al asna: Porque te has
burlado de mí. ¡Ojalá tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría!
Núm 22:30 Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna?
Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado
hacerlo así contigo? Y él respondió: No. Núm 22:31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y
vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su
mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro. Núm 22:32 Y el
ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí
yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí. Núm 22:33 El
asna me ha visto, y se ha apartado luego de delante de mí estas tres veces; y
si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría a ti, y a ella
dejaría viva. Núm 22:34 Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He
pecado, porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora,
si te parece mal, yo me volveré. Núm 22:35 Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: Vé con
esos hombres; pero la palabra que yo te diga, esa hablarás. Así Balaam fue con
los príncipes de Balac.
2Pe 2:15 Han
dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo
de Beor, el cual amó el premio de la maldad, 2Pe 2:16 y fue reprendido por su iniquidad; pues una
muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del
profeta.
En esta porción muy conocida se narra la amenaza que
sintieron los moabitas y madianitas, tomando liderazgo Balac rey de los
primeros y estaban buscando a Balaam para que maldijera a Israel y pudieran
vencerlos pues tenían temor que los atacaran. En esta empresa es que podemos
aprender de Balaam quien se enfrenta en un verdadero problema para obedecer al
Señor.
La vida cristiana puede tener tiempos de estancamiento
que vienen por la dificultad de seguir la voluntad de Dios y aun con el mejor
deseo de cambiar no accedemos a soluciones permanentes en nuestra vida, porque
estas no dependen de un milagro externo, sino que vienen de cambios conscientes
o decisiones acertadas que nos lleven a acciones de obediencia.
¿CUÁL ES
NUESTRO ANTECEDENTE?
Sin duda en la situación actual que vivimos casi
siempre cuando algo se complica, y que no nos dificulta hacer la voluntad de
Dios hoy, es porque tenemos un antecedente que quizá no queramos recordar y
evaluar. Cuando estudiamos los hechos en este pasaje podemos entender lo que
estaba sucediendo cuando la asna le habla.
Debemos de partir la dificultad que tenemos como
hombres de entender y principalmente de aceptar nuestras fallas y las malas decisiones
tomadas, y cómo estas nos han llevado a situaciones difíciles, Balaam quizá no
se dio cuenta hasta que pudo ver el ángel de Jehová con la espada en la mano y
de las mismas palabras del Señor al decirle que le hubiere matado si no se detenía
la asna.
Balaam ya había tenido un encuentro con la voluntad de
Dios que le manifestaba que se negara a la demanda de Balac rey de Moab quien lo
buscaba para que maldijera al pueblo de Israel. El parecer del Señor fue en
Num_22:12, cuando le dijo no vayas ni maldigas al pueblo, pues no podía
maldecir lo que Dios había bendecido. Podemos darnos cuenta que antes en el v.9
el Señor le pregunta ¿qué varones son estos que están contigo? Acaso no sabía
el Señor quienes eran, o se lo preguntaba para hacerle reflexionar que no era
buena compañía. Así muchas veces antes de una respuesta de Dios tenemos
preguntas que nos deben de llevar a encontrar su sentir.
Este encuentro de la voluntad de Dios demandaba
obediencia desde el comienzo. Desgraciadamente a veces no se puede entender que
una decisión tomada hoy es más fácil y evitará hacer esa misma decisión mañana
cuando las condiciones son mucho más difíciles para obedecer, pues mis propios
deseos se pueden enamorar de la mala decisión. Existirán nuevos elementos que
nos detendrán y nos pueden incapacitar hacerlo.
A pesar de la primera buena decisión de no ir hubo
persistencia de parte de Balaam pues estaba dilatando y tratando de encontrar
permiso del Señor y esto es de alguna manera no hacer la voluntad de Dios, más
aun cuando da explicación a los enviados (v.13), al decirles no puedo ir porque
el Señor no me quiere dejar ir con ustedes, diciendo de otra manera: yo quiero
ir pero el Señor no me deja. De igual manera se hace cuando se pone de excusa
la iglesia o a los ministros, sin darnos cuenta que lo que estamos haciendo es
dando incentivo a los demás para que también insistan con nosotros y tener
mejores ofertas.
INSISTENCIA
PARA SOBREPONERNOS A DIOS.
Cuando entendemos que nos exponemos más cuando tiramos
la responsabilidad hacia arriba, podemos llegar a una mala interpretación, pues
nuestro enfoque pasa de la obediencia al aval, es decir se deja el esfuerzo por
obedecer y se opta por conseguir el permiso.
