domingo, 18 de diciembre de 2011

Esperemos su venida

Textos: 1Co_11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

Para todo cristiano que conoce las promesas del Señor sin duda no hay una promesa que nos llene tanto de esperanza que la venida del Señor. Pero nos preguntamos por qué no hay tanto entusiasmo por anunciar la venida del Señor y hasta parece extraño o anticuado hacerlo hoy día, y sin embargo los documentales de televisión lo hacen a su manera. Por esta razón queremos tocar algunos aspectos para esperar su venida.

En primer lugar: ¿Anunciar la venida a quiénes?, podría ser la pregunta que muchos se hacen, pero la realidad es que se anunció primero a los discípulos de parte del Señor, porque realmente son los discípulos los necesitados de creer, y cuando lo creemos lo proclamamos de corazón le estamos diciendo al Señor aquí estamos esperándote.
También podríamos decir que indirectamente anunciamos para con los afuera de la iglesia la venida del Señor, pero aunque aparentemente no lo entienden muchos, sin embargo el Señor puede hablar de distintas maneras y hacer entender a través del anuncio que Jesús es el Señor, y que vendrá a tomar su lugar, porque el mensaje toma validez cuando nuestro testimonio es fiel para con aquel a quien esperamos.


Anunciando su muerte hasta que Él venga. El regreso del Señor hace que quienes le esperan anuncien su muerte y su venida, esto hará claro que cuando seamos levantados se sabrá que fue el Señor el que nos llevó.

Durante ese tiempo previo a su venida es importante anunciarle como Señor porque muchos piensan que es solo religión, pero estamos hablando de uno que volverá, por eso es necesario anunciarlo celebrando la cena del Señor que él mismo instituyó.
Celebrando la Cena del Señor estamos diciendo volverás, regresarás y te sentarás en esta mesa con nosotros. Si alguien se va lejos tenemos la esperanza que vuelva y lo decimos porque sabemos que esto sucederá, es un deseo pero también una promesa.

Hay esperar con la paciencia del agricultor Stg_5:7 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.

La fe nos permite tener paciencia, porque cuando estamos seguros que las cosas sucederán podemos esperar con más tranquilidad. Es agricultor sabe que si trabaja en esa espera tendrá el mejor fruto, por esto el esfuerzo depende de la fe que tengamos. Sabe cada tiempo y cuando la planta necesita crecer lo espera y atiende para que haya flor y por supuesto sabe que vendrá el fruto.

El cristiano que quiere esperar pasivamente no sabe lo que está haciendo, porque de repente solo se quedará con una fe lejana que comenzará a desteñirse. No así el agricultor diligente que cuando hace lo que tiene que hacer, puede ser cada vez más cerca la promesa del fruto, y sabe que el Señor mandará la lluvia temprana y la tardía.

Algunas personas pueden burlarse diciendo ¿dónde está la promesa de su venida? porque todo esta igual que antes. 2Pe_3:3-4. sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias,(A) 4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.
Esto ocurre porque saben que están descalificados y quieren hacernos parecer raros y que no estamos haciendo las cosas bien para descalificarnos también, pero es todo lo contrario pues la mayoría lo dicen porque no pueden o no quieren someterse a Dios.

Pedro dice que no se acuerdan que fueron hechos los cielos y la tierra y que la tierra proviene del agua y por eso fue destruida la tierra por el diluvio por el pecado de ese tiempo, y los cielos y la tierra que ahorra existen están reservados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. En otras palabra es mucho mejor esperar al Señor para recompensa que esperar un juicio.

La importancia de la consagración 1Ts_5:22-23. Absteneos de toda especie de mal. 23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.
Esperar al Señor no es una espera sin condiciones por esto no debemos olvidar el hacer nuestra parte de guardarnos para su regreso, porque en lo natural, si el esposo sale obligatoriamente y deja a su esposa y le dice volveré pronto, su esposa tiene que estarlo esperando pero con fidelidad al esposo, guardándose para él para que pueda tener recompensa de su retorno.

El abstenerse de toda especie de mal nos habla de la consagración, que es lo mismo que las decisiones voluntarias de apartarnos del mal cuando tenemos la oportunidad o está a nuestra disposición pecar. Por supuesto que esto no es suficiente porque somos imperfectos y quizá tendremos la buena voluntad y ésta no sea suficiente, por esta razón el Señor avala nuestra condición santificándonos por completo, para que seamos irreprensibles cuando él venga. Esto no es muy popular pero cuando se toma la cena del Señor, es una buena oportunidad de ponernos a cuenta es decir cuando podemos pedir perdón y ser irreprensibles, para no salir avergonzados cuando Él vuelva.

Debemos pues permanecer en él y no dejar el camino para no ser como un desconocido, 1Jn_2:28 Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.
Cuando se pierde la amistad es difícil querer tener beneficios de esa amistad cuando la persona prospera, no podemos presentarnos como si nada, tratando de aprovecharnos cuando ya no hay amistad, es lo mismo cuando ya no existe confianza y fingimos como si la hubiera. El Señor viene a recibir y establecer un reino y nosotros como esposa o iglesia del Novio tendremos muchos beneficios.
El inconstante no permanece y puede ser que al estar jugando se encuentre en ese momento alejado del Señor cuando el regrese, por eso la oportunidad de Dios de reconciliar y proclamar su venida cumpliendo la ordenanza de la Cena del Señor.