lunes, 16 de abril de 2012

Preocupados para vivir


Mat 6:25  Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
Mat 6:26  Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Mat 6:27  ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
Mat 6:28  Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
Mat 6:29  pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
Mat 6:30  Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
Mat 6:31  No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Mat 6:32  Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Mat 6:33  Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Mat 6:34  Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

El hombre moderno se preocupa por vivir, por lo básico –que se amplía cada vez más- porque lo externo y aun la comunicación es prioritaria (incluida en la canasta básica), pues el sistema de este mundo enseña que después de esas cosas se alcanza satisfacción en la vida. La preocupación material es sin duda las principales fuentes de insatisfacción en la vida y desde la antigüedad el Señor tenía un mensaje claro de su jerarquía pues en ella se encuentra la felicidad y bienestar del hombre. Mucha gente sufre como si estuviera en pobreza, cuando realmente no están en esa categoría, por esto no necesariamente la preocupación es del que no tiene como satisfacer sus necesidades básicas sino del que quiere tener una razón para estar preocupado.

Cuántos de nosotros no nos hemos imaginado la vida sin tener preocupaciones primarias (y otras más allá), y quizá pensemos que mejoraría nuestra situación, pero bajo este deseo o meta muchos han fracasado pues cuando se cree que se tiene control sobre estas cosas nos descuidamos otras que son más importantes en la vida. Alguno puede decir si no tuviera deuda estaría tranquilo, y es bueno no tener deudas pero ese solo es un corto tiempo para la mayoría que puede sentirse confiado para volver a adquirirla, por esta razón muchas cosas dependen de nuestro interior, de nuestra alma.

Cuando se piensa que la vida es solo suplir las necesidades para vivir, se está dejando a un lado la esencia de la vida que es reproducir, es decir busca por todos los medios difundir y esparcir la semilla de la vida. Las plantas por ejemplo cuando no tienen las mejores condiciones para la vida, lo que hace es tratar de dar frutos y semillas para continuar el ciclo. Eso quiere decir que si las condiciones no son buenas tratará de heredar, pero el hombre si las condiciones no son buenas, ¿qué hace, se entrega a los demás o se encierra en sí mismo?

Cuál es tu jerarquía en tu vida. El Señor trata de establecer una jerarquía en la vida, porque nosotros no lo hacemos y entonces podemos pasar la vida sin darle la importancia a las cosas que debemos y por el contrario matarnos por lo que no vale la pena. Siempre hay una batalla entre lo temporal y lo eterno, como terrenales se tiene inclinación por lo terrenal, solo el espiritual puede preocuparse por lo eterno.

En el principio el Señor quería crear al hombre a su imagen y parte de su imagen lo principal es su espíritu, que es la vida y que fue soplada en el cuerpo que hizo del polvo de la tierra. Entonces en la jerarquía es Dios, luego la vida, y posteriormente el cuerpo. Si vemos entonces la vida, después de ella no viene el alimento en la jerarquía sino que viene el cuerpo, porque el aliento de vida tiene que tener un cuerpo y es el que nos hace vivir en este mundo, por esta razón el Señor habla de que el alimento solo nutre el cuerpo pero no le da la vida, solo la mantiene y al contrario nos puede llegar a matar demasiada comida.

Entonces la jerarquía en nuestra vida puede estar alterada, porque queriendo vivir más podemos estar haciendo lo contrario, y si vemos que la vida depende del Señor, entonces no tendríamos que estar preocupados por este cuerpo, ni por el tendremos para la eternidad. No se debe de poner el alimento, ni la bebida, ni el vestido a la altura de la vida, porque la vida está más cerca del Señor que del alimento.

Las distorsiones en la jerarquía. Existen mucho ruido alrededor de esta jerarquía porque el enemigo y el mismo hombre su sistema y sus filosofías falsas que se difunden y que se apoyan bajo vestiduras diferentes: humanistas, materialistas, de hedonismo, etc., tratan de influir para facilitarle al hombre acepte poner como primero aspectos que lo alejan de Dios, y se aleje de pensar en las  cosas que sí valen la pena que hagamos.