Balac envía a Balaam nuevamente otro grupo más distinguido
de príncipes para ofrecerle beneficios materiales y honra, pero no cede de boca
diciendo que aunque le diera una casa llena de plata y oro, no lo haría porque
no puede traspasar la palabra del Señor.
Aunque nuestras palabras sean correctas no quiere
decir que nuestro sentir sea acorde a nuestras palabras, esto se muestra cuando
Balaam hacer pasar una noche para esperar nuevamente la voluntad de Dios cuando
en realidad ya sabía cuál había sido la respuesta anterior. De igual manera
podríamos estar nosotros calentando situaciones para ver si el Señor cambia de
opinión y nos da permiso.
Habiéndoles dicho que no aceptaría una casa llena de
plata y oro, les ruega que se queden la noche para saber qué le vuelve a decir
el Señor. Esta es la trampa que podemos caer cuando dejamos la voluntad
perfecta y forzamos a otra respuesta de Dios, que conociendo nuestro corazón
deja que las cosas caminen, pues al manifestarse el Señor le dice que vaya pero
que haría lo que él le dijera. El Señor puede permitirnos hacer algunas cosas aunque
no esté de acuerdo. El hecho que Dios lo permita no quiere decir que él esté
contento por lo que hacemos. Balaam había conseguido aparentemente lo que
quería, aunque la oportunidad no significa que nos está dando aval para hacer lo
que nosotros queremos.
MADRUGANDO
PARA LA DESOBEDIENCIA.
Balaam se levantó de mañana y se marchó con su asna,
criados y los príncipes de Moab Num_22:21, de alguna manera seguro en que hacía
lo correcto aunque no se imaginaba que el Señor estaba enojado con él por la
decisión que hacía, la palabra que aparentemente le permitía ir, se volvía una
verdadera prueba, y el Señor quería saber hasta dónde llegaba su desobediencia.
Cuánto más cuando le comunicamos a un ministro nuestras decisiones ya tomadas sin
permitir su consejo u opinión, y aunque se tenga una espada en la mano ya no se
puede detener las decisiones.
Si no podemos avanzar en nuestros propósitos debemos
revisar si no estamos en contra de la voluntad de Dios, porque en este caso el
ángel de Jehová se puso en el camino con una espada en su mano (estaba furioso
por la desobediencia), y esto significa que iba a destruirlo si seguía en ese
camino. El único que miraba la realidad era la asna, y se podía pensar que es
un animal testarudo, sin embargo estaba haciendo la voluntad de Dios al
apartarse. Cuán equivocados podemos estar.
Tres veces fue azotada la asna aunque estaba actuando
correctamente pues su acción era de preservación de la vida, mientras la de
Balaam era de destrucción, y echándose debajo de Balaam este se enojó, y siendo
castigada nuevamente habló preguntado: ¿por qué me azotas? La asna representa
aquellos que nos acompañan en las malas decisiones y se vuelven víctimas de
maltrato por no tener alternativa más que seguirnos, este puede ser el caso de los
hijos o cónyuges que no pueden detener por las buenas, ni con la razón las
decisiones equivocadas.
La asna era víctima a pesar de haber sido siempre de
utilidad como se lo dijo a Balaam, pues había cabalgado desde siempre y nunca
se le había echado. Con esta reflexión explica que no había sido por gusto, y
fue en ese momento que puede ver que el Señor estaba en el asunto cuando le
abre los ojos espirituales. El conocer la realidad fue con riesgo de morir,
pues la desobediencia hizo que llegara la advertencia del Señor. Que el Señor
nos ayude a verlo cuando se está oponiendo a lo que hacemos mal.
¿QUÉ HABÍA
MOVIDO A BALAAM A DESAFIAR E INSISTIR?
La respuesta la tenemos en 2Pe_2:15-16, pues lo que
movió a Balaam fue el premio que obtendría por decir maldición, y esto era la
razón por la que se movía. Si somos desobedientes a la voluntad de Dios es
porque existe algo en nosotros que nos hace insistir. Así también nosotros
podemos insistir en lo incorrecto porque no examinamos que existe un deseo que
queremos saciar.
Para Balaam era el premio por el que insistía, esta
sigue siendo una realidad, en un tiempo donde lo material puede inundar el
deseo del hombre y esto hacer que se vuelva nuestra prioridad y nuestro corazón
se incline a la desobediencia.