Las distorsiones favorecen que nos inclinemos a otras prioridades y no a lo espiritual, porque aun en el problema más difícil tenemos que confiar que la vida es de Dios y no nos pertenece, por esto podemos pedirle al Señor que nos ayude porque no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mateo 4:4).

Si existe distorsión en nosotros no podremos creer que valgamos más que las aves del cielo que el Señor las alimenta, pues la cultura dice que si no trabajamos es imposible tener el pan de cada día, aunque conozcamos que no solo de pan vivirá el hombre… Por esta razón sino estamos trabajando por alguna razón no quiere decir que estamos desamparados, porque el Señor nos puede alimentar aun sobrenaturalmente.

El hombre planifica sembrar, para tener esperanza de cosechar, y guardar el excedente, sin embargo si no lo podemos hacer no quiere decir que el Señor no nos alimentará, porque valemos más para el Señor que los pájaros. El trabajo es un instrumento pero no es la vida, no podemos creer que si no tenemos un buen empleo no podemos ser importantes o sentirnos que valemos.

En cuanto a imagen, si vemos en la jerarquía se le puede estar dando importancia al vestido, en cómo nos vemos, ya que la apariencia en estos tiempos son tan importante pues la imagen es algo que supuestamente proyecta, nos eleva la autoestima (en teoría), pero no podemos clavarnos en esto, ni siquiera en nuestra estatura y creer que necesitamos crecer, por eso el Señor dice que aunque estemos preocupados no podemos hacer nada. Los lirios sin preocuparse se visten muy bien y mejor que alguien con mucha riqueza (como fue Salomón), y esto que solo viven un día, y luego se pueden quemar, y aun así no se preocupan, ni trabajan para tenerlo, solo llega. Cuánto más nosotros que aunque no duramos un día, el tiempo es corto de vida, que no deberíamos desperdiciarlo pensando en apariencias.

No podemos que puede añadir un codo a la estatura (gr. Jelikía: madurez), aunque la palabra también significa madurez o edad, lo que puede sugerir que muchos que piensan en alargar su vida, si no les es permitido por el Señor, no lo obtendrán pues no depende de nosotros el tiempo que viviremos en esta tierra, sino del Señor. El añadir es poner algo adicional, y todo lo que no es de la misma naturaleza que Dios ha dado puede ser contraproducente.

La vida es para buscar el reino de Dios y su justicia. Las necesidades estarán siempre que andemos en este cuerpo de comida, bebida y vestido, pero si tenemos fe y estuviéramos conscientes que el Señor conoce nuestra necesidad, esto mismo nos daría paz. Nuestro Padre Celestial sabe que tenemos necesidades de esas cosas, no se olvida, estará pendiente.

La preocupación debería ser desperdiciar la vida en preocupaciones y que se puede terminar, y todo lo demás no nos sirve, es decir nadie va a decir al llegar a su presencia: comí tanta comida, o tuve un gran guardarropa. No habrá necesidad de vestirse con la ropa que lo hacemos hoy, nadie puede llevársela al cielo, porque allá nos darán otra clase de vestiduras, y nuestro alimento será pleno, porque la vida seguirá dependiendo del Señor y no del alimento.

El reino de Dios debemos buscarlo para que seamos de nuestro Señor, porque existe otro señor para que sin quererlo se encuentra cuando nos preocupamos por esas cosas, lo que quiere ese falso señor es que le honremos al cambiar nuestra jerarquía. No debe de haber preocupación más que lo que estamos viviendo en el día y no del día de mañana porque cada día tiene sus propios problemas, porque la preocupación no resuelve los problemas de mañana ni nos deja resolver los de hoy. El verdadero cristiano debe mirar para arriba al Señor y no para abajo porque entonces solo veremos necesidades; cuando miramos para arriba al reino de Dios y su justicia, las cosas de abajo se resuelven con añadiduras que nos provee.